Virus de inmunodeficiencia felina

El virus de inmunodeficiencia felina, VIF o FIV (por su sigla en inglés) es un lentivirus (de la familia Retroviridae) que afecta a los gatos domésticos mundialmente, y es el agente causante del sida felino.

Aproximadamente un 11 % de los gatos del mundo están infectados con el VIF. Este virus difere taxonómicamente de otros dos retrovirus felinos, el virus de leucemia felina (FeLV en inglés) y el espumavirus felino (FFV en inglés) y está más emparentado con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Dentro de los VIF, se identificaron 5 subtipos basándose en las diferencias de la secuencia de codificación de la cobertura viral. El VIF es el único lentivirus no primate que causa un síndrome similar el sida, pero no siempre la muerte del gato, pueden vivir relativamente familiares como portadores y transmisores de la enfermedad por muchos años. Hay disponible una vacuna aunque su eficacia permanece incierta, y los gatos siguen dando positivo a las pruebas de anticuerpos del VIF después de que son vacunados.
El VIF fue descubierto en 1986 en una colonia de gatos que tenía una alta prevalencia de infecciones oportunistas y condiciones degenerativas, 
El virus de inmunodeficiencia felina, mejor conocido como el VIH felino o por sus siglas en inglés FIV, fue diagnosticado por primera vez en el 1986 dentro de una colonia de gatos en California y fue identificada como enfermedad endémica en la población mundial de gatos domésticos.  Y no sólo ataca a los gatos, también a sus primos leones, tigres y pumas.
 
¿Qué hace el virus? De la misma manera que el VIH en los humanos, el FIV ataca el sistema inmunológico del gato evitando que pueda batallar contra infecciones.
NOTA: El gato con FIV no te puede contagiar a ti. Aunque el virus viene de la misma familia que el VIH, es específico para los felinos.
 
Síntomas: El virus no se detecta fácilmente de la primera. La manera de saber que el gato tiene FIV es cuando comienzan a padecer otras enfermedades.
Esto ocurre en 3 fases:
• Fase 1: El virus entra al cuerpo y va adueñándose de los glóbulos blancos. Los síntomas en el gato incluyen fiebre, anemia e inflamación de los ganglios linfáticos. Estos efectos duran semanas pero pueden ser tan leves que pasan desapercibidos.
• Fase 2: Los síntomas parecen desaparecer y el gato vive aparentemente saludable por años.
• Fase 3: En esta fase ya se ven señales. El virus destruye el sistema inmunológico y el gato queda expuesto a cualquier tipo de infección.
Entre los síntomas de la fase 3 se encuentran:
• Pérdida de peso y apetito
• El pelo pierde su brillo
• Anemia
• Problemas estomacales
• Gingivitis
• Diarrea
• Infecciones respiratorias, del ojo, piel y tracto urinario
• Cáncer
Transmisión y diagnóstico: El virus se transmite a través de la saliva, sobretodo cuando viene unida a mordidas con sangre.
Por esta razón el mayor riesgo de contagio existe entre los gatos (machos y hembras) NO esterilizados. La constante batalla por territorio unido al proceso de apareamiento que usualmente termina con la gata mordiendo al gato crean el ambiente perfecto para que el virus se propague. Y aquí no termina el círculo, muchas gatas embarazadas contagian a sus gatitos desde el útero.
Una razón más para esterilizar a tu gato.
El diagnóstico no es fácil. Se comienza de la misma manera que el FeLV, usando la prueba de sangre ELISA (por sus siglas en inglés) la cual detecta si el gato tiene los anticuerpos para el FIV. Pero el problema es que dependiendo de la etapa en que el virus se encuentre, los resultados pueden ser engañosos.
Fuente: http://gatos.about.com/od/enfermedades_comunes/a/Virus-De-Inmunodeficiencia-Felina-Fiv.htm