Una automotriz de las más grandes del mundo empezó la preventa de sus modelos eléctricos que llegan a fin de año. Qué piensan las empresas que venden por la web y en qué invierten las firmas de sectores más tradicionales.
Más allá de cierto distanciamiento que pueda notarse entre los gobiernos, sobre todo por el alineamiento de Javier Milei con EE.UU., las grandes firmas chinas refuerzan su interés por comerciar e invertir en la Argentina.
En ese contexto, gigantes de distintas ramas, desde el comercio electrónico, la energía, la minería, la infraestructura y la automotriz, buscan posicionarse más fuerte en el mercado interno y con distintas estrategias para dar el primer paso.
Que las empresas chinas operen en la Argentina ya no es tan novedoso. En los últimos 15 años, con la alianza estratégica que firmaron los gobiernos, grandes firmas mineras y energéticas asiáticas están presentes en el país. Ahora, otras aprovechan la flexibilización importadora y buscan hacer pie en el mercado local.
Los arribos confirmados
Desde la Cámara de Comercio argentino-china, su titular, Sergio Spadone, hizo un repaso a TN sobre la relación bilateral de ambos países, los nichos de oportunidad para exportar al país asiático y achicar el déficit comercial, así como sobre el posicionamiento de empresas de ese origen en la Argentina.
La automotriz BYD –una de las principales del mundo y líder en vehículos eléctricos- inició la preventa de los modelos que empezará a comercializar en el país desde fines de año. Si bien no hay planes cercanos de poder abrir una planta de producción en el país, la firma adquirió fábricas que eran de Ford en Brasil, desde donde prevé distribuir sus modelos a América Latina.
“Que llegue una de las automotrices más importantes del mundo es una excelente noticia, no solo por lo que representa en términos de inversión y empleo suponiendo en el mediano plazo una extensa red de concesionarias, sino por el impacto tecnológico que podría fortalecer la transición de nuestra industria hacia un modelo más sostenible”, sostuvo el dirigente.

Por su parte, la aerolínea China Eastern Airlines inaugurará a principios de diciembre la ruta Shanghai-Buenos Aires, en un vuelo de casi 26 horas con escala en Auckland, cuyos ticket salieron esta semana a la venta por US$1715.
Mientras, Alibaba, un gigante del comercio, servicios financieros, tecnológicos y logísticos, que tiene presencia directa en Brasil y México, enviará en octubre a una misión de sus directivos para conocer de primera mano el mercado interno y participar de un evento en la Cámara argentino-china.

Los casos de Temu y Shein y el interés de Alibaba
Las plataformas Temu y Shein son un boom en las redes sociales y sus productos se venden hasta en locales físicos de CABA. Para Spadone, el fenómeno no implica una instalación de esos gigantes en el país: “su negocio es el e-commerce transfronterizo y los consumidores de estas plataformas ya se acostumbraron a que los pedidos lleven su tiempo de entrega”.
Aunque menos estridentes que los casos de esos gigantes de consumo masivo, hay desde hace tiempo en la Argentina millonarias inversiones chinas en infraestructura energética (represas de Santa Cruz, líneas eléctricas, parques solares); minería en particular litio y oro, con participación en proyectos en el NOA y en San Juan; y en agroindustria, tanto en producción, como en logística y almacenamiento.
También empresas como China Machinery Engineering Corporation (CMEC) participaron activamente en la rehabilitación de vías del tren Belgrano Cargas en el NOA y NEA, financiadas parcialmente por créditos chinos. Además, negociaciones y propuestas de inversión de otras dos empresas, COSCO Shipping y China Communications Construction Company (CCCC), para desarrollar o ampliar puertos en Santa Fe, Rosario y Bahía Blanca, así como desarrollar exportaciones pesqueras y mineras desde Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia. También están interesados en la infraestructura del futuro Corredor Bioceánico, que conecte el norte argentino con los puertos chilenos.

En paralelo, también hay inversiones chinas en la economía digital, con participación en fintechs; soluciones smart para redes de internet, centro de datos y videovigilancia para gobiernos provinciales; así como en biotecnología y digitalización agrícola.
Una relación comercial más que despareja
La apertura de importaciones que habilitó el gobierno de Javier Milei, con los ya aceitados contactos con proveedores en Asia y el boom de compras particulares en las plataformas que son tendencia, pusieron en alerta a los industriales argentinos de sectores “sensibles” como los textiles, y reforzaron el histórico déficit de la balanza comercial bilateral.
China es hoy el segundo origen de importaciones de la Argentina y el tercer destino de exportación. Según datos del INDEC, en los primeros siete meses del año, fue con China que el país registró el saldo negativo más alto (US$5714 millones) con ventas a ese país por US$4038 millones contra importaciones por US$9752 millones, lo que implicó un salto de 73% interanual.
Para Spadone, la Argentina tiene gran potencial para exportarle al gigante asiático productos y servicios de calidad en economía del conocimiento, por ejemplo software y tecnología aplicada al agro y la industria. Pero, a su criterio, el principal impulsor de acotar y tal vez revertir en unos años la brecha de la balanza comercial será la minería.
“Los minerales estratégicos como el litio, el cobre y tierras raras nos darán la posibilidad de tener comercio favorable con China, como lo hacen Brasil, Perú y Chile”, dijo el dirigente en diálogo con TN.
Mencionó, además, como principales sectores con potencial exportador a los productos con valor agregado (orgánicos, envases, trazabilidad). A criterio de Spadone, productos que ya han crecido fuerte en la última década (carne vacuna y aviar; lácteos, vinos; aceites, langostinos y calamares, entre otros) pueden seguir en ascenso.
“A principio de los 2010’s, se produjo una mayor inserción del vino argentino en el mercado chino, con foco en consumidores jóvenes y urbanos, pero la competencia dura de Australia y Chile nos mantiene en una posición relegada. Nos cuesta mucho crecer, en un mercado que ahora consume vino como una bebida más, y no lo usa ya como regalo”, comentó.
Fuente TN