«Volver al Futuro» por Ale Ramírez

Lo que ocurre en la Argentina por estos días, nos hace recordar el exitoso film que protagonizó Michael Fox, donde su personaje Marty Mc Fly viajaba al pasado para intentar modificar situaciones que hicieran cambiar el presente.

Y en la segunda versión, su viaje es al futuro, en búsqueda de algo similar. En definitiva, después de la asunción del nuevo gobierno, se tomaron medidas que hicieron retrotraer escenarios que teníamos hace 15 años atrás. Con la decisión de eliminar las retenciones a casi todos los productos y disminuir en 5 puntos porcentuales a las de la soja (quedando en 30%), lo único que se hizo fue corregir el error de mantener estos impuestos distorsivos durante tantos años. Porque recordemos que las retenciones a las exportaciones se implementaron como un recurso extraordinario de generación de ingresos para las arcas del fisco, ante la debacle del año 2001. Además, ahora se han eliminado las retenciones a las exportaciones de productos industrializados, otro impuesto absurdo y en contra de las empresas de producción exportadora. De esta forma volvimos a una situación de normalidad de un país que quiere crecer exportando y como lo hacen todos los países serios del mundo. Otra medida que está a punto de implementarse y que será la clave para la apertura total de Argentina hacia el mundo es la eliminación de las DJAI de importación. Sin las trabas de importación que hasta ahora existen, el comercio con los países del orbe volverá a ser correcto, y nuestro país entraría nuevamente en el listado de países confiables y cumplidores. Status que habíamos perdido en los últimos 8 años. Además, se debería recomponer rápidamente el comercio con los países vecinos, donde Brasil tendría que volver a ser nuestro más importante comprador de trigo.

En tanto, los productores nacionales ven con optimismo y confianza las medidas que van implementado las nuevas autoridades nacionales, bastante coincidentes con los discursos pre-electorales. “Esto es como el juego de la OCA. Debemos volver varias casillas para estar como estábamos hace 15 años” comentaba un corredor de granos en los pasillos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Y este comentario refleja el sentimiento de todos los partícipes del sector agropecuario argentino, que ven que se han perdido 15 años de evolución. Fueron años de estancamiento y retroceso. Si miramos las cifras de producción nacional, hace 6 años que estamos produciendo cerca de las 100 millones de toneladas de granos. Cuando otros países productores continúan aumentando su producción año a año. A partir de las medidas mencionadas y a la espera del ajuste de tipo de cambio, los hombres de campo comenzarán a recibir mayor cantidad de pesos por sus toneladas de granos vendidos. Esto recompondrá los ingresos de las empresas agropecuarias, que volverán a tener posibilidades de ganar dinero. Y si estas empresas comienzan a ser rentables, rápidamente comenzarán las inversiones en el sector, con mayor venta de maquinarias, insumos, tecnología, campos, etc. Y de la mano de este aumento de la inversión, la argentina se encuentra lista y preparada para en tan sólo 3 años lograr una producción de 120 millones de toneladas de granos.
Considerando todas las variables que influyen en la economía de un país, hoy poseemos la más importante: que es la “confianza”. Existiendo confianza los países renacen y comienzan a andar un camino de crecimiento y evolución positiva. Ya existen llamados de brokers inmobiliarios internacionales intentando comprar campos y empresas del sector. Muchos inversores brasileños y uruguayos están intentando adquirir planteles completos de animales vacunos para criarlos en nuestro país. Aquellos argentinos que se fueron a producir a Paraguay o a Uruguay, ya están viendo la posibilidad de volver a hacerlo en nuestro país. Y así nos encontramos con muchas situaciones similares, donde todos ven como la Argentina se acomoda y vuelve a ser lo que fue otrora.
El film norteamericano, en toda su zaga, termina bien y con todos los personajes felices. Esperemos que esta película actual en donde todos somos protagonistas se desarrolle con tranquilidad y esperanza, y que a su culminación la Argentina vuelva a ser lo que era. Un país productivo serio, confiable y cumplidor.

Alejandro Ramírez
Analista Agropecuario