¿Los perros tienen manías?

Los perros también experimentan sensaciones extrañas, fobias, neurosis hacia cierto tipo de situaciones, seres u objetos, ¿quieres saber por qué?

Cogen manía a objetos o personas
Los perros también tienen manías a ciertos objetos, personas o situaciones, como nosotros. Estos comportamientos emocionales anómalos no suelen producirse en ambientes naturales óptimos. Estas manías se desencadenan cuando el animal se enfrenta a un conflicto que no es capaz de resolver y del que no se puede escabullir.
Cuando esto le ha ocurrido una vez y no ha salido airoso de esas situaciones, aprenderá la lección y en las próximas ocasiones activará otros mecanismos para defenderse ante el sujeto que le da «mal rollo». Actuará de manera parecida al miedo: se esconderá, comenzará a ladrar de manera continua, gimoteará, huirá del conflicto…
Algunas situaciones a las que puede coger manía son:
• Los truenos y las tormentas. Son ruidos potentes, estruendos que ellos escuchan mucho más fuerte y que les sacan de su tranquilidad. Manía total.
• Los transportines de viaje. Saben que esto va a significar un rato de mareo y de estar encerrado, los asocian a una mala experiencia y, por lo tanto, les cogen manía.
• Que alguien pase por su propiedad. Los animales que viven en casas con jardín o en plantas bajas con ventanales a la calle desarrollan una gran manía a los humanos y animales que pasan cerca de su territorio. Esto puede desencadenar un continuo ladrido cuando alguien pase cerca. Puede traerte problemas si tienes vecinos, no es agradable escuchar todo el día ladrar a un perro, seamos conscientes y dejémosle salir o mirar por la ventana solo a ratos y en horas prudenciales.
• Personas extrañas que se crucen. Es un caso diferente al anterior. Lucky, mi primera perra, ladraba y se alejaba de las personas que tenían «pinta extraña» en la calle. No hay que juzgar a nadie pero el caso es que ella sí lo hacía: si veía a un hombre durmiendo en un banco con un brick de vino le ladraba, y no es que ladrase siempre a la pobre gente que vivía en la calle, solo era a aquellos que tenían expresión extraña. Decíamos que había sido un perro policía en otra vida. A alguno le habrá pasado algo parecido, ¿no?
Las manías se resuelven con una correcta socialización y educación
Muchos de estos «malos rollos» se evitan con una correcta socialización y educación, pero también es cierto que por mucho empeño que pongamos, nos será imposible evitar o prever la totalidad de situaciones conflictivas.
Roko, el primer perro de Carlos, tenía pánico a ser encerrado en algo parecido a una caja, cajón o similar… Muchos podrían pensar que ello es debido a su mala experiencia en el viaje desde Estados Unidos a España dentro de una caja de transporte para animales… ¡Pues no!
¿Cuál fue la causa?
Un día en el que Roko acudió a su sesión de baño, a Carlos se le ocurrió la genial idea de meterle en uno de los cajones diseñados para el secado de los perros, unos cajones que permiten mayor comodidad al peluquero, un secado homogéneo y más rápido…¡Menos traumático!
En aquel momento, cuenta, «se me olvidaron muchos de los consejos que tan fácilmente se dan y que tan difícilmente se cumplen. Digamos que a Roko no le gustaba la idea de ser introducido en aquel cajón y que a mí se me olvidaron las más básicas reglas de comportamiento de un buen propietario. Yo empujaba y Roko «reculaba». Finalmente ganó Roko, pero perdimos los dos. A partir de aquel día, el simple acercamiento a la peluquería le producía un claro malestar: temblaba, intentaba escaparse, gruñía a la peluquera… mea culpa».
Fuente: https://www.muymascotas.es/salud