Samuel Beckett

Samuel Barclay Beckett (Foxrock, Dublín, 13 de abril de 1906-París, 22 de diciembre de 1989) fue un dramaturgo, novelista, crítico y poeta irlandés, uno de los más importantes representantes del experimentalismo literario del siglo XX, dentro del modernismo anglosajón.

Fue igualmente figura clave del llamado teatro del absurdo y, como tal, uno de los escritores más influyentes de su tiempo. Escribió sus libros en inglés y francés, y fue asistente y discípulo del novelista James Joyce. Su obra más conocida es el drama Esperando a Godot.
Su obra es fundamentalmente sombría y tendente al minimalismo y, de acuerdo con ciertas interpretaciones, profundamente pesimista (hasta nihilista) acerca de la condición humana. De esta forma, con el tiempo sus libros se hicieron progresivamente más crípticos y breves. Su pesimismo viene, sin embargo, atemperado por un particular sentido del humor, entre negro y sórdido.
Según su traductora al español, Antonia Rodríguez-Gago, «Beckett destruyó muchas de las convenciones en las que se sustentan la narrativa y el teatro contemporáneo; se dedicó, entre otras cosas, a desprestigiar la palabra como medio de expresión artística y creó una poética de imágenes, tanto escénica como narrativa».
La obra de este autor se estudia principalmente desde el punto de vista de la literatura y el teatro, pero también de la filosofía, el psicoanálisis, la traductología, la música y los medios audiovisuales.
En la Encyclopedia of World Literature in the 20th Century se lee: «Todo el trabajo de Beckett retrata la tragicomedia de la condición humana en un mundo sin Dios, sin ley y sin sentido. La autenticidad de su visión, la sobria brillantez de su lenguaje (en francés e inglés) han influido a jóvenes escritores de todo el mundo».
Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1969 «por su escritura, que, renovando las formas de la novela y el drama, adquiere su grandeza a partir de la indigencia moral del hombre moderno». En 1961 había recibido asimismo el «Premio Formentor» otorgado por el Congreso Internacional de Editores, junto a Jorge Luis Borges.
Biografía
Años de formación
Samuel Beckett nació en Foxrock, un barrio residencial de Dublín, el 13 de abril de 1906. También se ha apuntado que la fecha podría ser el 13 de mayo. El padre de Beckett, William Beckett, era aparejador, y su madre, May Roe, enfermera de profundas convicciones religiosas; «casi cuáquera», en palabras del escritor. Mientras que su hermano mayor, Frank, era un niño robusto y plácido, Samuel era delgado, enfermizo y lloraba constantemente. De hecho, el escritor no guardaba buenos recuerdos de su niñez: «Yo tenía escaso talento para la felicidad».
Se ha dicho que la familia Beckett (originalmente Becquet) era de ascendencia hugonote, y que se trasladó desde Francia a Irlanda tras la revocación del Edicto de Nantes (1685). Esta teoría, sin embargo, se considera improbable. En cualquier caso, los Beckett eran una familia acomodada que pertenecía a la Iglesia de Irlanda (anglicana). Así, la Enciclopedia Británica destaca su condición de anglo-irlandés. La casa familiar, «Cooldrinagh», en la avenida Kerrymount, de Foxrock, era una gran mansión con jardín y pista de tenis. Fue construida en 1903 por el padre de Samuel. La casa y el verde entorno —por el que Samuel solía pasear con su padre—, incluyendo un hipódromo, y las estaciones de tren de Foxrock y Harcourt Street, situada ésta al término de la ciudad, aparecen con frecuencia en sus libros.
A los cinco años Beckett asistía ya a clase de preescolar, donde empezó a aprender música. Posteriormente acudió a la Earlsford House School, en el centro de la ciudad. En 1919, pasó a la Portora Royal School, donde ya estudiaba su hermano mayor, Frank. Dicha escuela, situada en la localidad de Enniskillen (condado de Fermanagh), todavía existe; a la misma, medio siglo antes, había asistido otro irlandés ilustre, Oscar Wilde.

Beckett fue un gran deportista, excelente jugador de rugby, tenis y cricket. Durante su etapa de estudiante en el Trinity College de Dublín, representó varias veces a la universidad en este último deporte. Así, es el único premio Nobel que aparece en el Wisden Cricketers’ Almanack, considerado la “biblia del cricket”. Fue asimismo un gran aficionado al ajedrez, lo que se trasluce en varias de sus obras.
Según su más importante biógrafo, James Knowlson, las aficiones culturales del irlandés comprendían la historia, la música y la pintura, materias en las que era considerado un experto.
Juventud, primeros escritos
Beckett estudió francés, italiano e inglés en el Trinity College de Dublín, entre 1923 y 1927, siendo considerado alumno muy brillante. Uno de sus tutores fue A. A. Luce, filósofo especializado en Berkeley. Otro de sus profesores fue Thomas B. Rudmose-Brown, también poeta, quien le da a conocer a Racine y a Dante y lo introduce en el mundo literario francés, poniéndolo en contacto con Valery Larbaud y otros escritores. En su etapa de estudiante se hace asiduo del teatro, quedando pronto fascinado por las ideas innovadoras de Pirandello. También disfruta con el cine cómico de Charlot, Buster Keaton y El gordo y el flaco (más tarde, se haría fan acérrimo de los Hermanos Marx). Beckett se licenció en filología moderna y, tras impartir clases brevemente en el Campbell College de Belfast, aceptó el puesto de lecteur d’anglais (lector de inglés) en la École Normale Supérieure de París, que, a la fecha, podía considerarse el centro intelectual de Europa.

Relación con los Joyce
Allí participó activamente en tertulias y actividades culturales, y trabó pronto amistad con su ya célebre compatriota, el escritor James Joyce, quien le fue presentado por el poeta Thomas MacGreevy, amigo de Beckett que también trabajaba en la École. Beckett hablaría después de las proporciones épicas del autor de Ulises, y de su obra afirmaría que era heroica: «Œuvre héroïque». Este encuentro tendría consecuencias decisivas para el joven Beckett, que se convirtió en asistente de Joyce, principalmente en la labor de investigación para su última gran obra, que años después se titularía Finnegans Wake. Beckett y Joyce, ambos dublineses, compartían además el hecho de ser expertos lingüistas y el interés por Dante y el experimentalismo literario.
En las vacaciones de verano de 1928, de regreso en Dublín, Beckett mantuvo su primera relación seria con una mujer, su prima de diecisiete años, Peggy Sinclair, pero el noviazgo apenas se prolongó unos meses.
En 1929, Beckett publicó su primer escrito, un ensayo crítico titulado Dante…Bruno. Vico… Joyce. Dicho ensayo defiende el trabajo y el método de Joyce, principalmente contra las acusaciones de inextricable y licencioso. El ensayo constituyó la aportación de Beckett a Our Exagmination Round His Factification for Incamination of Work in Progress, libro de estudios joyceanos que incluía trabajos de Thomas MacGreevy, Eugene Jolas, Robert McAlmon y William Carlos Williams, entre otros.
En ese tiempo, Beckett mantuvo una relación con Lucia Joyce (pronunciado Luchía, a la italiana), la hija del escritor. La llevaba a veces a cenar o al teatro. Lucia se enamoró perdidamente de él pero, en mayo de 1931, Beckett le dijo francamente que el principal motivo que tenía para visitar su casa era ver a su padre. Esto sumió a la joven en la desesperación, y acusó a su madre de la ruptura. Lucia acabaría padeciendo esquizofrenia. Las relaciones de Beckett con Joyce y su familia se extinguieron tras lo ocurrido, y el alejamiento de Joyce afectó profundamente al primero, quien confesó a su amiga Peggy Guggenheim que estaba muerto y que no tenía sentimientos humanos; esa era la razón por la que no había sido capaz de enamorarse de Lucia. Joyce y Beckett se reconciliarían al cabo de un año.
Joyce valoraba en Beckett la sutileza y originalidad de sus ideas. Una vez escribió a su hijo que Beckett tenía talento, cumplido que no solía hacer a nadie. Años más tarde, tras la publicación de la novela Murphy, de Beckett, Joyce deleitó a su amigo citando de memoria una escena entera de la misma. Samuel, para agradecerlo, le dedicó un poema humorístico. De esa época proviene la leyenda de que Beckett había trabajado como «secretario» de Joyce, cosa que aquel desmintió: «No hay nada más lejos de la verdad. […] Lo que ocurrió sencillamente es que, cuando la vista de Joyce empezó a debilitarse, casi todos sus amigos le ayudaron. Yo fui solo uno de ellos. Le hacía a veces algunos recados o le leía en voz alta. Le buscaba los libros que le interesaban y le leía algunos pasajes».
Primeras publicaciones
En junio de 1929, Samuel publicó su primer relato breve, «Assumption» («Conjetura»), en la revista literaria de Jolas llamada transition (en minúscula). Esta revista, de tendencia fuertemente vanguardista, así como los escritores y artistas que colaboraban en ella, influyeron decisivamente en el nacimiento de la vocación literaria de Beckett. Al año siguiente ganó un pequeño premio literario con su atropellado poema Whoroscope, escrito a partir de la lectura de una biografía de René Descartes. Aparte de la de Descartes, otra importante influencia recibida por Beckett fue la del filósofo cartesiano flamenco del siglo XVII Arnold Geulincx, quien indagó siempre en las relaciones entre las partes espiritual y física del hombre.
En 1930, Beckett regresó al Trinity College como profesor, pero pronto sintió que se enfriaba su vocación académica. Expresó dicha aversión leyendo un artículo hiperculto en la Modern Language Society, de Dublín, en el que ridiculizaba la pedantería profesoral. Beckett renunció a su puesto en el Trinity al final de 1931, dando así por concluida su breve carrera académica. Conmemoró este hito crucial de su vida a través de un poema: «Gnome», inspirado en su lectura de Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, de Goethe. El poema sería publicado en 1934, en la revista Dublin Magazine.
Tras dejar el Trinity, el autor empezó a viajar por Europa, trabajando en cualquier cosa para subsistir. Se dice que en estos años no rehuyó el trato con personajes de toda laya, incluso de los bajos fondos, algunos de los cuales le servirían posteriormente de modelo para sus personajes más decadentes. Pasó un tiempo en Londres, donde publicó, en 1931, Proust, un estudio crítico, breve y agudo, sobre el novelista francés Marcel Proust. Beckett nunca quiso traducir esta obra al francés, por considerar que eso constituiría un «insulto a Proust». En esta obra afirma Beckett que la obra de arte «no es ni creada ni elegida, sino descubierta, destapada, excavada, porque preexiste en el artista como ley de su naturaleza. […] El deber y la misión de un escritor (no de un artista, sino de un escritor) son los de un traductor». También se aprecia en ella la influencia de Proust en Beckett: los protagonistas de ambos aparecen siempre como víctimas del monstruo del tiempo y tienden a refugiarse de las penalidades de la vida en la costumbre y la rutina más pedestres. Beckett, sin embargo, descreía del poder redentor del arte preconizado por el francés.
Never properly born
En 1933, a consecuencia de la muerte de su padre, necesitó tratamiento psicológico. Fue atendido durante dos años en la Tavistock Clinic por el Dr. Wilfred Bion, quien le animó a asistir a una conferencia de Carl Jung. Esta conferencia le causó un gran impacto emocional, tanto fue así que Beckett la seguiría recordando muchos años más tarde. Versaba sobre el tema «mal nacidos» («never properly born»). El caso es que, ya adulto, Beckett aseguraba a menudo conservar recuerdos de su vida prenatal, como una experiencia horrible, que le provocaba sentimientos de atrapamiento y sofoco dentro del seno materno («feelings of entrapment and suffocation»). Rastros de la conferencia citada se detectan claramente en importantes obras posteriores de Beckett, como Watt y Esperando a Godot. Lo que Beckett deja traslucir en sus obras no es solo el dolor del nacimiento o de un parto difícil, sino también el comienzo de una larga y accidentada odisea vital. Por otro lado, el hecho de que su nacimiento se hubiese producido exactamente en Viernes Santo (viernes 13, además) el escritor lo asimilaba a lo relacionado que el mismo está con el sufrimiento y la muerte.
Primeras novelas
En 1932 escribió su primera novela: Dream of Fair to Middling Women ( Sueño con mujeres que ni fu ni fa) .Tras el rechazo de los editores decidió abandonar el libro, que solo se publicaría muchos años más tarde, en 1993. Pese a ello, la novela dio origen a muchos de los primeros poemas del autor, así como a su primera obra de importancia, la colección de relatos More Pricks Than Kicks (1933), que, por su obscenidad, en Irlanda fue colocada de inmediato en el índice de obras prohibidas. Beckett también publicó varios ensayos y recensiones en ese tiempo, como «Recent Irish Poetry» (en The Bookman, agosto de 1934) y «Humanistic Quietism», una crítica sobre un libro de poemas de su amigo Thomas MacGreevy (en The Dublin Magazine, julio-septiembre de 1934). Tales trabajos versaron sobre el susodicho MacGreevy, así como sobre otros escritores irlandeses, como Brian Coffey, Denis Devlin y Blanaid Salkeld.

Dichos autores eran poco conocidos en aquellos días; Beckett, no obstante, llegó a compararlos con los miembros del importante movimiento literario irlandés Celtic Revival (Yeats, Lady Gregory, Padraic Colum…), e invocaba a Ezra Pound, T. S. Eliot y los simbolistas franceses como sus precursores. Beckett con ello sentó de alguna manera las bases de un movimiento vanguardista irlandés.
Entre 1933 y 1936 vivió en Londres en condiciones bastantes penosas, «conociendo por propia experiencia el desprecio de los londinenses por los irlandeses pobres que vivían como obreros extranjeros».
En 1935 publicó un libro de poesía que tuvo cierta repercusión: Echo’s Bones and Other Precipitates. Trabajó asimismo en su novela Murphy. En mayo de ese año escribió a MacGreevy que había estado leyendo sobre cine y que se proponía viajar a Moscú para estudiar con el director Sergéi Eisenstein en el Instituto de Cinematografía Gerasimov de Moscú. A mediados de 1936 escribió a los directores Eisenstein y Vsévolod Pudovkin, ofreciéndose como aprendiz. La carta sin embargo se perdió por el estallido de una epidemia de viruela que trastocó todo el correo. Beckett, mientras tanto, terminó Murphy, y posteriormente, en 1936, partió a un gran viaje por Alemania durante el cual llenó varios cuadernos con los apuntes sobre las obras de arte que había visto, haciendo notar asimismo su profundo disgusto con el avance del salvajismo nazi que se iba apoderando del país. Según Knowlson, no pasaría mucho tiempo antes de que el escritor pusiese sobre la mesa sus credenciales antinazis (p. 261), refiriéndose sin duda a su participación, pocos años después, en la Segunda Guerra Mundial.
De vuelta a Irlanda, en 1937, supervisó la publicación de Murphy (1938), obra que él mismo tradujo al francés al año siguiente. Tuvo en aquel tiempo varias graves discusiones con su madre, lo que contribuyó a su decisión de asentarse de forma definitiva en París. Pese al advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Beckett dijo preferir «Francia en guerra a Irlanda en paz». Knowlson recuerda, sin embargo, lo mucho que amaba Beckett el campo de Irlanda y a sus gentes ordinarias. Sus libros, por otra parte, suelen mencionar afectuosamente inesperados detalles de su patria, y es curioso que al traducir sus obras al inglés, el escritor tiende a imprimirles una cierta inflexión irlandesa. Estaba no obstante convencido de que en su patria nunca hubiese podido vivir como escritor. Según una sobrina suya, Irlanda le hacía sentir confinado. Odiaba particularmente la censura literaria, mientras que París le ofrecía «grandes horizontes» de anonimato y libertad. Con todo, Beckett no tenía conciencia de exiliado. «Simplemente me largué de allí», dijo una vez a un amigo irlandés.
En sus primeros meses en París conoció al novelista Ernest Hemingway de mano de la librera y editora Sylvia Beach. Aquel se granjeó enseguida la antipatía de Beckett por sus malas palabras sobre la última obra de Joyce, Finnegans Wake. Hemingway dijo que de todos modos no había que ser demasiado duro con el viejo, porque el trabajo de Ulises debía haberlo dejado agotado. Beckett en lo sucesivo evitó siempre encontrarse con Hemingway.
Pleitos y amoríos
Entre las navidades y el año nuevo de 1937-38, Beckett se complicó sobremanera la vida al mantener relaciones con tres mujeres a la vez; una de ellas fue la mecenas Peggy Guggenheim, quien lo llamaba «Oblomov» por su indolencia, afirmando que era impredecible e indeciso acerca de casi todo.
Una de las razones que alejarían a Beckett casi para siempre de su patria fue su participación, como testigo de cargo, en un pleito por difamación interpuesto por un tío segundo del escritor contra un viejo amigo de Joyce, el médico, escritor y libelista Oliver St. John Gogarty. El pleito «Sinclair contra Gogarty» se celebró a fines de noviembre de 1937 y fue ampliamente cubierto por la prensa británica e irlandesa. Lo que no se esperaba Beckett era que en su transcurso él mismo acabaría siendo difamado públicamente, al salir a relucir sus circunstancias y convicciones personales, sobre todo en materia religiosa; fue calificado en forma despectiva por algún periódico de «el ateo de París».
En el juicio, el defensor de Gogarty, con el fin de desacreditar el testimonio de Beckett, le preguntó si había escrito un libro sobre Proust, aquel escritor que tanto «se había complacido en la psicología del sexo». Luego se refirió al segundo libro de Beckett (More Pricks than Kicks), remarcando que ni se atrevía a mencionar el título (en lenguaje coloquial este puede interpretarse obscenamente) delante de un tribunal, y preguntando al testigo si, en determinado pasaje, no contenía una caricatura blasfema de Jesucristo. También saldría a colación el poema satírico de Beckett titulado Whoroscope (algo así como «Puthoróscopo»). Finalmente, en sus conclusiones, el abogado tachó al escritor sin reparo de «alcahuete y blasfemo» («bawd and blasphemer»), lo que motivó al día siguiente un llamativo titular en el Irish Times. Tanto estos hechos como la publicidad generada causaron un profundo disgusto, no solo a Beckett sino también a su madre, ante la cual ni siquiera se atrevió a presentarse, regresando de inmediato a París.
Al poco tiempo, ya en esta ciudad, una madrugada de enero de 1938, volvía a su casa con unos amigos, cuando un proxeneta, irónicamente de nombre Prudent, le ofreció de mala manera sus servicios y después lo apuñaló. Más tarde, Beckett solo recordaría que de pronto se encontró herido en el suelo. El arma le pasó rozando el corazón y se salvó por muy poco de la muerte. James Joyce consiguió para su lesionado amigo una habitación privada en el hospital. El incidente hizo que acudiese toda la familia de Samuel a París. La publicidad generada atrajo la atención de la pianista y jugadora de tenis Suzanne Dechevaux-Dumesnil, varios años mayor que Beckett, y que había tenido algún trato con él durante su primera estancia en París. En esta ocasión, los dos iniciaron una relación que duraría toda la vida.
En la primera audiencia judicial que tuvieron, Beckett le preguntó a su atacante el motivo por el cual lo había apuñalado, y Prudent le contestó simplemente: «Je ne sais pas, Monsieur. Je m’excuse». («No tengo ni idea, señor, lo siento mucho»). Beckett solía contar de vez en cuando el incidente en broma. Retiró los cargos, en parte para evitarse otras molestias procesales, pero también porque encontró que Prudent era persona agradable y de buenas maneras.
Se dice que Oliver St. John Gogarty, que había perdido el susodicho pleito teniendo que pagar una fuerte indemnización, al enterarse del apuñalamiento de Beckett, lo celebró con sus amigos organizando una comilona en un restaurante de Dublín.
El último encuentro de Beckett con Joyce tuvo lugar en Vichy, en 1940. Joyce moriría en enero del año siguiente.
II Guerra Mundial
Beckett se alistó en la Resistencia Francesa tras la ocupación alemana de 1940. Trabajaba como mensajero, y en varias ocasiones, a lo largo de los dos años siguientes, estuvo a punto de ser apresado por la Gestapo.
En agosto de 1942, su unidad fue delatada, y Beckett tuvo que huir hacia el sur con su compañera Suzanne. Se refugiaron en la pequeña villa de Roussillon, en el Departamento de Vaucluse (Costa Azul). Allí, se hizo pasar por campesino, y continuó apoyando a la Resistencia almacenando armas en el garaje de su casa. Durante los dos años que Beckett estuvo en Roussillon ayudó indirectamente al maquis en sus operaciones de sabotaje a través de la zona montañosa de Vaucluse, si bien en raras ocasiones se expresaría después al respecto.

Médaille de la Résistance.
Beckett fue recompensado con la Croix de Guerre 1939-1945 y la Médaille de la Résistance por el gobierno francés por sus esfuerzos en la lucha contra la ocupación alemana. Al final de su vida, sin embargo, Beckett se refirió a su trabajo con la Resistencia como «cosas de boy scout». Solo treinta de los ochenta miembros de su grupo de la Resistencia sobrevivieron a la guerra. Mientras estuvo escondido en Roussillon, continuó trabajando, «como terapia», en su novela cómica Watt, empezada en 1941 y completada en 1945, aunque no publicada hasta 1953.
Reconocimiento
Una revelación
En 1945, Beckett regresó a Dublín por un breve tiempo. Allí volvió a desempeñar labores humanitarias trabajando como intérprete para la Cruz Roja irlandesa. Durante su estancia, le sobrevino al parecer una «revelación» en la habitación de su madre, a través de la cual comprendió cuál debía ser la dirección literaria a tomar. Esta experiencia fue más tarde literaturizada en la obra de teatro Krapp’s Last Tape (La última cinta).
En dicha obra, se sitúa la revelación en el muelle este del suburbio costero de Dún Laoghaire (a doce kilómetros de Dublín), durante una noche tormentosa. Algunos críticos, pues, identifican a Krapp con el propio Beckett, hasta el punto de juzgar muy probable que la auténtica epifanía artística de Beckett se produjera en la misma localización, y en un día tormentoso. En el drama, Krapp está escuchando una grabación que él mismo había hecho tiempo antes. En un momento dado, oye su propia voz diciendo: «…Veía claro, en fin, que la oscuridad que yo siempre había luchado encarnizadamente por ocultar era, en realidad, mi mayor…». Sin embargo, Krapp hace avanzar rápidamente la cinta antes de que el espectador escuche la frase completa.
Beckett confesaría más tarde a James Knowlson (cosa que este relata en su gran biografía de Beckett, Damned to Fame) que la palabra perdida en la grabación es «aliado». Beckett contó a Knowlson que esta revelación estaba inspirada en parte en su relación con James Joyce. Afirmó haber encarado la posibilidad de verse para siempre a la sombra de Joyce, con la seguridad de no poder vencerle nunca en su propio terreno. Fue cuando tuvo la revelación, según Knowlson, «como momento cardinal en su carrera».
Knowlson prosigue relatando cómo le fue explicada dicha revelación: «Al hablar de ella, Beckett tendía a hacer hincapié en su propia estupidez, así como en su preocupación con la impotencia y la ignorancia. Me lo reformuló mientras trataba de definir la deuda que había contraído con Joyce: «Comprendí que Joyce había llegado tan lejos como pudo en la dirección de un mayor conocimiento y del control de ese aluvión de material. Siempre estaba añadiendo cosas: no hay más que fijarse en las pruebas constantes que da de ello. Yo comprendí que mi camino, al contrario, era el empobrecimiento, la renuncia y emancipación del conocimiento; era restar más que sumar»».
Y, sobre este asunto, termina Knowlson: «Beckett rechazó el principio joyceano de que saber más era un método de entendimiento creativo y de control del mundo. De ahí en adelante su trabajó avanzó por la senda de lo elemental, del fracaso, el exilio y la pérdida; del hombre ignorante y desprendido». Según Radomir Konstantinovic, uno de sus amigos íntimos, el olvido era para Beckett lo que la memoria para Proust.
Gran actividad, elección del francés, Godot
De acuerdo con la citada «revelación», en los cinco años siguientes desarrolla una actividad literaria febril. En 1946, la revista de Jean Paul Sartre Les Temps Modernes publicó la primera parte del cuento de Beckett titulado «Suite» (después llamado «El fin»), sin comprender que Beckett había entregado solo una primera parte. Simone de Beauvoir se negó a publicar una segunda parte. Beckett empezó en ese tiempo a escribir su cuarta novela, Mercier et Camier, que no sería publicada hasta 1970. Esta obra, en muchos aspectos, prefigura ya la conocida Esperando a Godot, escrita algo más tarde; pero lo más importante es que se trató del primer trabajo realizado directamente en francés, la lengua en que plasmaría la mayor parte de su obra desde ese momento, incluyendo la famosa trilogía de novelas que se avecinaba: Molloy (1951), Malone muere (1952) y El Innombrable (1953). Su editor, Jerôme Lindon, recuerda que cuando Beckett firmó el contrato de edición de Molloy, lo vio muy serio. Lindon le preguntó el porqué y Beckett contestó que la publicación de esa novela sería la bancarrota para la editorial.
Pese a ser hablante nativo de inglés, Beckett eligió escribir en francés, según él mismo afirmó, «parce qu’en français c’est plus facile d’ecrire sans style», porque en francés era más fácil para él escribir sin estilo. En efecto, en carta a Richard Coe, de 1964, confiesa «temer a la lengua inglesa […] porque en ella no se puede evitar escribir poesía». En su ensayo sobre Proust, Beckett comparaba el estilo a «un pañuelo alrededor de un cáncer de garganta». En cualquier caso, todo ello tuvo que ver en la voluntad de simplificación y depuración estilística absolutas que presidiría toda su obra posterior. Según Konstantinovic, «explicaba su paso de la lengua inglesa a la francesa por el hecho de que la lengua materna siempre lleva el peso del automatismo: es necesario el extrañamiento de la lengua para lograr esa simplificación máxima». Por tanto, «elegir el francés significaba para él elegir la lengua más pobre».
La celebridad de Beckett se debe principalmente a la mencionada obra de teatro, Esperando a Godot. En un artículo citado a menudo, el crítico Vivian Mercier apuntó que Beckett «había llevado a cabo una imposibilidad teórica: un drama en el que nada ocurre, que sin embargo mantiene al espectador pegado a la silla. Lo que es más, dado que el segundo acto no es prácticamente más que un remedo del primero, Beckett ha escrito un drama en el que, por dos veces, nada ocurre».
Como la mayoría de sus trabajos después de 1947, esta obra fue escrita primero en francés, con el título de En attendant Godot. Beckett trabajó en ella desde octubre de 1948 hasta enero de 1949. Tras muchos esfuerzos por publicarla (fueron años de dificultades económicas, en los cuales tuvo que dedicarse a la traducción para subsistir, siempre en esta tarea apoyado por su mujer), lo hizo finalmente en 1952. Godot fue estrenada en 1953, y la traducción al inglés apareció dos años más tarde. Aunque controvertida, resultó un éxito de crítica y público en París. Obtuvo una mala acogida en Londres, al estrenarse en 1955, pero más tarde saltaron las opiniones entusiastas de Harold Hobson en The Sunday Times y, con posterioridad, de Kenneth Tynan. En los Estados Unidos fracasó en Miami, pero tuvo una buena acogida en Nueva York. Más tarde, la obra se haría muy popular, con elevadas audiencias en Estados Unidos y Alemania. Todavía se representa con frecuencia en muchos lugares del mundo.
Suzanne y Barbara
En 1954 se traslada a Dublín para asistir al funeral de su hermano Frank; en ese momento se hizo cargo de la educación de sus sobrinos, Edward y Caroline.
A finales de los años 50, Beckett pasaba temporadas en Londres (los Beckett siempre vivieron en París), donde había trabado relación con Barbara Bray, una traductora y editora de la BBC, viuda, con dos hijas de corta edad, que contaba treinta y cuatro años cuando él la conoció. Bray era «pequeña y atractiva, pero, sobre todo, muy inteligente y culta». James Knowlson escribió sobre ellos: «Da la impresión de que Beckett se sintió de inmediato atraído por ella, lo mismo que ella por él. Su encuentro fue muy significativo para ambos, ya que constituyó el inicio de una relación en paralelo con la de Suzanne, que duraría ya toda la vida».
El importante papel que había desempeñado Suzanne —mujer enérgica y de gran carácter—, en la vida del escritor se restringió a partir de estos años, hasta el punto de que llegaron a vivir en cuartos separados; en cualquier caso, pasaban todas las vacaciones juntos. Pese a los problemas de Samuel con el alcohol, al que siempre fue muy aficionado, a sus flirteos con otras mujeres y a su necesidad casi compulsiva de estar solo, la pareja sobrevivió sin excesivos tropiezos hasta la muerte de Suzanne. Beckett, poco antes de morir (solo meses más tarde que ella) confesó a su biógrafo: «Todo se lo debo a Suzanne».
Como se ha dicho, Beckett escribía ahora mayormente en francés, y tradujo sus obras él mismo al inglés, con la excepción de Molloy, en cuya traducción le ayudó Patrick Bowles. El éxito de Esperando a Godot supuso el lanzamiento teatral para este autor. Superado por la fama, en 1956 escribió a un amigo:
El éxito o el fracaso popular nunca me han importado mucho, de hecho me encuentro mejor con el último ya que he respirado profundamente sus aires vivificantes toda mi vida de escritor, excepto en los dos últimos años.
Beckett escribiría posteriormente otras piezas teatrales de importancia, como Final de partida (1957), Los días felices (1960) y Play (1963). Los días felices ha sido interpretada en escenarios populares por artistas como La Lupa.
En 1959 recibió el título de doctor honoris causa en el Trinity College de Dublín, donde había estudiado en su juventud.
Últimos años
Los años 60 supusieron para el escritor un periodo de cambios personales y profesionales. En marzo de 1961 contrajo matrimonio civil en Inglaterra con su compañera de siempre, Suzanne Dechevaux-Dumesnil, principalmente por cuestiones de herencia en Francia. El éxito de sus piezas teatrales lo llevó por todo el mundo, para participar en recepciones, actos culturales y en los montajes de las obras, inaugurándosele una nueva etapa como director teatral.
En 1956 había empezado a trabajar para la Tercera Cadena de radio de la BBC con su obra radiofónica All That Fall. Continuaría escribiendo esporádicamente para la radio, y también lo haría para el cine y la televisión. Volvió a escribir en inglés, aunque nunca dejó de utilizar el francés.
Anécdotas
Como anécdotas, el actor Cary Elwes explica, en el vídeo de rodaje de la película La princesa prometida, que Beckett era vecino de una tal familia Roussimoff, y solía ayudar a subir al autobús escolar a uno de los hijos, André René, debido a su elevadísima estatura. André René Roussimoff llegaría a ser, con los años, el luchador profesional y actor (por ejemplo en La princesa prometida) André the Giant.

En septiembre de 1967, Beckett, a pesar de no querer contribuir a la pesadilla de la historia, firmó un manifiesto de protesta contra Franco en el diario Le Monde con motivo de la encarcelación en España del dramaturgo Fernando Arrabal.
En 1968 fue nombrado Miembro Extranjero Honorario de la American Academy of Arts and Sciences.
En 1969, de viaje por Túnez con su mujer, supo que se le había concedido el Premio Nobel de Literatura. Ella, consciente del carácter extremadamente reservado de su marido, comentó que esta concesión había sido una «catástrofe» para él, lo que ha sido jocosamente muy comentado. Después de la concesión, en efecto, Beckett se encerró como en un monasterio y desconectó el teléfono.
Aunque Beckett no era muy dado a las entrevistas, con frecuencia atendía a las solicitudes de artistas, estudiosos y admiradores en una sala del hotel de París PLM, cercano a su casa de Montparnasse.
En 1984 recibió la más alta distinción («Saoi») de la asociación de artistas de Irlanda denominada Aosdána.
Final
Suzanne murió el 17 de julio de 1989. Beckett, que sufría de enfisema y probablemente enfermedad de Parkinson, y se hallaba a la sazón recluido en un sanatorio, murió el 22 de diciembre de ese mismo año, con 83 años. Ambos fueron enterrados en el Cementerio de Montparnasse de París. Comparten una simple lápida de mármol. Se cuenta que Beckett replicó al pedírsele que eligiera el color: «Cualquiera, siempre que sea gris». La tumba se halla en la senda principal, no lejos de la entrada, a la izquierda. La de Sartre se encuentra a la derecha.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Beckett