Por bajo cuerda

De manera reservada, ocultándolo de la vista de los demás.

La expresión está basada en una treta aplicada en un antiguo juego de pelota en el que había que pasar el balón por encima de una cuerda colocada en medio de la cancha. La trampa consistía en pasar la pelota por debajo de la cuerda, de manera que si el ardid no había sido percibido por nadie, el tramposo se adjudicaba el tanto.
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