Re chiquito de Ale Ramírez

Estoy encerrado en un lugar pequeño.
Rodeado de líquido.
Me encuentro todo mojado.

Plena obscuridad.
No veo nada más que lo que siento con mis propias manos, con mis pies, con mi piel.
Duermo mucho.
Estoy despierto, poco.
Pasa el tiempo.
El lugar es más grande, pero yo también lo estoy.
Puedo navegar dentro.
Muevo mis pernas, golpeando las paredes.
Me gusta acercarme a un costado, donde siento algo que golpea a ritmo acompasado.
Me gusta estar ahí.
Esta calentito.
Es muy agradable.
Continúa pasando el tiempo.
Estoy más grande.
Hay menos lugar.
Siento cosas.
Escucho otras.
Parecen niños jugando, gritando, riendo y a veces, llorando.
Me acerco a una de las paredes, y siento como dos manos, me acarician a través de ella.
Es muy linda sensación.
Tengo un sentimiento fuerte, profundo, envolvente.
Me parece que es Amor.
Ahí adentro, hay mucho Amor.
Amor del lindo, del maravilloso, del que todos queremos sentir alguna vez.
¿Por qué estaré acá adentro?
¿Saldré algún día?
¿Cuándo?
Hay ruidos.
Gente que habla.
El lugar donde me encuentro, se mueve de un lado hacia el otro.
Escucho besos.
Siento abrazos.
Palabras de cariño.
Comienzo a ver una luz.
Gente que habla.
Gente que alienta.
Siento presión en mi cabecita y de repente, una luz intensa, muy fuerte.
Tanto que apenas puedo abrir mis ojos.
Me pongo a llorar.
Y no sé, no sé porque lo hago.
Alguien me limpia un poco.
Alguien corta algo que tengo en mi panza.
Me envuelven en unas sábanas, y me llevan hacia los brazos de una mujer.
Ella me abraza.
Me besa.
Me dice que me quiere.
Trato de abrir mis ojos, pero es mucha la luz.
No importa, porque lo que no veo, lo percibo plenamente.
Me siento un poco cansado, pero con una sensación que después aprenderé, se llama felicidad.
Estoy en brazos de mamá.
Acabo de nacer.
Y siento fuerte, muy fuerte, lo que sentía dentro de su vientre y que quizás, en ese momento, no sabía definir que era.
Es Amor.
Mucho Amor.
Tanto que agradezco a Dios, el poder haber nacido.
Agradezco a mamá y a papá, el haberse amado y poder engendrarme, embebido en ese amor.
Pensar que todo fue un recorrido, un viaje de 9 meses.
Y que al finalizar el mismo, comenzó una de las más maravillosas situaciones.
Vivir.
Espero, que el Amor que sentí en ese interior y al momento de estar en brazos de mi mamá, me acompañé toda la vida.
Y ruego poder ser instrumento de ese Amor.
Dar y recibir Amor, es lo mejor que podemos tener, en nuestro transitar en este planeta.
La Vida con Amor, es lo mejor que nos puede pasar.

De Ale Ramírez