Uno que madrugó, un dólar se encontró. Pero más madrugó, aquel que lo perdió

Uno que madrugó, un dólar se encontró. Pero más madrugó, aquel que lo perdió

La frase «Uno que madrugó, un dólar se encontró. Pero más madrugó, aquel que lo perdió» es una variante del refrán «A quien madruga, Dios le ayuda», y se usa para ilustrar que, aunque madrugar puede traer suerte o beneficios, el verdadero «madrugador» es quien pierde algo, ya que tuvo que levantarse temprano para haber perdido ese objeto.

Explicación del refrán:
• «Uno que madrugó, un dólar se encontró»:
Esta parte del dicho sugiere que la persona que se levantó temprano tuvo la fortuna de encontrar un objeto de valor (un dólar). Esto se alinea con la idea de que la diligencia es recompensada.
• «Pero más madrugó, aquel que lo perdió»:
Esta segunda parte introduce un giro irónico. El que perdió el dólar también tuvo que levantarse temprano para hacerlo, y en algunos contextos, la pérdida puede ser una experiencia más «madrugadora» (o difícil) que el simple hallazgo.
En resumen:
La frase juega con la idea de la diligencia y la suerte, pero con un toque de humor o ironía, señalando que la experiencia de perder algo también requiere un esfuerzo, o al menos, de una situación que nos obligue a levantarnos temprano.
Fuente: Google.com