Maldito Empire State

Dr. Amor:
Soy un joven gerente de una importantísima empresa multinacional, y por mis labores específicas viajo normalmente 2 a 3 veces al mes a diferentes ciudades de los EEUU. Así es como he viajado a New York en reiteradas oportunidades. Y a pesar de haber estado en “la gran manzana” infinidad de veces, nunca visité al edificio otrora “más alto del mundo”, el famosísimo Empire State. Así fue que una tarde de un viernes tuve una reunión a tan solo una cuadra del mencionado edificio. Como termine bastante rápido la reunión, salí decidido a visitar al edificio donde subió King Kong en la recordada película. Al llegar veo que solamente faltaba media hora para que cerraran el ingreso a los turistas. 

Cuando voy a sacar la entrada, apurado y mirando hacia el tablero de los valores de los tickets me choco con una señorita. Para que tenga una idea, muy parecida en sus curvas, su sensualidad y su andar a Jenifer Lopez. Luego de los consabidos pedidos de disculpas, noto que ella salía del edificio. Sin más, sacó la entrada y voy camino al ascensor. Con sorpresa veo que estoy solo entendiendo que es por el horario. Nadie sube al edificio con tan solo media hora de tiempo. Esperando que el operador libere el ascensor, de golpe veo entrar al mismo ascensor en el cual yo estaba, a la señorita antes descripta. Hubo un fuerte cruce de miradas, cuando rompiendo el hielo ella dice: “Casi no llego…”. El operador desde afuera del ascensor aprieta el botón del piso 86  y nos dice: “Disfruten el viaje, son solamente 2 minutos hasta el piso 86”.  En cuanto se cierra la puerta, esta señorita se abre abruptamente su blusa dejándome ver sus pechos turgentes sin corpiño. Dos beldades de la naturaleza tamaño 100. Y rápidamente me acorrala contra uno de los rincones, me baja el pantalón y el calzoncillo y me dice: “Apurémonos, dejame que te coma el pajarito antes de que lleguemos al piso 86”. ¡Solamente dos minutos!, pensé. Pero ya me había manoteado fuertemente mi pene y había comenzado a realizar unas de las fellatio mejor hechas de la historia. No se si por el apuro o por los nervios de ser descubiertos, mi excitación era sorprendente. Piso 50 y ella estaba en plena tarea. Yo estaba entre que le miraba los pechos a ella y miraba los números de los pisos que iban corriendo a gran velocidad, quizás más rápido de lo que yo quería. Piso 70 y todo iba viento en popa, ya faltaba poco para llegar (no solamente al piso 86). Cuando íbamos por el piso 80, yo ya estaba a punto de llegar al orgasmo cuando veo que ella se para y retirándose hacia un costado se abrocha rápidamente la blusa y se pone a llorar desconsoladamente. Piso 86, se abre la puerta del ascensor y me encuentro con el pantalón a la altura de los tobillos, mi miembro terriblemente erecto y la señorita en el otro extremo del habitáculo del ascensor llorando desconsoladamente y señalándome con cara de aterrada. Del otro lado de la puerta que recién se abría,  veo a dos monjas con un grupo de alrededor 35 niñas de un colegio religioso, que estaban a punto de subir al ascensor.
En estos momentos y aprovechando mis 15 minutos de descanso de las tareas de romper piedras en la cárcel de Talkeetna, Alaska,  le estoy escribiendo tratando de buscar cuales fueron los motivos para que me haya pasado esto y que será de mi en el futuro con las posibles relaciones que tenga con el sexo femenino.
Gracias y tengo que terminar esta carta ahora, porque debo ir afuera a seguir picando piedras.

Jean Pierre
Cárcel de Talkeetna, Alaska.


Respuesta del DR AMOR:

Estimado Jean Pierre:
Que relato sorprendente. Vos sí que sos un tipo que “pica alto”.
Tú primer incógnita es saber cuales fueron los motivos por lo que te pasó esto, teniendo como única respuesta: PORQUE SOS UN TERRIBLE CALENTÓN.
¿A quién se le ocurre intentar que te hagan una fellatio en 2 minutos???? Ni Flash Gordon lo hubiera logrado. Además, cuando te habló de comerte el pajarito, podrías haber dicho NO. ¿Con esa frase, no tenías miedo que verdaderamente te lo comiera???? ¿Si era una fémina estilo Lorena Bobitt????
En relación a tu futuro con el sexo opuesto, yo intentaría pensar más en el PRESENTE con tu mismo sexo. Porque tanto picar piedra, tanto romper cascote, estimo que más de uno de tus compañeritos de cárcel deben estar pensando en romperte otra cosa. Un joven nuevecito, limpito y con buen culito. Hummmmm……………………..
Por eso, es poco lo que te podemos aconsejar, salvo que intentes conseguir un gran frasco de vaselina o hilo y aguja……………………para coserte el ano.
Lamentamos lo que te ocurrió, pero más lamentamos lo que te va a ocurrir de ahora en más en esa lejana prisión de Alaska.
Cuando salgas (y creemos que algún día esto ocurrirá) escribinos nuevamente. –Lamentablemente ante este último párrafo hubo risas generalizadas del staff médico–

Dr. Amor.

PD: Entre los doctores de mi consultorio surgieron discusiones y dudas. ¿Es verdad que King Kong se subió hasta la punta del Empire State?