Me gusta bañarlas en leche

Estimado Doctor Amor:
Después de varios años de venir leyendo su sección, me atrevo a escribirle. Tengo 35 años y soy un soltero empedernido. Me gustan muchísimo las mujeres y lógicamente me encanta la variedad. Por eso no me veo casado con una sola mujer. Y en cuanto conozco a una señorita y la “convenzo” de poder ir a mi departamento a tener sexo, les propongo algo muy particular.

Las llevo a mi baño –de dimensiones grandes- con jaccuzzi. El recinto le pongo velas aromáticas, bajo las luces a la mínima expresión y hago sonar una suave música, lo más romántica posible. Una vez que entramos allí, entre besos y muchas caricias, las desnudo totalmente y les propongo que se metan en la bañadera redonda del jaccuzzi. Cuando se recuestan en ella, comienzo el ritual, entro con bidones de dos litros de leche (si es SANCOR, mejor) y comienzo a llenar la bañadera. Y así, bidón tras bidón, las baño bien con leche, hasta llegar a apenitas tapar su anatomía. Cuando logro esto, hago que algunas partes de su contorno estén casi al borde del líquido elemento y comienzo a tomar la leche estilo gatito, con la lenguita -¿entienden?-. Así paso la lengua por diversas partes de la anatomía femenina, llegando al momento más excitante, cuando paso por los pezones de ellas. ¡Se ponen como locas!. Así sigo hasta que cuando estamos muy excitados, me meto en la bañadera y hacemos todo lo que hay que hacer. Es espectacular tener sexo metidos en líquido y en especial en leche. Pero todo esto me trae algunos inconvenientes. Primero es que de tanto tomar leche y en posiciones incómodas, hay días que ando con una diarrea que no veo. Además, como la leche me da pena tirarla, la uso para mis desayunos o cuando mis mucamas me prepara algún postre o torta, las hago entrar al baño y cargar esa leche. Esto hizo que ya en tres meses hayan renunciado 8 mucamas y en algunos casos, cuando las chicas se quedan a dormir, a la mañana entro con la lecherita al baño a buscar leche para preparar el desayuno, y al salir, no encuentro a la niña en cuestión. ¡Hasta se han ido olvidándose poner alguna de sus ropas!
¿Se irán impresionadas por el buen nivel de vida que llevo?
Doctor, ¿lo que hago es perverso?

Albert Bad Milk
Minessota – EEUU


Respuesta del DR AMOR:

Estimado Albert:
Primero y principal debemos agradecerte que te hayas animado a escribirnos y desde tan lejos. Pero nos surgen varias preguntas:
1) ¿Dónde aprendiste a escribir tan bien el castellano? ¿En Avellaneda?
2) ¿Tu apellido viene del lado paterno?
3) ¿Cómo carajo conseguís los bidones de 2 litros de leche SANCOR en los EEUU?
4) ¿Tenés habitaciones para huéspedes?
Ahora bien, hemos leído con detenimiento tu carta y muchos de nuestros profesionales quedaron atónitos ante tanta inmundicia. Está bien que tengas alguna ideíta chancha en tu cabeza, pero de ahí a que la lleves a cabo y habitualmente, es demasiado. Además, se debe tornar bastante desagradable tomar esa leche, después de 3 o 4 días de estar en la bañera. ¿Cómo se te ocurre cortar la cadena de frío?.
Además, cuando detallas a la perfección como tomas la leche con la lenguita estilo gato, nos preguntas si entendemos, ¿Qué te pensás, que somos boludos?. No sabés la calentura que nos agarramos en esa parte de la carta.
Te recomendamos que quizás sea mejor cambiar de productos. Un buen yogurt, una ricottona, un queso cremoso, un rico dulce de leche (el común, no el repostero). Así, no te generará problemas gástricos y en la variación está el gusto.
Estimado Albert Bad Milk, intentá salir un poco más a caminar, ir al cine, escuchar algún discurso del Chaco Alvarez o jugar con tu perro en el parque y nunca se te ocurra mirar por Internet al programa Infocampo por Canal 9. ¿Te imaginás cuando Ramírez dice: “A tomar la lechona calentita”, vos te pongas a calentarla? ¡¡Flor de hornalla vas a necesitar!!

Dr. Amor