Andá a cantarle a Gardel

Se trata de una de las maneras de sacarse a alguien de encima que tenemos los porteños.

Que no es exactamente sinónimo de “andá a la mierda”, pero tiene un significado similar, y que tiene un segundo uso, como sinónimo de éxito o de finalización de algún proyecto. “Termino esto y ‘andá a cantarle a Gardel’”.
Como tantas otras frases populares, “Andá a cantarle a Gardel” surge como una variante suavizada de “Andá a contarle a Magoya”, forma lunfarda para sacarse de encima a alguien o para decirle que no se le cree, y se popularizó su uso desde la desaparición física del ‘Troesma’, del ‘Zorzal criollo’, ‘el Morocho del Abasto’.
Desde que se inauguró su monumento en el cementerio de la Chacarita, en 1937, todos los años se reúnen los fanáticos de todo el mundo cada 24 de junio, día que se conmemora el accidente que le costó la vida en Medellín, Colombia. Y una de las características de esas reuniones, que solían ser multitudinarias, era que los cantores se subieran al mausoleo y lo “homenajearan” entonando alguna de sus canciones. Y no siempre se trataba de la mejor interpretación, más bien se trataba de algún mal imitador del Morocho del Abasto, que estaba muy lejos de su eximio arte y de su incomparable talento. A ese homenaje, bastante discutible, se los manda a los indeseables para que dejen de molestar, a «cantarle a Gardel.
Fuente: https://www.perfil.com/noticias/cultura/dia-nacional-tango-origen-frase-anda-a-cantarle-a-carlos-gardel.phtml