¿Por qué da pereza hacer ejercicio físico? La explicación de los biólogos de Harvard

¿Por qué da pereza hacer ejercicio físico? La explicación de los biólogos de Harvard

Todas las recomendaciones de los especialistas mencionan la práctica de actividad física de manera regular como esencial para cuidar la salud y prevenir enfermedades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos deben dedicar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de actividad de mayor intensidad por semana.

Sin embargo, hay que poner mucha voluntad para cumplir con estas recomendaciones. Siempre alguna buena excusa nos aleja de un hábito que solo brinda beneficios a nuestra salud física y mental

¿Por qué nos da pereza realizar actividad física, según Harvard?

Solo 21 minutos diarios deSolo 21 minutos diarios de ejercicio pueden reducir la mortalidad en un 50 %, según investigaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según la investigación del biólogo evolutivo de Harvard Daniel E. Lieberman, hacer ejercicio no es algo para lo cual los humanos hayan evolucionado. En su libro Exercised: Why Something We Never Evolved to Do Is Healthy and Rewarding, el profesor propone que el esfuerzo físico voluntario con fines de salud y forma física es un comportamiento moderno, sin precedentes en la historia evolutiva de la especie.

Lieberman, quien es docente en el Departamento de Ciencias Biológicas Edwin M. Lerner II, sostiene que durante la mayor parte del pasado humano, el movimiento respondía a necesidades inmediatas o a situaciones socialmente gratificantes, como cazar, recolectar, bailar o jugar.

En The Harvard Gazette, explicó que ese legado evolutivo genera una resistencia natural a hacer ejercicio solo por bienestar físico.

“Evolucionamos para movernos, pero no para ejercitarnos”, señaló. “De hecho, gastar energía en actividades físicas innecesarias habría sido contraproducente para un cazador-recolector. Por eso, hoy no hacer ejercicio no es sinónimo de pereza, sino una respuesta completamente normal”, destacó.Solo 21 minutos diarios deSolo 21 minutos diarios de ejercicio cinco veces por semana reducen la mortalidad general en un 50 por ciento según el Harvard Alumni Study (Imagen ilustrativa Infobae)

Dijo Lieberman en la entrevista en The Harvard Gazette : “Cuando me levanto por la mañana para salir a correr, a menudo hace frío y me siento fatal, y no tengo ganas de hacer ejercicio. Mi cerebro me da todo tipo de razones para posponerlo. A veces tengo que obligarme a salir. El objetivo es ser compasivo contigo mismo y comprender que esas vocecitas en tu cabeza son normales y que todos, incluso los “adictos al ejercicio”, luchamos contra ellas. La clave para hacer ejercicio es superarlas”.

Según datos oficiales, apenas una cuarta parte de la población adulta estadounidense realiza actividad física en su tiempo libre. Para Lieberman, esto se debe a que el impulso por evitar el gasto energético innecesario está profundamente arraigado.

A su juicio, reconocer ese instinto es el primer paso para contrarrestarlo.

Según científicos de la Universidad de Harvard, los estadounidenses del siglo XXI realizan, en promedio, media hora menos de actividad física diaria que sus antecesores del siglo XIX.

El estudio, liderado por el laboratorio del biólogo evolutivo Daniel E. Lieberman, fue publicado en la revista Current Biology.

La investigación se basó en datos históricos sobre la temperatura corporal en reposo y tasas metabólicas para estimar los niveles de actividad física a lo largo del tiempo. Según explicó Andrew K. Yegian, autor principal del artículo e investigador postdoctoral del Departamento de Biología Humana y Evolutiva, el análisis permitió traducir el descenso fisiológico observado en términos de gasto calórico y minutos de ejercicio.

Qué es la tasa metabólica y por qué disminuyó en Estados Unidos

Lieberman desmiente que correr causeLieberman desmiente que correr cause artrosis y destaca que con técnica y entrenamiento puede tener incluso efectos protectores (Imagen ilustrativa Infobae)

El equipo estimó una disminución del 6 % en la tasa metabólica en reposo desde 1820 hasta la actualidad. Este cambio, vinculado a un menor nivel de actividad física, equivale a una reducción de 27 minutos de ejercicio diario. Para los autores, el principal responsable de esta transformación es el desarrollo tecnológico.

“En lugar de ir caminando al trabajo, usamos coche o tren; en lugar de trabajo manual en fábricas, usamos máquinas”, sostuvo Yegian. “Hemos creado tecnología que realiza nuestra actividad física por nosotros… Esperamos que esto ayude a la gente a reflexionar más sobre los cambios a largo plazo en la actividad física que han surgido con el estilo de vida y la tecnología”.

Aunque ya estaba documentado que la urbanización y la automatización redujeron el esfuerzo físico cotidiano, hasta ahora no se había estimado con precisión la magnitud de ese descenso. La investigación propone que las variaciones históricas en la temperatura corporal podrían servir como un indicador poblacional indirecto del nivel de actividad física, debido a su vínculo con el metabolismo.

El trabajo se originó tras una publicación de la Universidad de Stanford que reportó una caída en la temperatura corporal promedio en Estados Unidos, desde los 37°C (98.6 °F) establecidos históricamente hasta los 36.4 (97.5 °F) actuales.El desarrollo tecnológico reemplazó muchosEl desarrollo tecnológico reemplazó muchos esfuerzos cotidianos con máquinas lo que contribuyó a la disminución de la actividad física (Imagen Ilustrativa Infobae)

A partir de ese hallazgo, los investigadores de Harvard se propusieron calcular en qué medida este cambio podía reflejar una baja en la actividad física, considerando que el metabolismo genera calor y es parcialmente alimentado por el movimiento corporal.

Para realizar la estimación, los científicos analizaron artículos previos y extrajeron datos que relacionaban temperatura corporal, metabolismo y actividad física. A partir de esta correlación, desarrollaron un modelo que permitió traducir la diferencia térmica en términos de gasto calórico y tiempo de ejercicio.

En su artículo, los autores advierten que diversos factores, además de la actividad física, pueden influir en la tasa metabólica en reposo y la temperatura corporal. Sin embargo, plantean que el enfoque propuesto podría aplicarse a otras poblaciones y servir de referencia para explorar el impacto de los cambios conductuales sobre la salud pública.Lieberman sugiere hacer del ejercicioLieberman sugiere hacer del ejercicio una actividad social o necesaria como estrategia para superar la resistencia natural al esfuerzo (Imagen ilustrativa Infobae)

“Esta es una primera estimación que toma datos fisiológicos y trata de cuantificar las disminuciones en la actividad”, señaló Yegian. “El siguiente paso sería intentar aplicar esto como herramienta a otras poblaciones”, afirmó.

Por qué hacer actividad física es saludable

El estudio destaca que el descenso en la actividad física podría estar vinculado con el incremento en enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y el Alzheimer.

“La actividad física es un factor determinante de la salud”, afirmó Lieberman. “Comprender la disminución de la actividad física en los estadounidenses durante las últimas generaciones nos permite evaluar en qué medida el aumento en la incidencia de enfermedades crónicas se puede atribuir a la disminución de la actividad física”.

El científico propone tres enfoques para superar esa inercia natural: primero, evitar la culpa, entendiendo que la falta de motivación no implica un fallo moral; segundo, vincular el ejercicio con factores sociales o de necesidad, como entrenar en grupo o encontrar placer en la actividad; y tercero, abandonar mitos sobre la exigencia y la cantidad.No evolucionamos para correr maratonesNo evolucionamos para correr maratones ni levantar grandes pesos sino para realizar esfuerzos razonables y moderados según Lieberman (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lieberman destaca que los humanos no evolucionaron para correr maratones ni levantar grandes pesos, y que los beneficios para la salud aparecen incluso con niveles bajos de ejercicio. “Solo 21 minutos diarios, cinco veces por semana, reducen la mortalidad en un 50 %”, explicó, citando estudios epidemiológicos como el Harvard Alumni Study.

Ese mismo estudio, dirigido por Ralph Paffenbarger, mostró que los beneficios del ejercicio se amplifican con la edad. Los adultos mayores físicamente activos tuvieron tasas de mortalidad considerablemente más bajas que sus pares sedentarios, lo que contradice la noción de que es normal disminuir la actividad después de la jubilación.

Para Lieberman, esa creencia también es un mito moderno. Señala que, en sociedades de subsistencia, los mayores eran incluso más activos que los adultos jóvenes, ya que ayudaban en la búsqueda de alimentos y cuidados familiares. Esa actividad prolongada a lo largo de la vida, indica, desencadena mecanismos fisiológicos que combaten el deterioro asociado al envejecimiento.

Otro punto abordado en el libro es la relación entre el ejercicio y el dolor articular. Aunque admite que correr puede producir lesiones en las rodillas, señala que la mayoría se previenen con técnica y fortalecimiento muscular. También menciona que la evidencia científica no vincula correr con la aparición de artrosis, y que, por el contrario, puede tener un efecto protector.Aunque Lieberman admite que correrAunque Lieberman admite que correr puede producir lesiones en las rodillas, señala que la mayoría se previenen con técnica y fortalecimiento muscular(Imagen Ilustrativa Infobae)

En cuanto al sedentarismo, Lieberman advierte contra su demonización. Estudios sobre poblaciones cazadoras-recolectoras muestran que también pasan sentados unas diez horas al día. La diferencia, subraya, está en la forma de sentarse y en la frecuencia con que se interrumpe esa postura.

“Evolucionamos para ser físicamente activos durante toda la vida. Y, a su vez, la actividad física a lo largo de la vida nos ayuda a vivir más y a mantenernos sanos a medida que envejecemos”, dijo Lieberman.

“Evolucionamos para sentarnos, pero no para estar inmóviles durante horas y hay pruebas contundentes de que es útil interrumpir el tiempo sentado con regularidad, señaló. Sugerencias simples como levantarse periódicamente, caminar brevemente o moverse mientras se está sentado, pueden activar el metabolismo y reducir riesgos relacionados con el sedentarismo prolongado.

Finalmente, Lieberman rechaza la idea de que los escritorios de pie sustituyen al ejercicio o que sentarse sea equivalente a fumar. “Sentarse no es el problema en sí, el problema es no hacer otra cosa”, concluyó.


Por Silvia Pardo

Fuente: infobae.com