Es cosa de Mandinga

Es casi toda la República Argentina, Mandinga es sinónimo del diablo o demonio.

Es el personaje principal de la leyenda de Santos Vega, el payador, con quien sostiene un duelo de guitarras y canto. Un escritor argentino exponente de la poesía gauchesca, Estanislao del Campo, en su obra Fausto hace una acabada descripción de este malévolo personaje, desde la mirada del gaucho:

“¡Viera el Diablo!…uñas de gato,
Flacón, el sable largote,
Gorro con plumas, capote
Y unas barbas de chivato;
Medias hasta la berija,
Con cada ojo como un charco
Y cada ceja era un arco
Para correr la sortija (…).”

Además de esta descripción norteña de Mandinga, encontramos otras, por ejemplo en Tucumán: hombre alto, con barba de chivo, cuernos en la frente, rostro enrojecido, larga cola. Algunos agregan el tridente y la capa roja a este personaje. Se encuentran semejanzas con el ya mencionado Zupay.
El es el que causa todas las desgracias en el hogar y en el campo. El origen de hechos inexplicables suele atribuírsele a este personaje con la frase: “Es cosa de Mandinga”.
Cada vez que se oye su nombre, hay que santiguarse rápidamente, para evitar la aparición del demonio.