Cuando decidió defenderlo, el abogado Francisco Oneto todavía no había tenido un encuentro con Máximo Thomsen, uno de los cinco jóvenes condenados a prisión perpetua por el homicidio de Fernando Báez Sosa. Solo comunicaciones telefónicas. Pero no dudó en aceptar el cargo. Está convencido de que la pena impuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores, y ratificada por el Tribunal de Casación Penal bonaerense, es injusta y excesiva. Su nuevo cliente tiene esperanza de revertir el fallo. Años atrás, el abogado Carlos Attias logró revertir la situación procesal de una persona que “mal defendida” estaba en prisión. Ese cliente, ahora, fue el puente para que el letrado conociera a Matías Benicelli, otro de los jóvenes condenados a la pena de prisión perpetua por el crimen ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. “El veredicto condenatorio al que llegaron los jueces fue consecuencia del estado de indefensión al que estuvo sumergido Matías”, sostiene a LA NACION el letrado. Hasta el fallo del máximo tribunal penal bonaerense, que se conoció el 22 de marzo pasado, hubo una defensa en bloque, encabeza por el abogado Hugo Tomei, que representó a los ocho condenados desde poco después de su detención, el 18 de enero de 2020. Pero, después de cuatro años y dos meses, el pacto de unidad se rompió.
Los que cambiaron su declaración
PRISIÓN PERPETUA
Máximo Thomsen24 años
PRISIÓN PERPETUA
Matías Benicelli24 años
Thomsen y Benicelli, ambos de 24 años, decidieron quebrar la unidad para intentar revertir la situación y apostaron fuerte. Quieren evitar la prisión perpetua y sintieron que la defensa en equipo dejó ser la estrategia correcta. “Entiendo desde mi perspectiva de imputado, sin menoscabar las condiciones técnicas del doctor Hugo Tomei, que al conglobar [sic] la defensa del conjunto de imputados generó un conflicto de intereses personales que conculcó mi derecho de defensa en juicio. Señalo en paralelo que ni el suscripto, ni mis familiares, sufragamos honorarios por los servicios brindados por el mencionado letrado, sino que fuimos persuadidos para designarlo para mi defensa técnica, a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados”, sostuvo Benicelli a principios de mes en un escrito presentado ante María Florencia Budiño y Fernando Mancini Hebeca, los jueces que ratificaron la condena de primera instancia. Thomsen fue más allá y culpó a Enzo Comelli, otro de los acusados que recibió la máxima pena, de ser el agresor que golpeó a traición y dejó “fuera de combate” a la víctima. “Tomar por caso que Comelli, que al haber sido el que asestó el primer potente golpe en la mandíbula, y de determinarse que fue la causal del deceso, podría haber respondido en solitario como autor de homicidio doloso”, sostuvo Oneto al recurrir la sentencia de los jueces Budiño y Mancini Hebeca.
El resto de los acusados
PRISIÓN PERPETUA
Ciro Pertossi23 años
Coautor de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
PRISIÓN PERPETUA
Enzo Comelli24 años
Coautor de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
PRISIÓN PERPETUA
Luciano Pertossi22 años
Coautor de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
15 AÑOS
Lucas Pertossi24 años
Partícipe secundario de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
15 AÑOS
Blas Cinalli23 años
Partícipe secundario de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
PRISIÓN PERPETUA
Ayrton Viollaz24 años
Partícipe secundario de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas
“Un estado de necesidad y desesperación”, fue la definición que hizo una persona que conoce a los ocho condenados (cinco a prisión perpetua y tres a 15 años de cárcel) sobre la nueva estrategia defensiva de Thomnsen y Benicelli. “No vas a resolver la cuestión echándole la culpa o responsabilidad a otra persona”, sostuvo una fuente que conoce el expediente desde el primer día. Tomei se hizo cargo de las defensas de Thomsen, Benicelli, Comelli, de 24 años; Ciro Pertossi, de 23, y Luciano Pertossi, de 22, condenados a prisión perpetua como coautores del homicidio, y de Ayrton Viollaz, de 24; Lucas Pertossi, de 24; y Blas Cinalli, de 23, sentenciados a 15 años de cárcel como “partícipes secundarios del crimen” pocas horas después del ataque mortal a Báez Sosa.
El 18 de enero de 2020 Hugo Tomei estaba en su casa de Zárate. Era el cumpleaños de una de sus dos hijas. En medio del festejo, llamaron a la puerta. Era su ahijada y colega, Emilia Pertossi. La joven lo abrazó y lloró: “Mis hermanos están presos”, dijo entre lágrimas. Se refería a Ciro y Luciano Pertossi. La tarde del 18 de enero de 2020, después de que su ahijada le contara lo que sabía de la detención de sus hermanos, llegaron a su casa los padres y otros familiares de los sospechosos. “Nadie puede criticar cómo se tomaron las decisiones porque las decisiones son de los clientes, un abogado puede tomar el mando y propone diferentes puntos de trabajo, pero las decisiones son de los clientes”, dijeron a LA NACION fuentes que afirmaron conocer la estrategia que Tomei le ofreció a los jóvenes juzgados por el homicidio de Báez Sosa.
Tomei no solo defendió a los ocho jóvenes condenados por el crimen, también representó a Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes en el inicio de la causa estuvieron imputados y después terminaron sobreseídos. “La causa comenzó con diez imputados. Tomei logró que dos de los acusados fueran sobreseídos y después de la condena en primera instancia a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal con lesiones leves [de las que fueron víctimas los amigos de Báez Sosa] consiguió, en el Tribunal de Casación Penal, que se descartara el agravante de la alevosía. Tomei está convencido de que las condenas a prisión perpetua se lograron después de una serie de arbitrariedades durante el proceso que se inició con la detención de los jóvenes oriundos de Zárate”, dijeron las fuentes consultadas.
El día 6 de febrero de 2023, en Dolores, el tribunal leyó el veredicto contra los ocho acusados
Durante su alegato, ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, el 26 de enero de 2023, Tomei sostuvo: “Represento a ocho condenados por el poder mediático, por la sociedad y la opinión pública y contra eso es muy difícil porque es una forma de presionar al Poder Judicial. Es una forma de obtener una sentencia que tenga que ver con el criterio de la opinión pública”. Para Tomei, el crimen debía encuadrarse en el artículo 95 del Código Penal, donde se castiga con una pena de entre dos y años de cárcel a los responsables de lo que se denomina un “homicidio en riña u homicidio en agresión”. La misma hipótesis esgrime ahora Oneto. “Me contactaron por un conocido en común. Nunca dudé en defender a Thomsen. Siempre tuve el convencimiento de que fue una pena excesiva. No se trató de un homicidio agravado por premeditación y alevosía. Fue un homicidio en riña o en agresión, pero nadie tiene el coraje para ponerle la exigua pena que tiene el delito. Es injusta la pena. Máximo tiene la esperanza de revertir la situación y espera que en la Justicia haya funcionarios con sentido común que encuadren la figura del homicidio en riña o agresión”, explicó el nuevo abogado del joven que le pegó una patada a Báez Sosa cuando estaban indefenso en el suelo.
La estrategia de Oneto y Attias fue cuestionar la defensa en bloque que tuvieron sus asistidos. “En este caso, y sin perjuicio de la formación y solvencia del doctor Tomei, que este letrado no pone en tela de juicio, las circunstancias hicieron que la asistencia técnica brindada por la defensa, no sea efectiva y sustancial, pues la incompatibilidad de intereses entre los imputados impidió que cada uno cuente con la posibilidad de expresarse de forma tal de preservarse totalmente a sí mismo, sin miramientos respecto de la situación procesal de su consorte, incluso se impidió que cuenten con un asesoramiento que analice de forma individualizada su posición frente a los hechos, y que aconseje la forma de proceder más adecuada para aminorar las consecuencias penales de los mismos, o directamente desvinculares, sin reparar en las consecuencias de tal proceder en sus consortes de causa”, sostuvo Oneto al recurrir el fallo del máximo tribunal penal bonaerense. Attias recordó que lo primero que hizo cuando tuvo contacto con Benicelli fue conocer “la verdad”. “A medias tintas no puedo hacer ninguna defensa. Si lo mató quiero que me diga la verdad y si fue premeditado que me lo diga. Tuve una entrevista con Matías en la alcaidía de Melchor Romero, donde está detenido, y me contó todo con lujo de detalles. Vi las atrocidades que se habían cometido. En este caso, la Justicia no se había concretado y el veredicto al que llegaron los jueces fue consecuencia al estado de indefensión al que se lo sumergió a Matias. Ni él ni su padre conocían a Tomei, fue otro quien lo propuso. Mi colega dijo que iba a llevar una defensa en común, pero que no hablara para no complicar la situación de otros imputados. Explicó que él lo iba a sacar como un caso de homicidio en riña y que Benicelli se iba a ir a su casa tranquilo porque él no había tenido participación en la riña de la calle [donde mataron a Báez Sosa], sí dentro del boliche tuvo un altercado con la víctima, por cosas de muchachos que no pueden contener la necesidad de empujarse, una discusión intrascendente”, afirmó a LA NACION el nuevo abogado de Benicelli. Attias afirmó que su cliente se enteró recién en el juicio oral de toda la prueba que había en contra de él, como las manchas hemáticas de Báez Sosa en su ropa. “No hay ninguna duda de que si él hubiese podido confrontar, como le pidió Tomei en el juicio, y explicar que esas manchas de sangre eran consecuencia de la contaminación anterior, de alguien que lo agredió [en el boliche]. Si cada uno hubiese dicho lo que pasó todo habría resultado más sencillo y cada uno pagaba por lo que hizo y no por lo que no hizo”, sostuvo Attias.
El crimen generó movilizaciones en todo el país
Tomei no se sorprendió con la decisión de Thomsen y Benicelli. Le avisaron el cambio de defensa y recibió de parte de Eduardo Benicelli, padre de Matías, un mensaje de agradecimiento por su trabajo. “A veces los abogados hacen un muy trabajo, pero los resultados no acompañan”, explicaron fuentes al tanto de la estrategia defensiva de algunos de los jóvenes condenados. Sí, seguramente, el exabogado de Thomsen y Benicelli se sorprendió con parte de las afirmaciones que fundamentaron el recurso presentado para recurrir el fallo del Tribunal de Casación Penal bonaerense, o cuando sostienen que él no les permitió hablar. “Todos hablaron en el juicio. Thomsen también lo hizo cuando el Tribunal de Casación Penal bonaerense convocó a una audiencia antes de resolver las apelaciones de la sentencia de primera instancia [en esa oportunidad sostuvo que no hubo un plan para matar a Báez Sosa]. Todo lo que pasa ahora se explica desde la desesperación”, repitió una fuente al evaluar la decisión de romper el pacto de unidad.
Fuente Lanacion