Pelitos a la mar

Desde tiempos remotos, el hecho de arrancarse algunos pelos de la cabeza y arrojarlos al viento ha tenido un significado de reconciliación, ya que así la hacían los griegos del período clásico (se lo menciona en la «Iliada», de Homero durante las ceremonias del rapado de corderos y el aventado de sus pelos).

Y aún hoy lo hacen, por ejemplo, los niños andaluces cuando quieren sellar sus diferencias: ponen los pelos en la palma de la mano y, soplando, exclaman: «Pelitos a la mar», en alusión a que el viento habría de llevarse también las disputas hacia el inmenso mar, lo mismo que se llevaba los pelitos. Trasladada al lenguaje común, la frase mantiene su primitivo significado y se la usa para allanar diferencias. Entre nosotros, esa significación no tuvo jamás aplicación práctica, pero circulaba hace muchos años la variante Pelito pa’ la vieja, claro que como exclamación de júbilo luego de haber obtenido provecho en alguna operación ventajosa (cambio de figuritas, canicas, etcétera). Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/p.php