Así ayudan los minerales a tu perro

Los minerales desarrollan importantísimas funciones dentro del organismo de nuestro buen amigo, consiguiendo su efecto con mínimas cantidades porcentuales.

El término mineral designa a todos los elementos inorgánicos presentes en un alimento, elementos que constituyen la mayor parte de la ceniza que queda tras la combustión de la materia orgánica.
Si consideramos nuestro perro como una «pequeña tarta» que podemos dividir en porciones, ésta estaría dividida en las siguientes proporciones:
• 66% de hidrógeno (H)
• 25,5% de oxígeno (O)
• 9,5% de carbono (C)
• 1,4% de nitrógeno (N)
• Los minerales sólo suponen el 0,7% de la “materia constituyente” del animal y forman dos grupos bien definidos:
o Macrominerales: son los minerales para los que las necesidades dietéticas pueden expresarse en porcentaje o tanto por ciento; son los siguientes: calcio, fósforo, sodio, magnesio, potasio, cloro y azufre.
o Microminerales: aquellos para los que las necesidades alimentarias se expresan en partes por millón o miligramos por kilo, entre los que tenemos: hierro, cinc, cobre, yodo, selenio, manganeso, cobalto, molibdeno, flúor, boro y cromo
Los macrominerales tienen como principales funciones:
• Proporcionan el equilibrio necesario en el organismo (equilibrio ácido-básico).
• Mantienen la cantidad necesaria de agua dentro del organismo (balance hídrico).
• Controlan el funcionamiento de las membranas celulares en importantes actividades como la conducción nerviosa y la contracción de los músculos.
• Mantienen la integridad de las estructuras del organismo.
Los microminerales tienen como principales funciones:
• Colaborar con determinadas enzimas orgánicas (metaloenzimas)
• Control de infinidad de reacciones bioquímicas: intervención del yodo en la hormona tiroidea, intervención del hierro en la hemoglobina…
Lo que sí debemos tener muy presente, debido a su gran importancia para la salud del animal, es que las concentraciones de los minerales han de ajustarse a las necesidades específicas del individuo, ya que en caso contrario:
• Las concentraciones bajas producen un deterioro de las funciones fisiológicas (deficiencias).
• En concentraciones óptimas, el aporte de mineral cubre los requerimientos del animal.
• Las concentraciones excesivas producen efectos farmacológicos tóxicos (toxicidad).
Excesos y defectos minerales
Mineral Deficiencia Exceso
Calcio Generalmente provocada por alimentar exclusivamente a base de carne.
Efectos:
reducción del crecimiento, del apetito, de la mineralización ósea; cojeras, fracturas espontáneas, perdida de dientes, convulsiones, raquitismo. Por exceso de suplementación de calcio o por defecto de fósforo, zinc, hierro y cobre.
Efectos:
reduce la eficiencia y la ingesta alimentaria; nefrosis, cojeras, formación de precipitados urinarios (cálculos, cristales…)
Fósforo Por excesiva suplementación de calcio.
Efectos: aberración del apetito, menor eficiencia alimentaria, retraso del crecimiento, pelaje sin brillo, reducción de la fertilidad, fracturas espontáneas, raquitismo. Por exceso de fósforo o por defecto de calcio.
Efectos:
perdida ósea, urolitos, reducción de la ingesta alimentaria, calcificación de los tejidos blandos.
Potasio Por perdidas en diarreas, utilización de diuréticos o por defecto de ingestión en casos de anorexia.
Efectos:
anorexia, retraso del crecimiento, letargia, problemas de locomoción, lesiones cardíacas y renales, adelgazamiento. Es bastante raro.
Sodio Efectos: Incapacidad para mantener el balance correcto de agua, retraso del crecimiento, anorexia, fatiga, agotamiento, caída de pelo. Efectos: sed, picor, estreñimiento, convulsiones e incluso la muerte.
Magnesio Efectos: debilidad muscular, irritabilidad, convulsiones, anorexia, vómitos, reducción del peso corporal, calcificación de la aorta. Efectos: diarrea, urolitiasis y cistitis, parálisis.
Hierro Puede ocurrir si alimentamos exclusivamente con leche o secundariamente a pérdidas de sangre.
Efectos: anemia, pelaje áspero, retraso del crecimiento, apatía. Efectos: anorexia, pérdida de peso, alteraciones de la función hepática.
Zinc Efectos: anorexia, retraso del crecimiento, alopecia, deterioro de la reproducción, vómitos, despigmentación del pelo, conjuntivitis. Relativamente no tóxico. Se han dado casos de toxicidad por ingestión de tuercas o determinadas monedas…
Cobre Por exceso de zinc, hierro o molibdeno.
Efectos: anemia, retraso del crecimiento, despigmentación del pelo, lesiones óseas, trastornos neuromusculares, insuficiencia reproductiva. Hepatitis, aumento de la actividad de las enzimas hepáticas.
Manganeso Efectos: deterioro reproductivo, hígado graso, curvaturas óseas de los miembros, menor crecimiento. Efectos: albinismo parcial, problemas en fertilidad. En realidad, es poco tóxico.
Yodo Efectos: resorción fetal, pelaje áspero, aumento de las glándulas tiroideas, alopecia, apatía, letargia. Similar a la deficiencia: reducción del apetito, apatía, pelaje áspero, reducción de la inmunidad, fiebre.
Selenio Efectos: alteraciones musculares, insuficiencia reproductiva, ingesta alimentaria reducida, edema subcutáneo, mineralización renal. Efectos: vómitos, espasmos, marcha bamboleante, salivación, reducción del apetito, mal aliento, caída de uñas.
Boro Efectos: menor crecimiento, reducción del hematocrito, de la hemoglobina y de la fosfatasa alcalina. Efectos: manifestaciones similares a la deficiencia.
Cromo Efectos: deterioro de la tolerancia a la glucosa, aumento del colesterol. Efectos: dermatitis, irritación respiratoria, cáncer de pulmón.
En la actualidad la alimentación comercial nos asegura el aporte correcto de minerales, tanto macro como micro, para el adecuado funcionamiento orgánico.
La adición de minerales, de cualquier forma, ha de ser evitada salvo que exista una recomendación del veterinario tras una adecuada valoración de la causa de una deficiencia.
Fuente: https://www.muyinteresante.es/mascotas/articulo/asi-ayudan-los-minerales-a-tu-perro-901652971500