«La Oración del Payador» de Anacleto, el Pato

Al Dios Padre de los cielos
pidamos nuestro alimento
que libre del sufrimiento
a tantos pueblos hermanos
que entrelazando sus manos
revelan su sentimiento

Por Ricardo Martínez Puente, el Tero 

Al Cristo Crucificado
No me canso de adorar
El que nos vino a mostrar
el camino hacia los cielos,
codicia, mentira y celos
nos enseño a superar

A pesar de la maldad
que en nuestro mundo encontró
salvarnos el decidió,
nos baño con su piedad,
entrego su humanidad…
y luego resucitó.

Envió a su Espíritu Santo
y todo se iluminó
la misma lengua se habló
se entendió nuestro lamento,
y a partir de ese momento
su gloria nos acompaño.

El nos va abriendo la senda
para encontrar a Jesús
quien al morir en la cruz
nos perdonó los pecados
nos transformó en sus soldados
y nos guía con su luz

A María, nuestra Madre
por su gran dedicación
le ofrezco mi devoción.
Ella cargo con su cruz
y lo acompañó a Jesús
en su larga procesión.

Con su manto nos cobija
en nuestros malos momentos
ella escucha los lamentos
de los más desamparados
que a pesar de estar callados
transmiten sus sufrimientos

Dios te pido por mi pueblo
para que permanezca unido
Un país que tu has ungido
con magnífica belleza,
hoy enfrenta la pobreza
y es mucho lo que ha sufrido

A los niños de este mundo
yo te pido que protejas
que para su futuro tejas
años de prosperidad
son la esperanza que rezas
y nuestra felicidad

Por medio de estas estrofas,
lo que hoy voy a realizar
te lo quiero regalar:
el trabajo, las tareas,
las zambas y chacareras,
que seguro he de cantar,

y toda la hacienda orejana
que hallara en aquel estero,
mi viejo perro ovejero
los chanchos, la majadita,
la tapera en la lomita
y mi flete, el parejero.

Así, ya voy terminando
esta sentida oración
que con forma de canción
y a veces tono de llanto
no es más que mi humilde canto
al Dios que es mi salvación.

Anacleto, el pato


Nota de autor
Pretende ser una versión teológicamente correcta de lo que hubiera sido el Padre nuestro en el canto de Santos Vega (Rafael Obligado), Aniceto el Pollo (Estanislao del Campo) o el Martín Fierro (José Hernandez). Sobre todo considerando la evangelización (cristiana) de España en el Río de la Plata. Por eso el hincapié en la Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y la figura protectora de la Madre María.
Los componentes de una oración completa que primero pide, luego reconoce y finalmente agradece. 

Anacleto el pato