Duro de mollera

He aquí una expresión que ha cambiado radicalmente de sentido.

Está tomada la metáfora de la mollera (parte más alta del casco de la cabeza) de los niños, que la tienen blanda y sin cerrar del todo, hasta que, creciendo, se les cierra y endurece, por lo que entonces decían antiguamente los mayores: ya tiene cerrada la mollera, que equivalía a ser ya machucho y se empleaba como elogio a la sensatez y a la cordura. Se decía por el contrario no haber cerrado la mollera como «phrase con que se nota á alguno de poco juicio y assiento», según el Diccionario de Autoridades (1734). En este primer diccionario de la Academia también se definía tener ya dura la mollera «con que se explica que alguno yá no está en estado de aprender», definición que todavía recoge el DRAE. Pero ya el de Autoridades entraba en contradicción, tomando como negativo la dureza de la mollera, al explicar la locución ser duro de mollera como ‘ser porfiado o temoso’, ‘ser rudo para aprender’, recogida de igual manera ahora por el DRAE.

Fuente: http://www.curiosidario.es/el-origen-de-los-dichos/