Hámsters: Los Problemas de Salud Más Frecuentes

Los hámsters son mascotas resistentes, incluso raramente se quedan enfermos si son adecuadamente alojados y alimentados con una adecuada dieta. No obstante, cuando los pequeños roedores se cogen alguna enfermedad, esta se desarrolla muy rápidamente delante de nuestros ojos y en poco más que nada se los puede matar.

Si crees que uno de tus hámsters se está poniendo enfermo, llévalo al veterinario y cumple lo que él te recomiende. El procedimiento habitual es asolarse el hámster en una jaula y proveerle una fuente de calor, como una lámpara de calentamiento adecuada o una botella de agua caliente que liberte calor. Deberás hacerle beber agua, incluso gota por gota si fuera necesario, y mantenerlo bien alimentado.
Señales de enfermedad:
El indicador de enfermedad que perciben mejor los dueños de hámsters es el cambio de comportamiento del animal, como cuando se presente letárgico o cuando camine anidado. Otras señales visibles son:
•    Pérdida del apetito
•    Pelo mal tratado
•    Estornudos
•    Descargas de la nariz o de los ojos
•    Cola permanentemente húmeda
•    Diarrea
•    Caída de pelo
Problemas frecuentes
Absceso – Los abscesos son, de hecho, algo bastante común en los hámsters. Se hacen a partir de cortes o arañazos en la piel, donde el pus se acumula y se crea un bulto. Los trozos de comida que el hámster almacena en el interior de sus mejillas, cundo tengan picos, pueden también arañarle la piel y causarle un absceso. Cuando algo así pase, es determinante que se lleve el hámster al veterinario para que este le pueda drenar el líquido acumulado y recetarle un antibiótico.
Infecciones respiratorias – Los hámsters también se constipan y si no se los cuida de inmediato podrán desarrollar una neumonía. Los síntomas de enfermedades respiratorias que enseñan los hámsters son muy similares a los que presentan los humanos: estornudos frecuentes, letargia, pérdida de apetito y descargas nasales u oculares.
Cola húmeda – Es la enfermedad más grave en los hámsters y la más temida por sus criadores, ya que afecta sobre todo los ejemplares más jóvenes. No se lo confundas con una habitual diarrea, aunque se lo pueda caracterizar como siendo una diarrea aguda. La cola del hámster está permanentemente húmeda debido a las constantes descargas y eso le causa también un desagradable olor. No se conoce todavía una cura, aunque algunos hámsters logren sobrevivir, y es una enfermedad extremamente contagiosa. Si has ya perdido un hámster en estas condiciones, te recomendamos seriamente que sustituyas todo el material que tenías para acogerlo antes de comprarte un nuevo hámster, ya que muchas veces desinfectar la jaula no es suficiente.
Diarrea – Es algo frecuente en un hámster que tenga diarrea cuando coma demasiados alimentos verdes o cuando se le introduzca un nuevo alimento en su dieta. En general, este es un problema con solución y del cual los hámsters suelen recuperarse fácilmente. Baja o suspende temporalmente la inclusión de verduras y frutas en su dieta y dale no más que alimentos secos y agua.
Parásitos – Si se mantiene el hámster en un ambiente controlado y se le dan todos los cuidados necesarios, no hay razones para que el bichito se coja parásitos. No obstante, por veces los hámsters se cogen parásitos internos o externos. En este caso, llévatelo al veterinario para que él te recomiende el desparasitante adecuado.
Problemas dentarios – Los dientes de los roedores crecen continuamente, así que estos animales tienen que desgastárselos. Dientes demasiado largos pueden perforar el otro lado de la piel de su boca cuando los hámsters se la cierran. Algunos roedores pueden crearse dientes desalineados, necesitando la intervención de un veterinario que los corrija, dejándolos alineados para que el animal pueda desgastarse sus dientes correctamente.
Garras largas – Por veces, los animales mayores y menos activos no desgastan el suficiente sus uñas. Se puede cortarles las garras con una tijera, cortándose no más que la parte más clara. Infórmate con el veterinario sobre cómo cortarle las garras a tu hámster.
Hibernación – La hibernación es peligrosa, ya que el hámster no puede producirse las provisiones suficientes para aguantarse mucho tiempo sin comer o beber. El hámster entra en un estado de entumecimiento, o sea una ligera hibernación, cuando la temperatura baja considerablemente. Si se le aumentas gradualmente la temperatura ambiente, sin causarle un choque térmico, el hámster volverá a su ritmo de actividad habitual sin cualquier consecuencia para su salud.
Pelo graso – Por veces, estos animales presentan el pelo graso en los flancos de las caderas, pero eso es una situación normal. Los hámsters poseen glándulas de olor que segregan un líquido, el cual se lo utilizan para marcar territorio e identificar otros individuos.