A buen pagador, no le duelen prendas

El refrán «a buen pagador, no le duelen prendas» significa que cuando una persona está dispuesta a asumir los compromisos de pago adquiridos, siempre ofrece garantías a sus acreedores.

Una actitud semejante genera confianza en los acreedores, lo que favorece la posibilidad de establecer negociaciones productivas.
La parte de la sentencia que reza «no le duelen prendas» implica que la persona no duda en dar garantías ni percibe como sacrificio aquello que a lo que se ha comprometido, especialmente si tiene claridad del beneficio final.
En su sentido esencial, este refrán expone algunos valores. En primer lugar, la responsabilidad y el compromiso, cuya importancia está por encima del individualismo, de la codicia y de la procrastinación.
La diligencia también forma parte de la ecuación. El buen pagador será diligente en encontrar y disponer los recursos necesarios para pagar su deuda. Implica también capacidad de previsión e inteligencia para el aprovechamiento de los recursos.
Aquellas personas que son honestas en sus cuentas y están dispuestas a cumplir con las deudas adquiridas, ofrecen garantías a sus acreedores, con lo que salvan la relación y su honra personal.
Existe otro uso para este refrán, aunque menos común. Suele invocarse también cuando una persona está determinada a lograr algo, y empeña lo que sea necesario para hacerlo realidad.
Fuente: significados.com