Ficus

Los Ficus pertenecen a la familia de las Moráceas, familia que comprende más de 60 géneros como Cecropia sp. Morus sp. etc. El género Ficus posee más de 1.000 especies y todas ellas se caracterizan por la forma cerrada en tipo de “higo” en que se constituyen las inflorescencias. Un fruto característico también llamado sicono, que en realidad no es un sólo fruto sino una infrutescencia formada por muchos frutitos que se encuentra en un receptáculo carnoso. Otro aspecto curioso es la presencia de savia más o menos lechosa (látex).

Entre todas estas especies mencionadas, un importante número de ellas da lugar comercialmente a un amplio abanico de posibilidades en cuanto a porte ya se pueden encontrar en formatos tanto de árboles, arbustos, como trepadoras. Y además contar con sus atractivas formas de hojas y colorido de éstas.
Como aspecto relevante, cabe destacar que a esta familia pertenecen especies como Cecropia palmata, C. peltata, Maclura pomifera, Morus alba, M. nigra, Artocarpus communis, etc. De estas, al margen de aquellas de importantísimo interés ornamental, tambien están aquellas de gran interés económico industrial, ya que de algunas se obtiene el caucho, lacas e incluso son comestibles como sucede con Artocarpus communi, mas conocida como el árbol del pan y el Ficus carica (higuera común) productora de los suculentos higos, ya cultivados desde antes de Jesucristo y hoy extendida ampliamente en numerosas regiones de todo el mundo.

NECESIDADES
LUZ
Dale mucha luz, pero no lo pongas al sol.
En sitios con poca iluminación puede perder las hojas.
Las variedades que tienen las hojas manchadas en blanco o en amarillo, necesitan más luz; acércalos a la luz para que no pierdan ese variegado ornamental (por ej., cerca de una ventana, pero sin que le dé el sol o pocas horas).

TEMPERATURA
En invierno, lo ideal es que no baje de 13º C y en verano una máxima de 24º C.
El Ficus benjamina puede vivir al exterior en climas donde no hay heladas (temperatura que no baje de 0º C), incluso a pleno sol. Ejemplo: la Costa Mediterránea.
Puedes sacarlos al exterior con buen tiempo, a semi-sombra y en otoño meterlo dentro otra vez.
Mejor que no tenga que soportar corrientes de aire dentro de las casas.

HUMEDAD
No es exigente en humedad ambiental, pero agradece un fino rociado diario, excepto cuando la temperatura baje de 15º C. En verano, el pulverizado le viene especialmente bien. Sobrevirá incluso en un ambiente seco por calefacción y aire acondicionado; aunque no pongas el Ficus cerca de la calefacción (aire muy seco).

RIEGO
No más de 2 veces por semana en verano, y una vez cada 8 ó 10 días en invierno. Cuidado con regar en exceso. No riegues hasta que no esté casi seca la tierra y asegúrate que no permanece agua estancada en la maceta por tener el agujero de drenaje obstruido.

ABONO
Echa cada 15 días en primavera y verano un fertilizante líquido según las instrucciones de la etiqueta. Si puede ser, que sea uno especial para plantas de hojas verdes. Aporta hierro al agua 1 vez al mes, así evitarás un posible amarilleo de las hojas por su carencia.

TRASPLANTE
Cambia a una maceta un poco mayor cada año, en primavera. Si es una planta demasiado grande para manipularla con facilidad, sustituye anualmente sólo la capa superior del sustrato (un par de centímetros) por otro nuevo.

Consejo: Poda de despunte
Para que se mantenga frondoso, despunta cada 2 ó 3 meses (no lo hagas en invierno). Corta las 2 ó 3 últimas hojas de cada ramilla terminal. Cuidado con las gotas que caen al suelo de látex blanco pegajoso.

PROBLEMAS COMUNES
¿Se le caen las hojas?
El Ficus benjamina cuando tiene algún problema reacciona normalmente tirando hojas. Sin embargo, aunque se defolie totalmente, no lo tires, tiene capacidad para rebrotar de nuevo. Ayúdale abonando.

¿Hojas ennegrecidas?
Eso puede ser porque la hoja ha tocado una ventana fría. Apártala de ahí.

¿Puntas de las hojas secas?
Ficus sometido a corrientes de aire. Quita la planta de donde esté y mantén las puertas cerradas lo que puedas.
Las hojas salen en primavera pequeñas y la planta tiene un color opaco, como sin vida.
Eso es que necesita ser trasplantada. Hazlo en primavera. Si es una planta grande, en lugar de trasplantarla a otra maceta mayor, sustituye la capa superior del compost (2 ó 3 centímetros) por otro nuevo. En este último caso abónala; en el primero no lo hagas hasta pasado 1 mes.

¿Hojas amarillas?
Exceso de riego o carencia de hierro en la tierra. Riega menos si el sustrato está empapado y aporta un fertilizante con hierro como los quelatos de hierro.