Anemia

«Sabés que el gordo Tito tiene anemia…». Esta frase cuantas veces la hemos oído y nos ha llamado la atención pensando que el que está anémico tiene que ser flaco. Pero por lo visto el estar o no gordo nada influye en esto. Múltiples factores son los que pueden generar este trastorno, existiendo más de 400 variedades de anemia. A continuación tenemos la oportunidad de sacarnos todas las dudas al respecto. En tanto leemos, ¡Marche una transfusión a la cama Nº 4!.

DESCRIPCIÓN:

Es la incapacidad de los glóbulos rojos de proveer suficiente oxígeno a los tejidos, ya sea por una reducción en su tamaño, en su número o en la cantidad de hemoglobina que transportan. Paralelamente, se da un transporte inadecuado de dióxido de carbono (sustancia de desecho del metabolismo celular) desde los tejidos hacia los alvéolos pulmonares. La hemoglobina es una hemoproteína (proteína unida a un grupo químico de estructura muy especial denominado hemo) encargada de transportar el oxígeno y el dióxido de carbono.

CAUSAS:

En líneas generales, la anemia se presenta por deficiencias en la formación del glóbulo rojo o eritrocito a nivel de la médula ósea o por excesiva destrucción o pérdida de los mismos. Existen 400 variedades de anemia y son múltiples los factores que las provocan. La producción de glóbulos rojos es un proceso complejo que requiere de la presencia de factores nutricionales (vitamina C, B2 y B12, ácido fólico, hierro , cobre, aminoácidos) y hormonales (la eritropoyetina, hormona secretada por los riñones). Si la dieta de una persona no contiene suficientes cantidades de estos nutrientes puede verse afectada la formación de glóbulos rojos, en cantidad o en tamaño. La deficiencia de hierro, que puede observarse en mujeres en edad fértil con excesiva pérdida de sangre durante sus períodos menstruales, deriva en glóbulos con menor cantidad de hemoglobina y, por ende, menor tamaño (anemia ferropénica microcítica). La vitamina B12 es esencial para la formación de los glóbulos rojos. Aunque esta vitamina se encuentra presente en diversos alimentos (como lácteos y huevos), para que pueda ser absorbida en el intestino debe existir una sustancia producida por el estómago denominada factor intrínseco. La deficiencia genética de factor intrínseco da lugar a la anemia perniciosa; otros trastornos que impiden la correcta absorción de vitamina B12 (síndromes de mala absorción, Enfermedad de Crohn, etc) dan lugar a un tipo de anemia denominada megaloblástica. Los glóbulos rojos tienen un promedio activo de 120 días: después de eso, son captados por órganos como el bazo, el hígado y la médula ósea, encargados de su destrucción. En personas que sufren ciertos trastornos genéticos, los glóbulos rojos muestran una excesiva fragilidad o alguna otra alteración que los hace vulnerables. Si la médula ósea no es capaz de compensar esta destrucción acelerada de glóbulos rojos, se producirá una anemia que se clasifica como hemolítica. Infecciones, fármacos, deficiencias genéticas y enfermedades autoinmunes pueden generar anemias hemolíticas.

SÍNTOMAS:

Cuando la anemia es moderadamente grave, los signos y síntomas incluyen palidez en piel y mucosas (labios, conjuntiva, encías etc); fatiga; debilidad; desvanecimientos; dolor de cabeza; dificultades respiratorias (falta de aliento); hormigueo de pies y manos, y palpitaciones.

DIAGNÓSTICO:

Un hemograma provee información sobre el número de glóbulos rojos, su tamaño y el contenido de hemoglobina. A su vez, la observación al microscopio de un frotis de sangre permite detectar anomalías en la estructura de los glóbulos rojos que pueden orientar al diagnóstico del tipo de anemia. En algunos tipos de anemia, como la megaloblástica, también se observará aumento de tamaño en los glóbulos blancos y las plaquetas. Otras determinaciones que también complementan el estudio son la determinación de ácido fólico, de hierro (y de las concentraciones de sus proteínas de transporte y almacenamiento), de factor intrínseco, vitamina C, etc. Para diagnosticar otro tipo de anemias deben realizarse estudios especiales de la estructura de la hemoglobina.

TRATAMIENTO:

Si la causa es una deficiencia nutricional, la anemia se revierte con una dieta adecuada o mediante el suplemento necesario. Si hubiera ocurrido una hemorragia importante, se debe recurrir a una transfusión y debe localizarse su origen para solucionar el problema. En casos causados por alteraciones genéticas, se trata de prevenir crisis de anemia y controlar los síntomas.