Enseñamos por enseñar, o enseñamos para que aprendan?

Todos somos maestros, la pregunta no es si enseñamos, sino “qué”…

El profesor VE, DIRIGE, INTERPRETA y CALIFICA en función de su formación (basándose en la época en la que se formó), expertís y especialización en el área formativa que lidera frente a sus alumnos. Y por otro lado está el alumno que SIENTE, PROCESA,  ALMACENA y EXPRESA  toda la información percibida de su entorno e interlocutor, la MENTE es la encargada de expandir o inhibir el aprendizaje, desde esa interacción dependerá el resultado que se logre. El “cómo” se sienta una persona en su espacio de aprendizaje determinará la atención, dedicación, motivación y respuesta ante las propuestas de abordajes planteadas en ese escenario.

En el mundo actual que vivimos, mantener el equilibrio emocional puede no ser una tarea fácil, en el año 2020 todas las personas sufrimos un evento disparador que nos impulsó a realizar cambios, a posicionarnos distintos ante la vida debido al factor pandemia a causa del COVID-19, la especie humana sufrió cambios en sus comportamientos debido a esta nueva manera de comunicarnos, comportarnos, involucrarnos y esto en su gran medida disparó y despertó en muchas personas “desequilibrios en sus sistema mente-cuerpo”. Taparnos la boca y no poder abrazar, besar, ni saludar al otro, se ha transformado en disparadores cotidianos de angustias y/o ansiedades, insomnio, alteraciones en la conducta de todo tipo y los niños no fueron exceptuados a estas causas. El cuerpo se expresa sin pausa con su propio lenguaje en gran medida inconsciente.

En otras palabras, desde la presencia del coronavirus y su expansión mundial, hemos tenido que reformular nuestra manera de interactuar y comunicarnos.  

Tanto padres como maestros nos vimos en la tarea de hacer malabares para contener y acompañar a nuestros niños que se sentían “encerrados en su propio cuerpo”, con pocas posibilidades de HACER a consecuencias de permanecer en nuestras casas, evitando el efecto contagio de este virus. Esto ocasionó que reformulemos nuestra manera de relacionarnos, interconectarnos con nosotros mismos y replantearnos el desafío de cómo interactuar nuevamente frente a las actividades que acostumbrábamos a realizar con otras personas.

El cuerpo se expresa sin pausa con su propio lenguaje y es ahí en donde nos encontramos con niños desmotivados, aburridos, des-atentos, aturdidos, desconectados, mostrando estados de ansiedad, entran en sedentarismo, y usan desmedidamente la tecnología, intentando “compensar” de alguna manera esa falta y necesidad que perciben.

El cerebro funciona como un todo y, por lo tanto, se busca ejercitar también la atención, la concentración, el pensamiento creativo, el lenguaje. Se descubrió que laestimulación sensorial y actividades como acciones y pensamientos inusuales producen más sustancias químicas del sistema neurobiológico del cuerpo que estimulan el crecimiento de nuevas dendritas y neuronas en el cerebro. Hay que “desafiar” al cerebro, pero sin excedernos, porque existe una línea muy delgada entre lo que es un cerebro desafiado y un cerebro estresado.

Es por esta razón que se ha descubierto que para el niño es mucho más sencillo acceder a la información cuando tiene características multisensoriales y multidimensionales. Todas las circunstancias de la vida nos afectan de manera positiva o negativa, y suele ocurrir que, habituados a reaccionar a estímulos contradictorios, llegamos a considerar el estrés como una parte inevitable de nuestra existencia. Esta situación de incertidumbre permanente suele afectar con especial dureza a los estudiantes, enfrentados al reto de un aprendizaje nuevo y desconocido.

Sucede a menudo que el propio niño, de forma totalmente inconsciente, se da cuenta de su estado de bloqueo y nos envía mensajes en demanda de ayuda para enfrentar la situación. En realidad, no existen niños hiperactivos, introvertidos, vagos o agresivos; éstas son sólo formas de expresión que requieren tratamientos específicos para cada caso.

Integración de todo el cerebro

El estado óptimo para el aprendizaje es aquel en el que el cerebro está completamente integrado. En ese estado los dos hemisferios están igualmente activos todo el tiempo, de manera que se tiene acceso a toda la información sensorial, además de comunicación, movimiento y actuación efectivos que se deben a esa información.

El entorno para el aprendizaje se puede diseñar o mejorar con la finalidad de estimular un aprendizaje que incluya todo el cerebro.

Por una parte, el espacio debe ser estimulante pero tan libre de estrés como sea posible. Como se dijo, el estrés incrementa el funcionamiento unilateral. Por otra parte, debemos ofrecer a los estudiantes un espectro amplio de oportunidades multisensoriales. Si pueden contar con presentaciones visuales, explicaciones auditivas y tal vez tocar y desarmar modelos manipulables, etcétera, tendrán mayor posibilidad de cubrir todas las preferencias de los estudiantes.

Otro ingrediente importante para un aprendizaje exitoso es que el estudiante pueda moverse con frecuencia, tanto para despertar el cerebro como para afianzar lo que está aprendiendo.

“Las emociones afectan sistemáticamente a la atención y el aprendizaje”

En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todos, estarán bien equipados para un mundo que ya no existe… El profesor/educador debe comprender, que se encuentra frente a nuevos alumnos, no son los mismos de antes, su manera de comportarse, relacionarse, interrelacionarse cambió y va cambiando todo el tiempo conforme a sus intereses, motivaciones, preocupaciones, aspiraciones y si NO AJUSTAMOS NUESTRO SISTEMA DE ENSEÑANZA frente a ese escenario, LA ENSEÑANZA FRACASA, dado que NO SE ADQUIERE APRENDIZAJE por parte de los alumnos.

Los profesores / maestros esperan que sus alumnos o estudiantes recuerden permanentemente lo que enseñan: Las estructuras cerebrales responsables de recordar a largo plazo están ubicados en el área emocional del cerebro.

ALMACENAMIENTO A LARGO PLAZO

El almacenamiento se da cuando el hipocampo (que en griego significa caballito de mar, debido a su forma) desempeña un papel importante en la consolidación del aprendizaje y en la transformación de la información de la memoria funcional a las regiones del almacenamiento a largo plazo.

Aparte de tener SENTIDO y SIGNIFICADO para el alumno lo que está incorporando, también es muy importante que emoción esté ligada a ese suceso. Las emociones son una fuerza poderosa y no comprendida en su totalidad en lo tocante al aprendizaje y la memoria.

A lo largo de los años, la mayoría de las clases para preparación de profesores han dicho a los aspirantes  a maestros que se concentraran en la razón, cubrieran el plan de estudios y evitaran las emociones en sus clases. Ahora debemos iluminar a los profesores sobre cómo las emociones afectan sistemáticamente  a la atención y el aprendizaje.

El cómo se sienta un alumno con respecto a una situación de aprendizaje determinará la cantidad de atención que le dedique.

Las emociones interaccionan con la razón para respaldar o inhibir el aprendizaje.

Tomar ventaja de los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro, con un propósito de mejorar y potenciar tantos los procesos de aprendizajes y memoria de los alumnos, como el de aprender  a enseñar mejor, desafío para  los profesores, esto significa evaluar y mejorar la preparación del que enseña (maestro-profesor) ayudando a facilitar el proceso de quien aprende individualmente o de manera colectiva.

Cuando la neurociencia y la educación se acercan, una de las grandes metas a ser alcanzada es conocer de manera más amplia, pero refinada, la relación cerebro-aprendizaje, de tal forma que permita a un educador saber cómo es el cerebro, cómo aprende, cómo procesa, registra, conserva y evoca una información, entre otros aspectos. Esta sería la plataforma de despegue para que a partir de este conocimiento se pueda mejorar las propuestas de enseñanza y las experiencias de aprendizaje, plasmándolas de forma dinámica y motivadora en la planificación de actividades que

tengan mayor sentido y significado para los estudiantes/alumnos.

La importancia del ejercicio físico en los niños.

El ejercicio físico hace aumentar el flujo sanguíneo hacia el cerebro y a través de todo el cuerpo. La sangre adicional en el cerebro es particularmente eficaz en el hipocampo, un área muy activa en la formación de recuerdos a largo plazo (recurso importante para incorporar y recuperar-recordar aprendizajes).

El ejercicio también desencadena la secreción de una de las sustancias químicas más poderosas del cerebro, una molécula de nombre complicado llamada Factor Neuro Trófico, derivado del cerebro (BDNF) Esta proteína respalda la salud de las neuronas jóvenes y potencia el crecimiento de las neuronas nuevas. Una vez más, el área cerebral más sensible a esta actividad es el hipocampo. Los estudios muestran que una mayor actividad física en niños pre-adolescentes y adolescentes conduce a una mejor atención por parte de los alumnos a un mejor desempeño académico (Institute Off Medicine 2013; Taras 2005).

Pese a ello, los niños siguen pasando mucho tiempo sentados en el colegio y las escuelas primarias están reduciendo o eliminando el recreo para dedicar más tiempo a la preparación de los contenidos curriculares obligatorios. En otras palabras, estamos recortando la mismísima actividad que podría mejorar el desempeño cognitivo en los niños.

Los estudios muestran que una mayor actividad física en la escuela, conduce a una mejor atención por parte de los alumnos y a un mejor desempeño académico. El momento que cada cual desde su lugar sostenga y desarrolle conocimientos más basado en la ciencia sobre el nuevo cerebro actual y cómo funciona, estos conocimientos deben ser aprendidos e incorporados para llevar a cabo en las escuelas, aulas y distintas instituciones de desarrollo y formación.

Qué hacer para que el/los alumno/s conecten en clases? Cómo lograr que comprenda y siga instrucciones? Cómo lograr que atienda y muestre interés?

La respuesta es muy sencilla, desarrollando y captando su atención y motivación, NO TODOS LOS NIÑOS APRENDEN IGUAL, el cerebro necesita emocionarse para aprender, para que un niño perciba emociones agradables en su proceso de aprendizaje, debe sentirse parte de la interacción con el maestro/profesor, y a su vez ese vínculo debe motivarlo para dedicarle toda su atención y dedicación. Estar atentos no es una decisión consciente “solamente”, requiere de un proceso inconsciente, una habilidad cerebral que debe estar desarrollada y activada para que eso SUCEDA. No es lo mismo la escolaridad de manera virtual que presencial, el cerebro incorpora distinto, hay momentos óptimos y específicos para que el aprendizaje se desarrolle e incorpore el conocimiento. Dependerá de la calidad y habilidad empática comunicacional por parte del maestro en sus espacios de abordajes e interacción, como así también de los hábitos que tenga el niño en su día a día.

Malvina Mierez – Ricardo Labrone: Neuro-Entrenadores de Grupo Ciemec

(@grupo.ciemec / @ciemec)