Querido Dr. Amor
Le escribo para contarle algo que me sucedió y realmente no le encuentro respuesta, ya que nunca me hubiese imaginado una cosa así. Para ponerlo un poco en situación, le cuento que soy un hombre de 45 años, que estoy casado hace 20 años y tengo dos hijos, uno de 17 años y otro de 14 y una mujer a la que amo mucho…….
Resulta que yo trabajo en una empresa que se dedica a las exportaciones, y como ustedes sabrán este es un muy buen momento para todo lo que a exportaciones se refiere. Tal es así, que al aumentar el trabajo el contacto con mi superior, una mujer de unos 42 años (muy linda por cierto), empezó a ser mucho mas fluido, ya que debíamos consultarnos todo el tiempo por lo que debíamos hacer. Con el correr del tiempo las jornadas laborales cada vez se hacían mas largas, por lo que mi estadía en casa cada vez era menor. Igual que el tiempo que le dedicaba a mis hijos y mi mujer. Por todo esto, decidí que mi esposa pasara a buscarme por el trabajo todos los días, para poder así compartir un poco más de tiempo con ella. Hasta acá parecía todo bien. Pero a medida que pasaban los días, comencé a notar que mi jefa trataba de seducirme. Como dejando deslizar frases sugiriendo que a ella le gustaba lo mismo que a mi……, que bueno era poder compartir las mismas cosas…….., etc,etc.
Como así también noté que se estaba formando una amistad entre mi señora y ella, cosa que me desconcertaba sobre manera, ya que si mi jefa quería seducirme. Verdaderamente no entendía porque se llevaba tan bien con mi mujer.
Así fue pasando el tiempo y comencé a notar que los días que mi jefa no llegaba temprano al trabajo o no iba, me molestaba. Y esto me molestaba porque realmente me gustaba verla y estar cerca de ella. En definitiva, era yo el que buscaba que me sedujera. Por eso un día después de tanto pensar y pensar, decidí que cuando llegara al trabajo la iba a encarar y le iba a “tirar todos los galgos”. Imagínese Doctor que estaba decidido a todo. Pero esto no fue posible, ya que cuando llegue al trabajo ella no se encontraba, y sólo había una nota sobre mi escritorio en la cual decía que iba a llegar más tarde.
No sólo no soporté esto, sino que yo también decidí irme del trabajo, y me fui para mi casa, a buscar a mi mujer, como queriendo recomponer la traición que quizás podría haber sucedido si mi jefa hubiese estado en el trabajo.
Cuando llegué a mi casa dispuesto a pasar un grato momento con mi mujer, encontré a mi esposa y a mi jefa juntas. ¿Tomado el te?, ¿preparando manualidades?, ¿hablando cosas de mujeres?, ¡¡NOOOO!!! ¡¡¡¡ Doctor!!!!! Estaban tiradistas en la cama……., y no precisamente mirando la tele ni leyendo revistas………, estaban haciendo “tortillas sin huevos”!!! . Y lo único que hicieron fue mirarme y seguir con lo que estaban haciendo, como si nada pasara, y yo que salí corriendo como un chico sin poder hacer nada.
Doctor la verdad no sé que hacer?, hace una semana que no voy a mi casa y tampoco al trabajo, yo no sé si cuando me vieron y siguieron con lo que estaban haciendo me estaban invitando a que me acoplara en su juego o directamente me ignoran?.
Doctor la verdad no sé que debo hacer.?
Tomas de Avellaneda
P.D: LA VERDAD QUE NO SE PORQUE SALI CORRIENDO, PORQUE EN EL FONDO LOS HOMBRES ALGUNA VEZ NOS RATONEAMOS CON ESA CLASE DE SITUACIONES, ES QUE SEREMOS TAN “MIEDOSOS” A LA HORA DE LOS PAPELES?
Respuesta del DR AMOR:
Querido Tomás:
¿Qué tomás…? Lamentamos lo que te ocurrió pero si te sirve de consuelo no sos el primero que le pasa que su jermu le hace crecer los cuernellis pero no haciéndolo con un hombrecito. Lamentablemente deberemos irnos acostumbrando a este tipo de cosas, ya que al hacerse más habitual , es como que la propia sociedad, día a día, lo acepta con más facilidad. Y esto no significa que esté bien. Vemos que en definitiva, te sentís culpable de lo que hizo tu mujer, ya que desde el comienzo de tu relato, marcás que trabajabas mucho, que no llegabas temprano a tu casa, que no tenías tiempo para los chicos, etc. También te sentís culpable de que tu mujer conociera a tu jefa por haber ido a buscarte todos los días a la oficina. En definitiva sos “un perseguido inseguro”. Y en esa inseguridad es que te están pasando todas estas cosas. Fijate hasta donde estás dudando de todo, que al final dejar entrever que te hubiera gustado participar de la cama con tu señora y tu jefa. ¿Y por qué no lo hiciste?. Miedosito…!!!!
Estimado Tomás, (¿qué tomás?), no te preocupes tanto. Volvé a tu casa y volvé a tu trabajo. Cuando se te acerque tu jefa, dale un beso en la boca y partile tres muelas y cuando llegues a tu domicilio, entrá a la habitación matrimonial, y apretate a tu mujer contra la cómoda. Si le podés dar matraca a las dos, meta para delante. Pero si alguna –o quizás las dos- te parten un jarrón por la cabeza,…andá buscando un club para niños “diferentes”. A lo mejor, tu futuro sexual pase por allí.
Dr. Amor
PD: Los doctores hombres que componen el staff de Dr. Amor, no están de acuerdo sobre las apreciaciones que vertís sobre los miedosos que son los hombres a la hora de los papeles. Estás declaraciones corren por tu cuenta.