Haz que tu respiración importe

La respiración es uno de los actos más importantes que hacemos y también uno de los pocos procesos corporales que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria.

Uno puede respirar sin tener que pensar en ello o alterar la forma en que lo hace a voluntad. «Es raro si lo piensas, pero aprendemos un montón de cosas que no hacemos conscientemente y no aprendemos algo que todos hacemos todo el tiempo: respirar».

Es por esta curiosa relación entre nuestra mente y el proceso de nuestro cuerpo que nuestra respiración puede jugar un papel decisivo, especialmente en momentos de estrés.

Nuestra respiración cambia en forma y ritmo en diferentes momentos del día y con distintas emociones y estados. Por ejemplo, suspirando en desesperación, jadeando con agotamiento, conteniendo la respiración con miedo y terror.

La respiración es una de las funciones principales de los organismos vivos. Gracias a ella obtenemos el oxígeno, el cual es un elemento fundamental para poder fabricar la energía que necesitamos. Respirar de forma correcta ayuda a mejorar el funcionamiento de nuestro cuerpo. En el ser humano el aporte de oxígeno se realiza por medio del aparato respiratorio que está compuesto por las fosas nasales, la boca, la faringe, la laringe, los bronquios y los pulmones.

¿Por qué es importante el oxígeno? El organismo utiliza el oxígeno para poder fabricar la energía que necesitamos para vivir. Para obtener energía, nuestro organismo “quema”, utilizando el oxígeno y a través de complicados mecanismos bioquímicos, las sustancias nutritivas (hidratos de carbono, grasas o proteínas) que obtenemos de los alimentos. Al quemar estas sustancias se produce C02. Cuando la sangre sale de los pulmones tiene un alto contenido de oxígeno. Esta sangre llega al corazón que la “bombea” a los diferentes órganos de nuestro cuerpo. La sangre va dejando el oxígeno para que nuestros órganos puedan generar energía y se lleva los productos de desecho (C02). Luego, llega de nuevo al corazón que la bombea otra vez a los pulmones. Cuando el oxígeno que tomamos del aire se pone en contacto con está sangre “sucia” las células toman el oxígeno y liberan el CO2. Una vez que la sangre se ha purificado vuelve a distribuirse por todo el organismo.

La importancia vital de aprender a respirar correctamente que debería ser un derecho, una información en la que todos deberíamos tener acceso, resulta ser un problema por falta de ésta, se ha convertido en un gran desafío en nuestra sociedad moderna. Asumimos que el cuerpo sabe reflexivamente cuánto aire necesita en todo momento, pero por desgracias no es así. A lo largo de los siglos hemos alterado tan dramáticamente nuestro medioambiente, que muchos hemos olvidado nuestra forma innata de respirar, el proceso de respiración se ha visto distorsionado por el estrés crónico, los estilos de vida sedentarios, las dietas insalubres, los hogares sobrecalentados y el mal estado físico; todos estos factores contribuyen a los malos hábitos respiratorios, que a su vez favorecen el letargo, el aumento de peso, los problemas para dormir, las afecciones respiratorias y las enfermedades cardíacas.

  • Respiración de pecho:

Nuestro torso se mueve para dentro y para fuera y es la respiración más frecuente que hacemos mientras realizamos ejercicio o en situaciones de emergencia. Si abusamos de esta forma de respirar podemos tensar nuestro cuerpo, activando los músculos del pecho incrementamos la sensación de ansiedad.

  • Respiración abdominal o diafragmática:

Cuando respiramos, el diafragma se tensa, se aplana y se mueve hacia abajo, llevando aire a los pulmones. A medida que el diafragma se mueve empuja el abdomen, forzando la pared abdominal. Al exhalar, el diafragma se relaja, el aire sale de los pulmones y la pared abdominal se aplana. Cuando respiramos usando el diafragma estamos relajados y es la forma natural en que se produce la regeneración de nuestro cuerpo. Ocurre cuando duermes, comes o te relajas.

Para respirar mejor uno debe aprender a hacerlo usando el diafragma, es la manera en la que la respiración es más efectiva y relajada.

Ejercicios

Te recomendamos estos ejercicios y posiciones para mejorarla.

Sentado en una silla, con la espalda recostada y relajado con una mano en el abdomen. Inhala por la nariz y exhala por la boca de forma profunda, que puedas sentir tus costillas y tu pecho expandirse y contraerse.

  • Sentado, inclinado con la cabeza hacia delante y los brazos en los muslos. Inhala y exhala de forma profunda sintiendo como se hincha y se relaja tu abdomen.
  • Subiendo escaleras. Marca un ritmo para tu respiración. Inspira para subir un peldaño y expira en el siguiente. Conseguirás tener una respiración rítmica y con un patrón.
  • Tumbado de lado, en la cama, en posición cuchara, ligeramente inclinado hacia delante y con las piernas un poco dobladas una sobre la otra. Practica respiraciones profundas sintiendo como el abdomen se expande.
  • Cabeza apoyada en la mesa sobre varias almohadas y sentado en una silla. Con la cara girada hacia un lado, deja la parte de tu abdomen libre para entender y contraer el abdomen lo máximo posible, haciendo trabajar al diafragma al máximo rendimiento.

“La mente controla el cuerpo, pero la respiración controla la mente”

·         Malvina Mierez – Ricardo Labrone: Neuro-Entrenadores de Grupo Ciemec

·         (@grupo.ciemec)