El muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza:

“El muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza” es un refrán cuyo mensaje expresa que al morir una persona, sus seres queridos no deben pasar mucho tiempo en medio de la tristeza y lamentando su pérdida física, por el contrario, deben hacer lo posible por volver a su estilo de vida y atender sus responsabilidades.

Puede ser considerado, incluso, como un consejo que se da con el fin de ayudar a las personas a superar el dolor causado por la pérdida de un familiar o amigo, e invitarlos a retomar sus actividades diarias para que no permanezca sumergido en el dolor más tiempo del necesario.
Este refrán también se aplica, en especial, para hacer un llamado de atención a aquellas personas que, por el contrario, se olvidan rápidamente del fallecido, como si nada hubiese ocurrido.
Es una manera de reprochar la actitud de aquellas personas que olvidan fácil y rápido el ser querido que acaba de fallecer.
Otra forma de interpretar el refrán “El muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza”, puede ser de la enfrentar la realidad con empeño, dejando a parte aquello que sucedió. Es una manera de impulsar a un individuo a hacer bien las cosas en el presente.
En otro orden de ideas, cabe mencionar que la expresión “El muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza”, aparece en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, capítulo 19, expresada por Sancho Panza.
Algunas variantes del refrán “El muerto a la sepultura y el vivo a la hogaza” pueden ser las siguientes, “Después de yo muerto, ni viña ni huerto”, “El muerto al hoyo, el vivo al bollo”, “El muerto a la fosada, y el vivo a la hogaza”, “Al vivo la hogaza, y al muerto la mortaja”.
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