Quien dice “a mí nadie me pisa el poncho” desafía de manera directa o indirecta a dirimir una cuestión de poder.
En otras palabras, el usuario manifiesta públicamente que nadie se le anima como contrincante. Esta expresión proviene de la época de los duelos criollos en la que el desafiante pasaba delante de un eventual rival arrastrando el poncho.
«A mí nadie me pisa el poncho» proviene de la époa de los duelos criollos. Si a un gaucho le pisaban el poncho, significaba que aceptaban el reto. Foto: Archivo Clarín.
Si el otro lo pisaba, significaba que aceptaba el reto y en ese momento se concretaba el enfrentamiento a cuchillo.
En dichos duelos los puntazos que se propinaban los adversarios se desviaban con el propio cuchillo o con el poncho que se envolvía en el brazo opuesto para cubrir el torso y la cintura.
«Hacer pata ancha», equivalente a afrontar situaciones y resistir consecuencias, es otra de las expresiones que se usan para incitar a la pelea.
Fuente: clarin.com.ar