Dos estudios reciente revelaron las secuelas de los ataques isquémicos transitorios (AIT), comúnmente conocidos como mini accidentes cerebrovasculares, mini ACV o micro ictus.
Como publicó Infobae, este tipo de episodio, que implica un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro, podría dejar efectos persistentes y significativos en la salud de los pacientes, según los hallazgos publicados en la revista Neurology,la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
El análisis realizado por la Universidad de Aalborg en Dinamarca, evaluó a 354 participantes con una edad promedio de 70 años, y mostró que más del 50% de las personas que experimentaron un “mini ACV” reportaron fatiga prolongada que podía durar hasta un año.
La fatiga se presentó en diferentes formas: desde un cansancio general y físico hasta una reducción en la actividad, disminución de la motivación y agotamiento mental. Además, el 61% de los participantes señaló experimentar este síntoma solo dos semanas después de haber salido del hospital, y un 54% continuó sintiéndolo hasta un año después del evento.Cualquiera puede sufrir un accidente isquémico transitorio (AIT) pero el riesgo aumenta con la edad (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los investigadores, liderados por el doctor Boris Modrau, profesor del Hospital de la Universidad de Aalborg, remarcaron que estas secuelas tras un AIT no podían ser explicadas por la presencia de coágulos de sangre persistentes, ya que los escáneres cerebrales no mostraron diferencias significativas entre pacientes con y sin fatiga.
El equipo también identificó que la ansiedad o depresión previas a un mini ACV eran dos veces más comunes entre aquellos que reportaban fatiga prolongada.
Esta asociación sugiere que, además del AIT en sí, factores emocionales y psicológicos tienen una incidencia en la forma en que los pacientes experimentan la fatiga continua, por lo los médicos piden prestar una atención más integral post-mini ACV que incluya la evaluación y manejo de estas condiciones psicológicas.
El estudio indicó que el seguimiento a pacientes diagnosticados con AIT durante las semanas y meses posteriores al incidente podría ser vital para identificar aquellos que podrían necesitar atención especializada para contrarrestar los efectos de esta fatiga prolongada, mejorando así la calidad de vida y reduciendo el riesgo de complicaciones futuras.
El deterioro cognitivo tras un mini ACV
Un accidente isquémico transitorio, o AIT, es una obstrucción temporal del flujo sanguíneo al cerebro (freepik)
Otro estudio, publicado en en JAMA Neurology en febrero de este año, reveló que los AIT pueden tener un impacto duradero en la cognición.
Según el autor principal de la investigación, el neuropsicólogo Víctor Del Bene de la Universidad de Alabama en Birmingham, el deterioro cognitivo tras un AIT es comparable al de un ictus completo, aunque los síntomas iniciales se resuelvan rápidamente. El hallazgo subraya la importancia de tomar en serio los AIT, ya que pueden alterar la capacidad cognitiva de las personas a largo plazo.
El estudio “Deterioro cognitivo tras un primer ataque isquémico transitorio”, de la Universidad de Alabama en Birmingham, analizó datos de más de 30.000 participantes mayores de 45 años sin antecedentes de ictus o AIT.
Los investigadores encontraron que, aunque inicialmente no se observa un cambio brusco en la cognición tras un AIT, cinco años después, el deterioro cognitivo es evidente y comparable al de quienes han sufrido un ictus. Este deterioro no se debe a factores demográficos, enfermedades crónicas o envejecimiento normal, sino al propio AIT.
Eric Smith, neurólogo de la Universidad de Calgary, enfatizó en un editorial adjunto al estudio publicado en JAMA Neurology que los AIT no son tan transitorios como se pensaba. Aunque no siempre conducen a demencia, alteran la trayectoria cognitiva de las personas. Además, otros factores de riesgo, como enfermedades cardíacas, diabetes o tabaquismo, pueden aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia con el tiempo.
Cuáles son los síntomas del ACV
Busque ayuda de inmediato si cree que podría estar sufriendo un AIT (gráfico: Asociación Estadounidense del Corazón)
Un accidente isquémico transitorio (AIT) o mini ACV es una obstrucción temporal del flujo sanguíneo al cerebro. El coágulo suele disolverse por sí solo o desprenderse, y los síntomas suelen durar menos de cinco minutos, según define la American Stroke Association, una división de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés)
Los síntomas que indican un posible AIT, como dificultades para mantener el equilibrio, alteraciones visuales, asimetría facial o fallos en el habla, requieren atención médica de urgencia. Es clave que el paciente acceda rápidamente a un centro de salud para obtener un diagnóstico y recibir el tratamiento necesario.
El acrónimo R.A.P.I.D.O. es una regla nemotécnica que recomiendan los cardiólogos y neurólogos para reconocer de forma sencilla los primeros signos de un ACV. Los expertos insisten en que tanto pacientes como familiares deben actuar de inmediato al identificar uno o más de estos síntomas.
– R: Rostro caído
– A: Alteración en el equilibrio
– P: Pérdida de fuerza de brazo y/o pierna
– I: Impedimento visual repentino
– D: Dificultad para hablar
– O: Obtener asistencia médicaLa detección temprana mejora las probabilidades de recuperación tras un ACV (Imagen Ilustrativa Infobae)
A pesar de que los síntomas de un AIT tienden a desaparecer rápidamente, en general en cuestión de minutos, no buscar tratamiento inmediato puede resultar en riesgos graves. Estos incluyen un riesgo elevado de sufrir un ACV completo en el futuro cercano.
Las estadísticas indican que entre el 5% y el 20% de las personas que experimentan un AIT desarrollarán un ACV en los 90 días posteriores, y las las primeras 48 horas las más críticas en términos de riesgo.
La rápida resolución de los síntomas es uno de los principales factores que lleva a las personas a subestimar la gravedad de un AIT.
Sin embargo, la aparente transitoriedad no debería subestimarse. La visión de eventos como estos por parte de la comunidad médica también ha estado evolucionando. Algunos especialistas estiman que quizás un cambio terminológico podría reflejar mejor la gravedad de estos episodios y estimular respuestas más proactivas. Reemplazar el término “transitorio” por uno que refuerce su posible severidad podría ser una estrategia para mejorar la respuesta pública.
Fuente infobae.com