Artrosis

La artrosis se puede manifestar en cualquier etapa de nuestras vidas, sin importar la edad, ni la situación social. Comienza a manifestarse gradualmente, afectando a las articulaciones. Es bastante común que ataque a las vértebras y a las articulaciones de los dedos. Generalmente a medida que avanza genera dolor, llegando este a ser intenso e insoportable. Mientras tomamos un analgésico, leamos lo que hay que saber sobre la artrosis.

DESCRIPCIÓN:

Es un proceso degenerativo que produce daño progresivo en el cartílago de las articulaciones y desintegración de sus superficies óseas.

CAUSAS:

El cartílago está formado por células especializadas (llamadas condrocitos) y una matriz intercelular, producida por dichas células, formadas por fibrillas de colágeno embebidas en ácido hialurónico. De las fibrillas de colágeno dependen las características biomecánicas del cartílago. El ácido hialurónico es el responsable de conferir elasticidad al cartílago y capacidad para soportar grandes pesos. En la artrosis primaria la causa es la alteración en la función normal de los condrocitos. La degeneración de los condrocitos provoca también la liberación de enzimas, que generan inflamación. En la artrosis secundaria el factor que inicia este círculo vicioso de destrucción y degeneración del cartílago suele ser alguna enfermedad (infección, enfermedad de Paget), heridas, traumatismos o el abuso de alguna articulación.

SÍNTOMAS:

Las manifestaciones de artrosis son generalmente graduales y afectan principalmente a las articulaciones que deben soportar mayores pesos. Es común que afecte a las articulaciones de los dedos y las vértebras (cervicales y lumbares, principalmente). En estadios más avanzados, la enfermedad se presenta con dolor y cierto grado de rigidez que mejora cuando se pone en movimiento la articulación afectada. Desde el punto de vista clínico y radiológico, la etapa más avanzada de la enfermedad revela, además de dolor y rigidez, una notoria deformación de la articulación.

DIAGNÓSTICO:

Es muy importante realizar el diagnóstico diferencial en función de las causas que originan la artrosis, porque de esto dependerá el tratamiento.

TRATAMIENTO:

Para aliviar el dolor, se puede recurrir a analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno, etc.). En casos puntuales, puede hacerse un tratamiento local con corticosteorides en la articulación afectada. Se recomienda mantener la movilidad de las articulaciones con ejercicios que además tonifiquen los músculos de la zona. La aplicación de calor también es útil para aliviar el dolor que provoca la artrosis. Si los dolores son muy importantes y no pueden controlarse con medicación, se debe recurrir a la cirugía.