Dormirse en los laureles

En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un Triunfo.

Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. Sin embargo, éstos debían agachar levemente su cabeza, por lo que daba la impresión de estar descansando sobre los laureles de la gloria.