En su indagatoria, Celeste Magalí González Guerrero dijo que otro imputado intentó llamar a un familiar de una de las víctimas para mostrar cómo la torturaban
Para desvincularse de los femicidios de Lara Gutiérrez, Morena Verdi y Brenda del Castillo, ocurridos entre la noche del 19 de septiembre pasado y la madrugada del 20, una de las acusadas dijo que en el momento del triple crimen se había dedicado a vender droga en una parada de colectivo situada en Florencio Varela, a cuatro cuadras de la casa en la que ocurrieron los asesinatos.
Celeste Magalí González Guerrero, también afirmó que su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva le contó que Pequeño J, el alias de Tony Janzen Valverde Victoriano, llamó por teléfono a los familiares de una de las víctimas para que dijeran dónde estaba la droga.
La acusada hizo esa declaración durante la indagatoria ante el fiscal de La Matanza, Carlos Adrián Arribas. Debido a que se trata de una herramienta de defensa, en dicha declaración la acusada no está obligada a decir la verdad. Esto significa que el representante del Ministerio Público deberá verificar si lo que expuesto por la imputada es cierto o fue manifestado para tratar de mejorar su situación procesal y así, despegarse de la acusación por su presunta participación en los femicidios.
“Cuando estaba en el hotel alojamiento, Villanueva me comentó que habían llamado a algún familiar de las chicas pidiendo la droga. No sé a qué familiar. Me dijo que la filmaron mientras la estaban torturando y cuando le cortaron la cara. Me dijo que la llamada la hicieron con el celular de Pequeño J y con Duro”, expresó la acusada.

Su pareja, Villanueva Silva se negó a declarar. En tanto que, cuando le preguntaron si estaba dispuesta a someterse a un careo con alguno de los acusados o con el mencionado Villanueva Silva para confirmar la veracidad de sus dichos, la imputada respondió que prefería no hacerlo por el miedo que les tenía.
No obstante, la imputada mencionó que estaba dispuesta a confrontar con las personas que aparecían en el grupo de WhastApp denominado “Pizzería Los Pulpos”, que usaban para vender droga, para que describieran dónde estaba y a qué hora le compraron estupefacientes.
“Yo soy inocente, primero, porque no sabía que iban a matar a las chicas y si hubiera sabido eso nunca hubiera accedido porque ahí vivía con mi hijo, lo crié ahí desde que nació, desde 2020. Le había comentado a Jota que usara solo mi pieza, no la de mi hijo. Al final, cuando volví, no teníamos cama. Cuando volví a la madrugada y lo ví a Villanueva con la mano lastimada no fuimos comprar productos para curarle la mano”, agregó la acusada.

A punto de cumplirse un mes de los homicidios de las tres jóvenes, el fiscal acumuló una serie de pruebas en la investigación que fundaron la sospecha que los autores de la masacre secuestraron a las víctimas porque algunos conocidos de ellas formaban parte de una banda rival que les robó una cantidad no determinada de droga.
Con la inclusión de esos dos hechos nuevos, el secuestro y el robo de droga como supuesto móvil del crimen, el representante del Ministerio Público decidió indagar a los ocho acusados detenidos en la Argentina para que tuvieran la oportunidad de defenderse antes de pedir que les dicten las prisiones preventivas.
Por ese motivo, en medio de un importante operativo de seguridad fueron trasladados a la fiscalía de La Matanza, la mencionada González Guerrero; su pareja, Villanueva Silva; Matías Agustín Ozorio, Daniela Iara Ibarra, Maximiliano Andrés Parra, Víctor Sotacuro Lázaro, Florencia Ibáñez y Ariel Jiménez. El único de los nueve detenidos que no participó del mencionado acto procesal fue Valverde Victoriano, alias Pequeño J, preso en el penal de Cañete, en Perú y, actualmente sometido a un juicio de extradición.
Además, de González Guerrero, también declararon Jiménez, Ibarra y Parra. Todos afirmaron su inocencia y manifestaron que no estuvieron en la casa situada en Río Jáchal y Chañar en el momento en que fueron asesinadas Lara, Morena y Brenda.
Luego de un mes de investigación, la hipótesis del fiscal Arribas y que figuró en la descripción del hecho expuesta a cada uno de los imputados indicó que entre el 6 de septiembre, a las 22 y el 19 de septiembre a las 21:29, en un lugar indeterminado, presumiblemente varias personas, que todavía no fueron identificadas, “en forma organizada, mediante un previo plan común, acordaron la sustracción de varios kilos de sustancias ilícitas, provenientes del tráfico de drogas y destinadas a la venta al menudeo entre otras zonas, en Florencio Varela. El robo se concretó contra una organización de estructura celular con clara estabilidad y permanencia en el mercado del narcotráfico”.
Según la presunción del Ministerio Público la droga habría sido robada al grupo que integran los nueve sospechosos detenidos, más tres prófugos con pedidos de captura internacional que habrían sido identificados como Manuel David Valverde Rodriguez, David Gustavo Morales Huamani, alías El Loco David o El Tarta, y Alex Roger Ydone Castillo.
“Tras producirse el robo de drogas cuyos autores eran, presumiblemente, allegados o conocidos de Morena, Lara y Brenda, los detenidos, mediante maniobras de engaño aprovechándose de la especial condición de vulnerabilidad de las víctimas, lograron establecer un vínculo de confianza con las nombradas y las llevaron a la vivienda de Florencio Varela, donde las torturaron y las mataron”, se consignó en la nueva descripción del hecho realizada por el fiscal.
Después de las nuevas indagatorias, el fiscal pedirá que se dicten las prisiones preventivas para todos los detenidos y declinará la competencia en la Justicia Federal para que investigue el caso como un triple homicidio cometido en el contexto de una guerra entre bandas de narcos.
Por Gustavo Carabajal
Fuente Lanacion