Son animales rústicos, excepcionalmente resistentes a las condiciones climáticas, por lo que se adaptan a instalaciones sencillas de bajo costo. Son poco propensos a contraer enfermedades y ofrecen posibilidades de comercialización integral ya que, además de su carne, se venden sus huevos y sus plumas.
En la argentina, la carne de pato es considerada una exquisitez. La venden sólo algunas carnicerías, supermercados y restoranes de categoría.
Además, los huevos de pato son muy requeridos por la industria repostera, debido a que tienen una albúmina (clara) más densa y espesa que la de los huevos de gallina.
Las hembras de la raza Pekín suelen poner hasta 120 huevos por año.
Las plumas de pato se utilizan para rellenar almohadas, almohadones, ropa de abrigo y bolsas de dormir. El desplume puede hacerse cuatro veces al año, a partir de los dos meses de vida.
La cría de patos representa un buen negocio para pequeños emprendedores que busquen obtener una rentabilidad razonable produciendo volúmenes reducidos a bajo costo.
Lo aconsejable para quien se inicia en este negocio es comenzar con un establecimiento con capacidad para criar simultáneamente 650 patos.
El galpón destinado a alojar a las aves no difiere demasiado del que se utiliza para la cría de pollos parrilleros.
Los patos pueden ser criados perfectamente sin estanque de nado. Al contrario, muchas veces la existencia de lagunas de agua estancada acarrea problemas sanitarios.
Los patos exigen una densidad máxima de 5 aves por metro cuadrado, por lo cual, para camadas de 650 aves, hará falta un galpón de 130 m2.
Para un pequeño emprendimiento, no es rentable producir sus propios patitos, pues ello implicaría contar con un plantel de padres, una incubadora y las instalaciones específicas para tal fin. Lo mejor es comprar patitos BB (recién nacidos) en algún establecimiento dedicado a ese fin.
Debido a que los patos son aves muy asustadizas, es necesario evitar la presencia de otros animales, movimiento de personas extrañas y ruidos molestos durante todo el ciclo de cría.
En cuanto a la alimentación, los patos son llamados «los cerdos de las aves», ya que comen todo lo que se deje a su alcance.
Aspectos sanitarios
La gran rusticidad de estas aves y la baja incidencia que tienen entre ellas las enfermedades virósicas y bacterianas, hacen que la vacunación periódica no sea obligatoria.
De cualquier manera, conviene efectuar una vacunación a la semana de vida y la aplicación de antiparasitarios en el agua que toman durante las dos primeras semanas.