Más vale tarde que nunca

Esta famosa sentencia tiene su origen en un filósofo de la antigua Grecia, Diógenes Laercio. Ese hombre, cuando ya gozaba la vejez, sintió unos deseos irreprimibles de estudiar música. 

Alguien cercano a él, al conocer tal propósito, recordó al sabio que ya era demasiado mayor para enredarse con esas contemplaciones. Diógenes, sin inmutarse respondió con la archiconocida frase: “Más vale tarde que nunca”.
Fuente: http://www.elhistoriador.es/dichos.htm