Son las doce… y el pescado sin vender

Es una frase que sirve para ilustrar un momento de inacción, cuando lo que se necesita es resolver prácticamente los problemas antes de que avancen las horas.

Antiguamente, el pescadero -vendedor de pescados- tenía su mercadería desde la mañana temprano y con el correr de las horas, los peces se iban deteriorando, por eso, si a las doce del mediodía no se habían vendido, el vendedor comenzaba a preocuparse. Hoy en día, merced a los modernos sistemas de refrigeración, eso no sucede, pero la frase conserva su vigencia.

Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/s.php