Valladolid

Valladolid es un municipio y ciudad española situada en el cuadrante noroeste de la península ibérica, capital de la provincia de Valladolid y sede de las Cortes y el Gobierno autonómicos de Castilla y León.

Cuenta, según los datos del INE de 2019, con 298 412 habitantes. Su área metropolitana, conformada por 23 municipios, es la 20.ª de España, con una población de 414 281 habitantes (INE 2013).56 Tiene un área de influencia socio-económica directa de más de 600 000 personas, distando solamente 47 km de Palencia y otros municipios importantes.
Aunque existen indicios de asentamientos pertenecientes al Paleolítico inferior, y yacimientos vacceos y tardorromanos, Valladolid no tuvo una población estable hasta la repoblación de la cuenca del Duero, cuando Alfonso VI entregó a su valido Pedro Ansúrez su señorío, en 1072. Durante la Edad Media fue sede de la corte de Castilla siendo dotada de ferias y Fuero Real y de distintas instituciones como Iglesia Colegial, elevada a rango de Catedral en 1595, Universidad, Real Audiencia y Chancillería o Casa de la Moneda.
Carlos I hizo de Valladolid capital política y, posteriormente, entre 1601 y 1606, fue capital del Imperio español hasta que esta función pasó definitivamente a Madrid. A partir de entonces se inicia un período de decadencia hasta la pujanza de la industria harinera y la llegada del ferrocarril a mediados del siglo XIX a cuyo amparo aparecen los primeros establecimientos siderúrgicos y la circulación del capital dando lugar en 1857 a la creación del Banco de Valladolid. En 1854, se funda El Norte de Castilla, decano de la prensa diaria española. Tras la posguerra, la ciudad experimenta un importante cambio, debido a la instalación de industrias automovilísticas y de otros sectores.
En Valladolid, San Fernando fue proclamado rey de Castilla y se casaron los Reyes Católicos, nacieron Enrique IV, Felipe II, Felipe IV y Ana de Austria (reina de Francia), Magallanes firmó las capitulaciones de la primera circunnavegación del mundo y murió Colón. En ella Cervantes terminó de escribir el Quijote, trabajó Quevedo y establecieron sus talleres los más grandes imagineros y orfebres del Renacimiento hispano.
Conserva en su casco antiguo un conjunto histórico compuesto por palacios, casas nobles, iglesias, plazas, avenidas y parques, junto con un patrimonio museístico en el que destacan el Museo Nacional de Escultura, el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano o el Museo Oriental, así como las casas-museo de José Zorrilla, Colón y de Cervantes. Entre los acontecimientos que cada año se celebran en la ciudad destacan su Semana Santa, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), la Feria Internacional de Turismo de Interior (INTUR), Pingüinos, el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid o el Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC).
Su estratégica posición y comunicación a través de una amplia red de autovías, alta velocidad (AVE), ferrocarril convencional, aeropuerto, y su carácter de nodo logístico en el Corredor Atlántico europeo, seguirán permitiendo su especialización como polo industrial de Castilla y León.

Topónimo
Sobre el origen del nombre hay varias teorías pero poca evidencia. Una teoría afirma que en la época andalusí se llamó Balad al-Walīd بلد الوليد, exónimo árabe usado actualmente y que significa «puebla de Walid» o «villa de Ulit» en alusión quizá al califa omeya Walid I, que gobernaba el Imperio islámico en el momento de la conquista árabe, pero más probablemente a algún posible gobernante o propietario árabe local llamado Walid o cristiano con dicho nombre (sea cual sea el caso, este común nombre árabe Ulit se castellanizaría en Olit u Olid). En muy estrecha relación con esta hipótesis, existe también la posible etimología mixta romance-árabe (caso no infrecuente en la península) de «Vallis Oleti» o «Valle de Olit». que habría evolucionado hasta la forma, esta ya sí documentada, de «Valledolit». Otro posible origen pudiera ser «Vallis olivetum», es decir, «Valle de los Olivos», aunque dado el clima con fríos inviernos y con frecuentes heladas entrada ya la primavera que tiene la ciudad no es muy probable que hubiera gran cantidad de olivos en la zona. Otra teoría afirma que el origen de la palabra proviene de la expresión romana «Vallis tolitum» («Valle de Aguas»), ya que por la ciudad pasan el río Pisuerga y el río Esgueva, que antes de su canalización, en el siglo XIX, se extendía por varios ramales. Otra teoría parte del gentilicio «vallisoletano», que se cree que provendría de «valle del sol» o «valle soleado». Pero es improbable, porque este gentilicio deriva del nombre latino de la ciudad empleado desde la baja Edad Media, «Vallisoletum», que es de creación artificial, para su uso en documentos oficiales o eclesiales en topónimos sin precedente en era romana, como es también el caso de «Matritus» o «Albasitum».
También existe la teoría de Valladolid como contracción de «valle de lid», lugar, por su llanura, donde se reunían los clanes y tribus prerromanos para sus enfrentamientos armados.
El historiador Ángel Montenegro Duque sostiene que bien podría ser la «Tola» del itinerario de Antonino de Ptolomeo, y apunta al origen céltico del topónimo, por la raíz «tollo» («lugar de aguas»). Pero, siendo un poblado de los vacceos, «Vaccea Tollit» («Solevantado de los Vacceos», o «lugar elevado de los vacceos») parece un nombre más probable que «valle tollitum», dado que «Tolitum» evoluciona a «Toledo». El origen latino de Valladolid sería así un caso de falso amigo entre «Tollo» y «Tollere». «Vaccea Tollit» parece el origen etimológico de «Vallatolit» (siglo XI), que fonéticamente evolucionó de forma natural a «Valladolid».

Pucela
El término «Pucela» se utiliza también, de forma popular, para denominar a la ciudad. De la procedencia de esta palabra existen varias teorías, que sitúan su aparición en el siglo XV.
• Se cuenta que en el siglo XV, unos cuantos caballeros vallisoletanos fueron con sus huestes a Francia, a luchar del lado de Juana de Arco en contra de los ingleses. A Juana de Arco la conocían como la «Doncella de Orleans». En francés, doncella se dice «pucelle», y en el castellano que se hablaba en aquella época, la palabra era muy parecida: «pucela». Según Luis Calabia16, periodista y cronista oficial de Valladolid, al terminar la guerra, los caballeros volvieron a Valladolid y comenzaron a contar sus hazañas y galanteos, y todo lo sucedido con la pucela de Orleans. A partir de entonces empezaron a llamarles «pucelanos», y de ahí salió el epónimo de «Pucela». Pero no existe ningún documento que avale la existencia de estos caballeros y su participación en la guerra de los Cien Años.
• El profesor de la Universidad de Valladolid Celso Almuiña tiene una segunda teoría: Valladolid se encuentra en un valle y está regada por el río Pisuerga, el río Esgueva y el canal de Castilla.17 Por lo tanto, es una charca en mitad de un entorno seco. Esa charca bien se puede llamar poza, o su diminutivo pozuela, del cual derivaría «Pucela».
• El etnomusicólogo Joaquín Díaz sostiene que el término Pucela viene por la exclusiva que tuvo la ciudad con los cementos de Pozzuoli (Italia), «Puteoli» en tiempos romanos, de donde resulta puzolana. Al ser Valladolid la ciudad desde la que se distribuían, cuando se entregaban los portes de cemento, se les conocía como «pucelanos» a los vallisoletanos que entregaban las cargas.

Pintia
Por último, se encuentra el término de «Pintia», que parece tener un origen mucho más culto. Cerca de Peñafiel, en la localidad de Padilla de Duero, se encuentran las ruinas de una importante ciudad, presuntamente celta: Pintia, perteneciente al pueblo prerromano de los vacceos. El identificar a Valladolid con esta ciudad proviene del Renacimiento y la costumbre que imperaba en aquella época de relacionarlo todo con las civilizaciones griega y romana. Posteriormente, se demostró la inexistente relación entre Valladolid y Pintia.

Historia
Fundación

Hay indicios datables en el Paleolítico Inferior, esencialmente Achelense, recogido en superficie en las terrazas cuaternarias del río Pisuerga, en Canterac (que actualmente es un gran parque situado a las afueras); pero no se puede decir que la ciudad tuviera una ocupación estable hasta la Edad Media, que es posiblemente cuando surgió el topónimo que le da nombre. Los asentamientos posteriores en la actual provincia de Valladolid datan de épocas prerromanas, existiendo en la zona yacimientos de pueblos vacceos, que fueron pobladores de cultura muy avanzada y que, como el resto de pueblos célticos, llegaron a la península procedentes del norte de Europa. El máximo exponente de esta cultura en las cercanías, que fue arrasada por los romanos, es Pincia (Pintia), en la actual localidad de Padilla de Duero.
Durante años, se creyó que Valladolid era la antigua Pincia, hasta que las excavaciones arqueológicas demostraron la verdadera ubicación de la ciudad vaccea. En varias zonas del casco antiguo de la ciudad han aparecido restos de época romana: junto a la iglesia de la Antigua aparecieron evidencias constructivas de una villa de cierta entidad (siglos I-III), así como en las calles Angustias, Arribas, Juan Mambrilla y en las del Empecinado y Padilla, donde se tiene constancia de la aparición de varios mosaicos romanos. También ha habido hallazgos en puntos periféricos de la ciudad; en los alrededores del Monasterio de Nuestra Señora de Prado se descubrió en los años 50 otra villa: la Villa romana de Prado, la cual acoge un amplio conjunto arquitectónico residencial, acompañado de mosaicos. De hecho, un gran mosaico de mármol y caliza, el Mosaico de los cantharus (datado en el siglo IV), preside el hemiciclo de las Cortes de Castilla y León (depositado por el Museo de Valladolid).

Repoblamiento y expansión
El lienzo María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en las Cortes de Valladolid, que se encuentra en el Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados, representa un momento de las regencias que María de Molina tuvo que afrontar desde Valladolid, ante las sucesivas minorías de edad de su hijo Fernando IV y nieto Alfonso XI. A su muerte dejó la tutoría del joven Alfonso XI en manos del concejo de la ciudad
En el siglo X Alfonso III de Asturias consolidó la frontera del Reino de Asturias hasta el Duero, pasando a formar parte del Condado de Castilla. En el siglo XI, durante la repoblación de la Meseta, el rey Alfonso VI de León encargó al conde de Saldaña y Carrión, Pedro Ansúrez, y a su esposa, doña Eylo Alfonso, el poblamiento y expansión del primitivo núcleo agrario, que ya existía y se organizaba mediante Concejo abierto. Alfonso VI otorgó el señorío de la misma al conde en 1072, fecha a partir de la cual se produjo el crecimiento de la ciudad. Este hizo construir un palacio para él y su esposa, doña Eylo, que no se conserva, así como la Colegiata de Santa María (lo que le otorgó el rango de villa) y la iglesia de La Antigua. En 1208, el rey Alfonso VIII de Castilla la nombró ciudad cortesana y en 1255 Alfonso X le otorgó el Fuero Real.
Tras la temprana muerte de Enrique I de Castilla, nacido en Valladolid, y la abdicación de su madre, Fernando III el Santo fue proclamado en 1217 rey de Castilla, en acto realizado en la Plaza Mayor de Valladolid. Durante los siglos XII y XIII Valladolid experimentó un rápido crecimiento, favorecido por las ferias y privilegios comerciales otorgados por los monarcas Alfonso VIII y Alfonso X «El Sabio». Durante estos siglos, la ciudad servía ocasionalmente como residencia real y sede de las Cortes. El primer Alcazarejo fue transformado en Alcázar Real, y la reina María de Molina, reina y regente de Castilla, se hizo edificar un palacio y estableció allí su residencia en torno al 1300. En 1346, el papa Clemente VI otorgó la bula que permitió el paso del Estudio Particular vallisoletano, existente desde la segunda mitad del siglo XIII, a Estudio General o Universidad.
Juan II de Castilla se crio y murió en Valladolid habiendo reinado desde esta ciudad de la que diría que es «la villa más notable de estos mis regnos e aun fuera de ellos». Este rey fue sepultado en la iglesia de San Pablo, hasta el traslado definitivo de sus restos a la Cartuja de Miraflores. En 1425 nacía Enrique IV de Castilla en la desaparecida Casa de las Aldabas de la calle de Teresa Gil. En 1453 Álvaro de Luna, todopoderoso valido de Juan II, es juzgado, condenado y finalmente decapitado en cadalso público en la plaza Mayor. El 7 de diciembre de 1453 se firmó en la ciudad la Concordia de Valladolid, poniendo paz entre Juan de Navarra (futuro rey de Aragón) y su hijo Carlos de Viana.
El 19 de octubre de 1469 Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (que sería Fernando II de Aragón) celebraron su matrimonio secreto en el palacio de los Vivero (luego emplazamiento de la Real Audiencia y Chancillería), y pasaron su luna de miel en el castillo de Fuensaldaña. Ya en 1481 contaba Valladolid con imprenta, situada en el monasterio de Prado, de la Orden de San Jerónimo, y bajo los Reyes Católicos la ciudad vivió una etapa de gran dinamismo universitario, que culmina en la creación de los Colegios Mayores de Santa Cruz (por el cardenal Mendoza) y San Gregorio (por fray Alonso de Burgos), lo que hizo de Valladolid uno de los semilleros de la burocracia moderna.

Siglos XVI-XVIII
En 1489 se estableció definitivamente el tribunal de Chancillería, y en 1500 el de la Inquisición, para juzgar actos de herejía, dando lugar a la celebración de los Autos de Fe. En 1506 murió en Valladolid Cristóbal Colón, y fue enterrado en la ciudad, en el desaparecido convento de San Francisco. Otro navegante, Magallanes, firmó en Valladolid las capitulaciones con el rey Carlos I de España, antes de iniciar su ruta occidental hacia las Indias, el 22 de marzo de 1518. En 1509 nace en Valladolid Juan de Aragón y Foix, único hijo de Fernando el Católico y su segunda esposa Germana de Foix, que murió a las pocas horas de nacer.
En 1518 las Cortes de Castilla, reunidas en Valladolid, juraron como rey a Carlos I. Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla, el incendio de Medina del Campo provocó el levantamiento de Valladolid y, tras la derrota comunera en Tordesillas, los rebeldes comenzaron a reagruparse en la ciudad, donde se estableció la Junta. Tras la victoria del emperador, y el perdón a los sublevados exceptuando sus cabecillas, Valladolid se convirtió en una de las capitales del Imperio español de Carlos I de España y V de Alemania, cobrando gran importancia política, judicial y financiera.
El 21 de mayo de 1527 nació el futuro rey Felipe II en el Palacio de Pimentel.
La célebre controversia de Valladolid tuvo lugar en 1550 y 1551 en el Colegio de San Gregorio y enfrentó dos formas antagónicas de concebir la conquista de América, representadas por Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda. Aquel debate se considera hoy pionero y una vital aportación en la historia a la construcción de los derechos humanos. Su resultado fueron nuevas ordenanzas que regulaban las conquistas, la creación de la figura del defensor de indios y un notable impulso del «derecho de gentes».
En 1559 se celebraron los autos de fe de mayo y octubre, famosos por su severidad. En 1561 la ciudad fue arrasada por un enorme incendio, tras el que Felipe II se comprometió a reconstruir la ciudad, dotándola de la primera plaza Mayor regular de España. Este rey concedió también a su villa natal el título de ciudad el 9 de enero de 1596 en virtud de una Real Provisión, y consiguió del papa Clemente VIII la creación de una diócesis en 1595 (elevada a archidiócesis en 1857).
Proyecto de Juan de Herrera (según reconstrucción ideal de Fernando Chueca Goitia) para la cuarta Colegiata de Valladolid, elevada a rango de catedral en 1595
San Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús coincidieron en Valladolid cuando la religiosa llegó a fundar en 1568 el primer convento de la reforma de la Orden del Carmen que habitó durante un tiempo. También fray Luis de León, que ya había pasado con su familia años de infancia en Valladolid, fue puesto preso en 1572 en las cárceles del Santo Oficio de la ciudad, para hacer frente a un proceso inquisitorial por cuestionar la forma tradicional de entender la Teología.
Los más insignes imagineros del Renacimiento español, Alonso Berruguete, Juan de Juni o Gaspar Becerra, establecieron sus talleres en Valladolid a su llegada de Italia.
En 1601, a instancias del valido del rey Felipe III de España, el duque de Lerma, se trasladó de nuevo la corte a Valladolid, pero se volvió a mudar en 1606. Durante este tiempo nacieron el futuro Felipe IV, y su hermana, Ana de Austria, que sería reina de Francia y madre de Luis XIV. Cabe reseñar que en este periodo llegó, en misión diplomática, el artista Peter Paul Rubens y Cervantes publicó su primera edición del Quijote, en 1604. También residieron en la ciudad Quevedo y Góngora, y la gran gubia del barroco Gregorio Fernández.
La pérdida de la Corte supuso un gran cambio para la ciudad, que sufrió un grave proceso de decadencia,25 sólo mitigado a partir de 1670 con la implantación de talleres textiles que anuncian la industrialización posterior. La segunda boda del rey Carlos II, con Mariana de Neoburgo, se llevó a cabo en 1690 en la iglesia del Convento de San Diego, dentro del conjunto del Palacio Real de Valladolid.
Durante la guerra de sucesión española, la ciudad tomó partido por Felipe V de España. En la segunda mitad del siglo XVIII, la Ilustración apareció en Valladolid de una forma muy tímida, aunque influyente. Así, se arbolan espacios de la ciudad como Las Moreras, se protegen y estimulan las manufacturas, se alienta el saneamiento urbano, se empiedran calles e intentan racionalizar los vertidos de basuras. El semanario de ideología ilustrada Diario Pinciano, sale a la luz en 1787. Se crearon la Real Academia Geográfico-Histórica de los Caballeros, la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción en 1779, o la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valladolid en 1783. La economía local y de la meseta se beneficiaría de la construcción del canal de Castilla, el proyecto más importante de ingeniería civil de la España Ilustrada, iniciativa del marqués de la Ensenada, secretario de Fernando VI, y cuyo Ramal Sur finaliza en Valladolid. En 1746 el franciscano vallisoletano Pedro Regalado fue canonizado. La ciudad sufrió grandes inundaciones en 1788, provocadas al desbordarse el río Esgueva.

Siglo XIX
Guerra de la Independencia

Valladolid fue la ciudad elegida para albergar a las tropas francesas a su llegada a España, debido principalmente a su situación en el eje París-Madrid-Lisboa. Durante la estancia de las tropas francesas se sucedieron altercados en la ciudad, entre los vecinos y los soldados, a pesar de los continuos llamamientos a la calma por parte de las autoridades de ambos.
Tras las noticias del motín de Aranjuez, la ciudad también se amotinó desde el 24 de marzo, durante varios días; se humilló la figura de Manuel Godoy (su retrato acabó hecho pedazos y arrojado al Pisuerga), y culminó con el asentamiento del Marqués de Revilla en la regiduría fernandista. El 31 de mayo de 1808 se produce el dos de mayo vallisoletano: el pueblo se agolpa en plazas y calles al grito de «¡Viva Fernando VII!», exigiendo, frente a las casas consistoriales, el alistamiento general, la entrega de armas, la designación de un jefe, y la proclamación de Fernando VII. El Cabildo condescendió en ello, y los manifestantes pasaron a la Chancillería. La insurrección despertó la preocupación del mariscal de Bessières. Como consecuencia, se preparó la batalla de Cabezón, que se produjo el 12 de julio, con una derrota absoluta y retirada en desbandada del ejército dirigido por García de la Cuesta, reunido en condiciones muy precarias.
Joaquín Blake participó en numerosas acciones de guerra. El 14 de julio fue derrotado junto con Cuesta en la batalla de Medina de Rioseco. Blake, de origen irlandés y presidente del Consejo de Regencia de España e Indias (1810-1811) y jefe del Estado Mayor, murió en Valladolid en 1827.
La ciudad fue finalmente liberada por el ejército mandado por Wellington, en julio de 1812. El vallisoletano Evaristo Pérez de Castro, fue diputado y primer secretario en las Cortes de Cádiz teniendo un papel activo en reclamar la soberanía nacional para las mismas tras la invasión napoleónica. Una placa en el Oratorio de San Felipe Neri en Cádiz le recuerda.

Desamortización, ferrocarril y progreso
A partir de 1830, con la desamortización de Mendizábal y la reordenación en provincias del territorio español, se reactivan tímidamente el comercio y la administración. Cuando Mendizábal transfiere los inmensos huertos y jardines de los conventos y sus edificios, se aprovecha la oportunidad para abrir nuevas calles o crear servicios públicos en los nuevos edificios.
Con el desarrollo del sistema financiero, aparecieron las primeras sociedades de crédito, y en 1855 se crea el Banco de Valladolid. En 1856 se fundó en Valladolid el decano de la prensa diaria española, El Norte de Castilla, resultado de la fusión de otros dos diarios: El Avisador y El Correo de Castilla.26
Vista general de Valladolid en la segunda mitad del siglo XIX
La llegada del ferrocarril —Compañía del Norte a partir de 1860 y Compañía de Ferrocarriles Secundarios de Castilla en 1884— a Valladolid supuso un gran impulso y marcó la dirección de crecimiento de la ciudad. Durante este siglo la ciudad no crece notablemente, pero su estructura interna cambia, se abren nuevas calles, se abren nuevas plazas y jardines, como el del Poniente, se reforma el Campo Grande, y se encauza y desvía el río Esgueva, lo que supone el fin de las inundaciones en la ciudad. Todo esto es posible gracias a la gestión de grandes alcaldes, como Miguel Íscar.
El 22 de octubre de 1887 se inauguró el alumbrado eléctrico público en Valladolid: por la noche, tuvo lugar la iluminación del Teatro Zorrilla y del Círculo de Recreo Mercantil, así como de algunos cafés y casas particulares. La central suministradora, de carácter térmico, estaba ubicada en una antigua fábrica de tejidos, en la margen izquierda del río Pisuerga; era popularmente conocida como «La Electra».
Los vallisoletanos Claudio Moyano, Germán Gamazo o José Muro serían importantes políticos en la España del siglo XIX.

Siglo XX
La ciudad se expande, creciendo del otro lado de la vía férrea en el barrio que se llamará de Las Delicias. El abogado y político vallisoletano Santiago Alba ocuparía varias carteras ministeriales en diferentes gobiernos entre 1906 y 1923, y sería presidente del Congreso de los Diputados durante la II República. La ciudad vivió la inestabilidad propia de la política española de las primeras décadas del siglo XX y saludó la instauración de la República en 1931. El 4 de marzo de 1934 se fusionaron Falange Española (el partido de Primo de Rivera) y las JONS (movimiento fundado por el vallisoletano Onésimo Redondo) en un acto celebrado en el Teatro Calderón.

Guerra Civil Española en la provincia de Valladolid (1936-1939)
El golpe de Estado con el que comenzó la Guerra Civil, triunfó en Valladolid, quedando en la zona nacional, siendo uno de los 12 centros del levantamiento militar.27 La guardia de asalto se sublevó a las 5 de la tarde del 18 de julio28 y los militares sublevados en la noche del 18 al 19 de julio de 1936 se hicieron con el control de las fuerzas militares tras detener violentamente a su legítimo jefe, el general Molero.
Valladolid se convirtió en la primera gran ciudad peninsular en la que triunfó la sublevación. Con el importante apoyo de los falangistas y de los monárquicos alfonsinos, controlaron en poco tiempo toda la provincia, procediendo a organizar una columna que marchó sobre Madrid a través de los puertos de Guadarrama (Alto del León) y de Navacerrada. Así, la ciudad quedó desde el principio de la contienda en el interior de la zona sublevada, no perteneciendo al frente en ningún momento de la guerra.
Durante la guerra y también una vez finalizada ésta, la represión franquista fusiló en Valladolid en torno a 40 personas cada día. Allí, como en otras ciudades de la zona sublevada, los presos eran sacados por la noche en camiones para ser fusilados en las afueras de la ciudad sin siquiera el simulacro de un juicio. El general Mola enviaría un comunicado pidiendo que estas ejecuciones se hiciesen en lugares más discretos y que se enterrase a los muertos, algo que hasta entonces no se hacía. Se estima en al menos 2500 víctimas mortales, y más de 7000 represaliados en toda la provincia. En la capital, destaca como lugar de ejecuciones el Campo de San Isidro. El cementerio del Carmen es por su parte uno de los lugares donde se ubica una de las mayores fosas comunes de la guerra civil a nivel nacional. Entre las víctimas, destaca el caso del propio alcalde de Valladolid durante la Segunda República entre 1932 y 1934, que había sido reelegido nuevamente en las elecciones de 1936, Antonio García Quintana. Tras el levantamiento, permaneció escondido hasta que fue delatado y fusilado en el Campo de San Isidro de Valladolid el 8 de octubre de 1937.
La ciudad también sufrió bombardeos de la aviación republicana, siendo la sexta ciudad de la retaguardia más bombardeada. El ataque más severo se produjo el 25 de enero de 1938, cuando la ciudad fue víctima de un bombardeo republicano, en el que murieron catorce personas y resultaron heridas otras setenta. La ciudad permanecería en el bando sublevado hasta el final de la guerra, en 1939.

Franquismo (1939-1975)
En 1940 tiene lugar la peor catástrofe de este siglo en la ciudad cuando explota el polvorín del Pinar de Antequera provocando más de 100 muertos.
Tras la postración de los primeros años de la posguerra, desde los años 1950, Valladolid experimenta un importante cambio, debido a la instalación de industrias automovilísticas (como FASA-Renault) y de otros sectores (Endasa, Michelin, Nicas, Pegaso, Indal…). La absorción de miles de emigrantes procedentes del éxodo rural terracampino provoca un importante crecimiento demográfico y urbanístico. Este hecho provocó la puesta en marcha de un planeamiento urbanístico, proyectado y parcialmente ejecutado en 1938: el Plan César Cort.37 Como consecuencia de su aprobación, se produce la mayor pérdida de patrimonio urbano en el casco viejo de la ciudad: edificios antiguos, conventos y claustros, incluyendo decenas de palacios renacentistas, fueron demolidos para construir bloques de pisos de gran altura, que rompen la armonía arquitectónica de la ciudad. En los últimos años de la década de 1960, se inicia la construcción del edificio Duque de Lerma, que sería el más alto de Valladolid. Durante tres décadas permaneció deshabitado y en varias ocasiones a punto de ser derribado, convirtiéndose su exterior en un importante muro reivindicativo.
A partir de la década de 1970, la conflictividad social en Valladolid fue incrementándose debido a la cada vez mayor actividad de los movimientos estudiantiles y los trabajadores de la industria del automóvil, principalmente. Trabajadores de FASA promovieron paros laborales con el apoyo de asociaciones obreras de la ciudad. El 20 de enero de 1975 fueron juzgados y condenados en Madrid siete estudiantes vallisoletanos por asociación ilícita. Como respuesta a la condena, tres días después, representantes de todas las Escuelas y Facultades llevaron a cabo un encierro en el Hospital Provincial de Valladolid que terminó con el desalojo y detención por parte de la policía. Manifestaciones frente al rectorado y protestas contra el entonces rector de la Universidad de Valladolid, dieron lugar a una respuesta fulminante por parte del Ministerio de Educación que decretó los cierres de facultades y finalmente, el 8 de febrero, se dio la orden de clausurar la Universidad.

Transición y democracia parlamentaria (desde 1975)
Valladolid continúa su crecimiento con la llegada de la democracia a España. Con las primeras elecciones municipales democráticas (1979), llegan los socialistas a la alcaldía: el socialista Tomás Rodríguez Bolaños se mantiene como alcalde desde 1979 a 1995, en el periodo 1991-1995 gracias a un pacto con IU, ya que el ganador de aquellas elecciones, el Partido Popular, no pudo alcanzar la mayoría absoluta.
En 1995 el Partido Popular gana las elecciones por segunda vez, esta vez ya sí con mayoría absoluta y Francisco Javier León de la Riva es nombrado alcalde manteniéndose en el cargo hasta que en 2015 el Partido Popular gana las elecciones locales ( por séptima vez consecutiva ) pero pierde la mayoría absoluta y el socialista Óscar Puente Santiago pasó a ser el nuevo alcalde de la ciudad con el apoyo de Valladolid Toma la Palabra (que entró a formar parte del gobierno municipal) y Sí se Puede Valladolid.
En la década de 1980 surgen nuevos barrios residenciales (como Parquesol), que provocan un crecimiento de la ciudad en su extensión. La ciudad se convierte en sede definitiva de los poderes ejecutivo (Junta) y legislativo (Cortes) de Castilla y León mediante ley aprobada en 1987, aunque las Cortes siguieron ubicadas en el Castillo de Fuensaldaña hasta la inauguración en 2007 de su nueva sede en el barrio de Villa del Prado de la ciudad.
Personas relevantes durante el periodo democrático, muy vinculadas a la capital, son Gregorio Peces-Barba que, como diputado por Valladolid en 1977, fue uno de los «Padres» de la Constitución española, los expresidentes del Gobierno de España José María Aznar, que fue también presidente de la Junta de Castilla y León, y José Luis Rodríguez Zapatero o la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.

Siglo XXI
Como ciudad significativa en la evolución de la lengua castellana, se celebró entre el 16 y el 19 de octubre de 2001, en el Teatro Calderón, el II Congreso Internacional de la Lengua Española, foro de reflexión sobre el idioma español, presidido por los reyes de España.
Valladolid fue premiada por la asociación internacional LUCI en 2011 con el Premio al Mejor Proyecto de Iluminación Urbana City People Light por la Ruta Ríos de Luz y en 2012 con el Premio del Jurado Popular al Mejor Proyecto de Iluminación Urbana de los Premios City People Light Awards. En 2012 Unicef declara a Valladolid Ciudad Amiga de la Infancia. En abril de 2013, Valladolid fue premiada con el Premio Reina Sofía de Accesibilidad de Municipios Españoles por su esfuerzo en la integración, normalización y participación activa de toda la ciudadanía sea cual sea su capacidad funcional.
En el año 2020 la pandemia de coronavirus provocó la declaración del estado de alarma en toda España y el confinamiento de la población en sus hogares.

Símbolos
La representación más antigua conocida del escudo de Valladolid data del año 1454, aunque en ese momento solo aparecían en él los jirones ondulados. El escudo pudo haber sido otorgado por el rey vallisoletano Enrique IV de Castilla.
La bordura de gules con los ocho castillos de oro en el escudo de armas de la ciudad aparece por primera vez en la portada de uno de los más de diez ejemplares de la Historia de Valladolid de Juan Antolínez de Burgos que data de 1722 (si bien la obra original fue concluida en 1641). Hasta entonces nunca el escudo municipal había figurado con semejante incremento armero. La bordura viene a ser un trasunto historicista, con afán también ornamental, del antiguo sello medieval de la ciudad en donde también aparecían ocho muescas o torres formando parte del cerco o muralla que envolvía simbólicamente a la villa, identificando estos castillos con las ocho puertas de las dos cercas o murallas que llegó a tener la población representadas por la bordura. Esta composición tuvo éxito y fue paulatinamente adoptada por los diferentes gremios de la ciudad y finalmente por el concejo.
La corona real es abierta, de origen medieval, más antigua que la corona real cerrada. Habría sido otorgada por los Reyes Católicos, como símbolo de villa de realengo, con fueros propios.
Por último, la Cruz Laureada de San Fernando, máxima condecoración militar española, creada en el siglo XIX, le fue otorgada por las nuevas autoridades franquistas por decreto de 17 de julio de 1939 al municipio de Valladolid por acciones de guerra llevadas a cabo por el bando sublevado para controlar la ciudad e inmediaciones en la guerra civil española.
La bandera de Valladolid es de color carmesí con el escudo de Valladolid situado en el centro.
Valladolid adquirió la categoría de villa a mediados del siglo XIII para seguir sumando títulos: buenos y leales (Muy leal) en el año 1329; Muy Noble en 1422; Ciudad en 1596; Heroica en 1854 y Laureada en 1939.

Demografía
Valladolid desborda sus propios límites y salta a municipios del entorno. Esta transformación urbana ha sido definida por el catedrático emérito de Geografía urbana Jesús García como el paso «de la ciudad a la aglomeración».

Geografía
La ciudad de Valladolid se encuentra en la mitad norte de la península ibérica. Está situada en el centro de la Meseta Norte, división de la Meseta Central, por lo que presenta un paisaje típico, llano y con escasa vegetación. El relieve vallisoletano lo conforma una llanura interrumpida por pequeñas series de colinas que originan un paisaje montañoso de cerros testigos como el de San Cristóbal (843 m), a pocos kilómetros de la capital. Las coordenadas de la ciudad son 41° 38′ N 4.º 43′ O. La altitud del centro de la ciudad es de 690 m s. n. m., mientras que la altitud máxima del municipio es de 863 m s. n. m., la cual se da al noreste del mismo, entre Páramo de Cabezón y Barco de San Pedro; y la altitud mínima es de 671 m s. n. m., la cual se da en el último tramo del río Duero dentro del municipio, a unos metros de su confluencia con el río Pisuerga.
El término municipal cuenta con dos exclaves, uno al norte de Villanubla (Navabuena) y otro al oeste de Ciguñuela (El Rebollar).
Noroeste: Villanubla
Norte: Fuensaldaña, Cigales, Santovenia de Pisuerga
Noreste: Cabezón de Pisuerga, Castronuevo de Esgueva
Oeste: Zaratán, Arroyo de la Encomienda, Simancas
Este: Renedo de Esgueva, La Cistérniga
Suroeste: Villanueva de Duero
Sur: Viana de Cega, Villanueva de Duero
Sureste: Laguna de Duero, Boecillo

Su céntrica situación en la Meseta Norte le hace estar casi equidistante del resto de las ciudades castellanas. Palencia está a 50 kilómetros, Zamora a 104 kilómetros, Segovia a 117 kilómetros, Salamanca a 121 kilómetros, Burgos a 127 kilómetros, Ávila a 138 kilómetros, León a 139 kilómetros y Soria a 208 kilómetros.

Clima
El clima de Valladolid es mediterráneo continentalizado. De acuerdo a la clasificación climática de Köppen el clima de Valladolid en el periodo de referencia 1981-2010 es, en general, de tipo Csa (mediterráneo). Sin embargo, la temperatura media en julio y agosto supera solo ligeramente los 22 °C en la zona urbana (concretamente en el observatorio de Valladolid), pero este valor baja de los 22 °C en algunas zonas del municipio de mayor altitud, a las afueras, dándose así en esos lugares un clima de tipo Csb (mediterráneo de veranos suaves). El clima de Valladolid está determinado en gran medida por la ubicación de la ciudad en el centro de la cuenca sedimentaria del Duero, que, al estar casi completamente rodeada de montañas que la aíslan del mar, tiene un clima extremado y seco para lo que cabría esperar a casi 700 metros de altitud y a solo 190 kilómetros del mar Cantábrico en línea recta. Las montañas que delimitan la meseta retienen los vientos y las lluvias, excepto por el Oeste, por donde la ausencia de grandes montañas permite un pasillo abierto al océano Atlántico y es por aquí, por Portugal, por donde penetran la mayoría de las precipitaciones que llegan a Valladolid. Los vientos del norte llegan a Valladolid secos y fríos, mientras que los del sur suelen ser cálidos y húmedos, pero es por el oeste y suroeste por donde suele llegar la lluvia a Valladolid. Los vientos predominantes en Valladolid son los del suroeste, y así se ve reflejado por ejemplo en la orientación de la pista del aeropuerto de Villanubla.
Las precipitaciones están repartidas de forma bastante irregular a lo largo del año, si bien hay un mínimo acusado en verano y un máximo en otoño y primavera. La precipitación anual es de 433 mm y la humedad relativa media a lo largo del año es del 64 %. Al año hay 2624 horas de sol y 67 días de lluvia.
En cuanto a las temperaturas tal vez lo más destacado sea la importante oscilación térmica diaria. Las diferencias térmicas entre el día y la noche superan en muchas ocasiones los 20 grados. La temperatura media anual es de 12,7 °C. Los inviernos son fríos con frecuentes nieblas y heladas (56 días de heladas de media). La ciudad cuenta con 9 días de nieve al año; aunque son infrecuentes las grandes nevadas por la particular situación geográfica de la ciudad. En las calmas anticiclónicas de invierno, principalmente en las largas noches de diciembre y enero, la inversión térmica produce nieblas, que pueden no levantar en todo el día. Es en diciembre y enero cuando puede aparecer la cencellada. La primavera en sus comienzos aún tiene el frío del invierno, para pasar a ser bastante suave y agradable a medida que nos acercamos al verano. Los veranos son, por lo general, calurosos y secos, con máximas entre 30 °C y 35 °C, pero mínimas suaves, superando ligeramente los 14 °C. En la ciudad es posible registrar alguna noche con mínima tropical superior a 20 ºC. Los otoños son por lo general lluviosos. En sus días se alternan las tardes suaves con temperaturas que rondan los 20-23 ºC al principio del otoño, con días más frescos e incluso fríos a medida que se va acercando el invierno. Los récords de temperaturas son los 41,1 °C, del 15 de julio de 2022, y los –11,5 °C del 14 de febrero de 1983, medidos en el observatorio de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) situado en el barrio de Parquesol, el más alto de la ciudad.
Aunque este dato sea el oficial, en la ola de frío de enero de 1971, concretamente el 3 de dicho mes, se alcanzaron los –16,4 °C en el aeropuerto de Valladolid, situado a las afueras de la ciudad. Sí es así en el caso de Villanubla, cuya mínima absoluta se produce en esta ola de frío, alcanzándose, el día 3 de enero de 1971, –18,8 °C. En el observatorio de Villanubla las temperaturas son más bajas, debido a que se encuentra a 849 metros de altitud, unos 150 metros más que la ciudad.

Hidrografía
Como se indicaba anteriormente, el origen más probable del nombre de la ciudad proviene de la expresión celta Vallis tolitum (Valle de Aguas), y es que Valladolid se encuentra enmarcada en la confluencia del río Pisuerga con el río Esgueva. Este último atravesaba la ciudad en dos ramales, hasta que a finales del siglo XIX se llevó a cabo su canalización.
La relación de Valladolid con el río Esgueva era ambivalente. Servía de colector de aguas residuales, por lo que impedía beber sus aguas, la insalubridad máxima y contaba con olores fétidos, pero a la vez se utilizaba para lavar y era fuerza motriz para fábricas y talleres.
A partir de 1840 y hasta 1864 Valladolid experimenta un importante desarrollo económico: se pone en servicio el Canal de Castilla y completa la línea ferroviaria Madrid-Irún, por lo que el equilibrio se rompe. De este modo el Esgueva se decide cubrir en las zonas centrales de Valladolid, y encauzar en las zonas periféricas.62 Además, también el río Duero atraviesa el municipio por el núcleo de Puente Duero, al sur de Valladolid.
El Pisuerga, principal río de la ciudad, ofrece en la actualidad diversas opciones de ocio y cultura. La embarcación Leyenda del Pisuerga permite realizar un viaje por el río, desde la Estación de Embarque, situada a la altura del paseo de las Moreras, río abajo, hasta la vecina localidad de Arroyo de la Encomienda. Se trata de un barco de 25 metros de eslora y 6 de puntal. Durante el trayecto se puede observar de cerca la flora y fauna del Pisuerga. Además, Valladolid dispone de una playa artificial, la playa de las Moreras, que permite a los vallisoletanos tomar el sol en pleno centro e incluso darse un chapuzón en el propio Pisuerga.
Valladolid también cuenta con dos canales artificiales: el Canal de Castilla, realizado entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte; y el Canal del Duero, construido en el siglo XIX para asegurar el abastecimiento de agua a la capital y permitir la creación de superficies de regadío al sur de la ciudad.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Valladolid