Hipo

El nombre científico del hipo es singulto. El hipo consiste en contracciones espasmódicas intermitentes del diafragma (el músculo que separa pulmones de abdomen) y de los músculos accesorios de la respiración que finalizan de manera súbita con el cierre brusco de la vía aérea superior a nivel de la glotis, originando un sonido peculiar y característico. Es un problema generalmente benigno y transitorio, que culturalmente resulta incluso gracioso.

Es un trastorno que casi todo ser humano padece alguna vez, sin que suponga en general ningún problema para la salud. No obstante si su intensidad y frecuencia son elevadas, o si persiste demasiado en el tiempo, puede llegar a impedir la realización de las tareas habituales a quien lo padece, originando entonces problemas de desnutrición, insomnio, estrés. Etc. En estos casos, a veces el hipo puede ser signo de patología severa, por lo que estos pacientes deben ser objeto de una atención médica que evalúe las posibles entidades clínicas subyacente que pueda ser causa de dicho hipo. De todas formas, lo habitual es que se trate simplemente de un síntoma menor que cederá por sí solo. Con mucha frecuencia, el hipo comienza sin razón aparente y suele desaparecer a los pocos minutos. Es muy raro que el hipo persista durante días, semanas o meses.
Se sabe incluso de la existencia del hipo fetal, que es un fenómeno fisiológico normal que aparece en el segundo trimestre del embarazo. La frecuencia del hipo varía y se agudiza conforme avanza el embarazo y continúa en el periodo neonatal. Por desgracia, no hay nada que se pueda hacer para evitarlo antes de que nazca el bebé.
Consideramos que el hipo es agudo cuando es transitorio o autolimitado, y su duración no llega a las 48 horas. Será un hipo persistente cuando su duración es entre 48 horas y un mes. Y se habla incluso de un hipo intratable si persiste más de dos meses.

LAS CAUSAS:

Los motivos que producen el hipo son muchos y variados. El más sencillo es quizás la indigestión. Tras haber tomado en exceso alimentos fuertes y abundantes se suele acelerar la producción de ácidos que pueden determinar la aparición de molestas y sonoras contracciones del diafragma, es decir, lo que conocemos comúnmente como hipo. Los casos más habituales aparecen por comer o beber demasiado rápido, o por ingerir bebidas gaseosas. El hipo suele aparecer también con el consumo excesivo de sustancias etílicas o, posteriormente, en el periodo de resaca.
Por lo tanto, el hipo se origina habitualmente por la dilatación del estómago de cualquier causa. Otras enfermedades que irritan el nervio frénico, que es el nervio que controla el movimiento del diafragma, también lo pueden causar. Las irritaciones del diafragma pueden tener alrededor de cien causas distintas. La más generalizada se debe a la ingesta excesiva de comida o leche en caso de los bebés, o bien por comer demasiado rápido. En estos casos, los gases almacenados en la cavidad abdominal o el abultamiento del estómago hacen que esta zona entre en contacto con el diafragma, irritándolo.
Existen muchos casos de hipo sin una causa obvia. Entre las causas que más frecuentemente provocan hipo podemos citar: respirar humos nocivos, ingesta de alimentos muy condimentados o picantes, embarazo, postoperatorio de cirugía abdominal, tabaquismo, estrés, ansiedad, irritación del nervio frénico y vago por enfermedades como cuerpos extraños en oído, meningitis, faringitis, tumores pulmonares, neumonía, pericarditis, infarto de miocardio, bocio, gastritis, reflujo esofágico, hernia hiatal, etc., enfermedades del sistema nervioso central pueden ser encefalitis, traumatismos craneales, accidentes cerebro vascular, neoplasias cerebrales renal, etc., determinados fármacos como los barbitúricos, los corticoides o el diazepam y un sin fin de patologías más que por suerte, no es frecuente que sean causa del hipo. Incluso hay quien afirma que los cambios bruscos de temperatura pueden condicionar la aparición del hipo.

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