En Santo Domingo de la Calzada, canto la gallina después de asada

Con motivo de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, un día se hospedó en una venta de Santo Domingo de la Calzada (Logroño) una familia alemana formada por los padres y un hijo, del cual se enamoró la hija del hospedero.

El joven no correspondió a la pasión de la moza, y ésta se propuso vengar el desprecio introduciendo en el morral del peregrino una copa de plata. Cuando la familia había reemprendido el camino, la joven denunció el hurto a la justicia, cuyos ejecutores detuvieron a los peregrinos y hallaron el objeto robado en el zurrón del chico, y éste fue ajusticiado. Los padres continuaron su camino a Santiago, rindiendo voto ante la tumba del Santo, y de regreso, al pasar por Santo Domingo, se acercaron al cadalso, donde vieron que su hijo se hallaba sano y salvo junto a la horca, porque la Virgen había impedido su muerte.

Corrieron a comunicárselo al alcalde, pero éste les respondió que lo creería cuando un gallo y una gallina que estaban asando en el fogón comenzasen a volar. Dicho esto por el alcalde, las aves salieron volando. El milagro corrió de boca en boca y quedó enraizado en el lenguaje coloquial el dicho «en Santo Domingo de la Calzada cantó la gallina después de asada».
Fuente: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/dichos-castellanos/html/