A través de un decreto, se prevén sanciones de hasta 20 mil euros para quienes pongan en riesgo la seguridad de los vuelos con dispositivos electrónicos o se nieguen a obedecer las órdenes de la tripulación.
En busca de resguardar la seguridad aérea, el gobierno de Francia está tomando medidas cada vez más severas. A través de un decreto, que ya está en vigencia, se habilita a la autoridad de la Aviación Civil a imponer penas económicas de hasta 10.000 euros a quienes desarrollen «comportamientos perturbadores» en los aviones. La suma se duplica hasta los 20.000 euros en caso de reincidencia. Y, en casos extremos, la normativa autoriza a prohibir el embarque de pasajeros problemáticos por un período máximo de cuatro años, para los casos de mayor gravedad.
El fenómeno de los pasajeros con conductas inapropiadas en las aeronaves es una amenaza en aumento para viajeros y aerotripulantes. En 2024, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) documentó un incidente por cada 395 vuelos. Por su parte, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) consigna entre 200 y 500 ocurrencias cada mes en el espacio aéreo europeo.
Negarse a apagar el celular en vuelo puede traer muchos problemas
El ministro de Transporte, Philippe Tabarot, celebró la nueva normativa a través de un posteo en la red social X. «Los comportamientos perturbadores a bordo de los aviones son cada vez más numerosos, y esto no es aceptable«, afirmó. «Ponen en peligro la seguridad del vuelo, incomodan a los pasajeros y complican el trabajo de las tripulaciones. Con la publicación del decreto del 7 de noviembre, ahora tenemos un marco para sancionar estas conductas de manera justa, proporcionada pero firme», agregó.
El nuevo texto reglamentario precisa de manera taxativa cuáles son las conductas que podrán ser objeto de la sanción económica y de la prohibición de volar. Estas incluyen, en primer lugar, la utilización de un aparato electrónico o eléctrico cuando el personal navegante prohibió su uso durante la totalidad del vuelo o durante alguna de sus fases.
En segundo lugar, se establece la penalización a quienes obstaculicen el ejercicio de las misiones de seguridad que lleva a cabo el personal navegante. Finalmente, la norma permite sancionar la negativa a conformarse a una instrucción de seguridad impartida por el personal que está a cargo del vuelo.
Una base de datos centralizada permite compartir registros entre diferentes aerolíneas
Las disposiciones del decreto aplican a los vuelos que son operados por transportadores aéreos con licencia en territorio francés. El sistema implementa una base de datos específica que será gestionada por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia, con la función de centralizar los reportes de comportamientos perjudiciales que eleven los transportadores aéreos franceses. Los servicios de la DGAC analizan cada uno de estos informes. Después, se comunica el resultado a los pasajeros involucrados y se les otorga un mes para presentar sus descargos y observaciones ante el ministro a cargo de la aviación civil.
En todos los casos, la gravedad de la falta cometida determina la graduación de las sanciones. En el peor de los casos, los pasajeros que no cumplieron con la normativa vigente podrían quedar excluidos de los viajes en avión por un período de hasta cuatro años.
Estas sanciones administrativas se suman a la posibilidad de iniciar procesos penales por las infracciones más graves, que pueden acarrear penas de prisión de hasta cinco años y multas de 75.000 euros.
Fuente Perfil

