El Pentágono extiende su capacidad operativa en la zona por medio de la renovación de una antigua base naval
LONDRES.– Estados Unidos está actualizando su largamente abandonada exbase naval en el Caribe de la época de la Guerra Fría, lo que sugiere la base se prepara para funcionar de manera continua y tal vez brindar apoyo a posibles acciones militares dentro de Venezuela, según se desprende del análisis de imágenes de la agencia Reuters.
Las obras de construcción en la exbase naval Roosevelt Roads, en Puerto Rico —cerrada por la Marina norteamericana hace más de 20 años—, ya arrancaron el 17 de septiembre, cuando ingresaron cuadrillas de limpieza y los trabajos de repavimentación de las calles de rodaje que conducen a la pista de despegue y aterrizaje, según las fotos tomadas por Reuters.
Hasta que la Marina se retiró de las instalaciones en 2004, Roosevelt Roads era una de las bases navales norteamericanas más grandes del mundo.
Un funcionario del gobierno señaló que la base está situada en un punto estratégico y dispone de gran cantidad de espacio disponible para almacenar equipamiento.
Las fuerzas del Pentágono en el Caribe
Además de las mejoras en la capacidad de despegue y aterrizaje de la base, Estados Unidos también está construyendo nuevas instalaciones en los aeropuertos civiles de Puerto Rico y de la isla de Santa Cruz, parte de las Islas Vírgenes.

Ambos territorios se encuentran a unos 800 kilómetros de Venezuela.
Reuters habló con tres oficiales militares norteamericanos y tres expertos marítimos que aseguraron que las nuevas edificaciones en Puerto Rico y las Islas Vírgenes apuntan a que Estados Unidos está haciendo preparativos que permitan que el ejército de Estados Unidos pueda realizar operaciones dentro de Venezuela.
El líder venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado repetidamente a Estados Unidos de buscar derrocarlo.
“Creo que todo esto está pensado para atemorizar al régimen de Maduro y a los generales que lo rodean con la esperanza de generar divisiones internas”, dice Christopher Hernández-Roy, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Washington.


Para monitorear la actividad militar de Estados Unidos en la región durante los últimos dos meses, Reuters tomó fotos de bases militares norteamericanas y revisó imágenes satelitales, datos de seguimiento de barcos y vuelos, y publicaciones en redes sociales. También se relevaron los movimientos de buques militares norteamericanos con entrevistas en el lugar y fotos y videos de acceso público.
El actual despliegue de Estados Unidos en la región es el más grande no relacionado con ayuda humanitaria desde 1994, cuando Estados Unidos envió dos portaaviones y más de 20.000 soldados a Haití para participar en la “Operación Defender la Democracia”.
Desde principios de septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo al menos 14 ataques navales en el Caribe y el Pacífico contra presuntos buques de narcotráfico, con un saldo de 61 muertos.
Los ataques contra presuntos buques del narcotráfico tensionó aún más las relaciones de Estados Unidos con Colombia y Venezuela y puso el foco una región del mundo a la que el ejército norteamericano destinó pocos recursos en los últimos años.
Consultada sobre la expansión militar de Estados Unidos en el Caribe, la Casa Blanca respondió que durante su campaña electoral el presidente Donald Trump había prometido combatir a los cárteles de la droga de la región.
“Ha tomado medidas sin precedentes para detener el flagelo del narcoterrorismo, que ha provocado la innecesaria muerte de norteamericanos inocentes”, le manifestó a Reuters la vocera de la Casa Blanca, Anna Kelly, a través de un comunicado.

El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe comenzó en agosto, con la llegada de buques de guerra, un submarino nuclear, aviones de combate y aeronaves de reconocimiento.
El grupo de batalla del portaaviones Ford, con aproximadamente 10.000 efectivos y decenas de aeronaves y sistemas de armas, ya viene de camino desde el mar Adriático.
Según imágenes satelitales y datos de seguimiento de buques, uno de los destructores del Ford zarpó de Gibraltar el 29 de octubre.
Ante los hallazgos de Reuters, el Pentágono no respondió a la solicitud de comentarios. Como tampoco el gobernador de Puerto Rico.
Desarrollo de bases en el Caribe
Mark Cancian, coronel retirado del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y asesor principal del CSIS, señaló que las obras que se observan en las imágenes coinciden con preparativos para aumentar la capacidad de aterrizaje y despegue de aeronaves militares.
Además de la renovación de las calles de rodaje, Reuters observó la instalación de equipos portátiles de apoyo al tráfico aéreo y de seguridad.

Las imágenes satelitales tomadas el 29 de octubre muestran 20 nuevas tiendas de campaña al sureste de la pista, cerca de un hangar de aeronaves abandonado.
Hernández-Roy, investigador del CSIS, dijo que es posible que el ejército simplemente estuviera reparando baches, pero agregó: “Si ahora el foco de Estados Unidos está puesto en el hemisferio occidental, tendría sentido que estén queriendo reabrir una enorme y antigua base naval y asegurarse de que allí puedan operar la variedad de aeronaves que actualmente utiliza el ejército norteamericano”.
Reuters también detectó cambios significativos en el Aeropuerto Rafael Hernández, el segundo aeropuerto civil con mayor tráfico aéreo de Puerto Rico.
Para mediados de octubre, el ejército norteamericano ya había instalado equipos de comunicaciones y una torre móvil de control de tráfico aéreo, que según los expertos militares suelen ser necesarias en zonas de guerra o de desastre, cuando hay que coordinar un gran número de aeronaves en vuelo.

Las imágenes satelitales muestran la construcción de un depósito de municiones en el predio del aeropuerto, aunque los expertos consultados por Reuters indicaron que no queda claro qué tipo de armas podría almacenar.
“Es muy importante, porque podrían utilizarse a corto plazo para una operación militar contra Venezuela”, apunta Cancian, quien sin embargo reconoce que la instalación también podría indicar una planificación a largo plazo contra operaciones antinarco. En la cercana isla de Santa Cruz, las imágenes satelitales tomadas en septiembre y octubre también muestran actividad de construcción en el aeropuerto civil Henry E. Rohlsen.
Las imágenes del aeropuerto muestran obras cerca de la plataforma donde se estacionan y se hace mantenimiento a los aviones.
Según los funcionarios consultados por Reuters, la mejora de las plataformas podría ampliar la capacidad de estacionamiento y recarga de combustible de las aeronaves militares.
A pedido de Reuters, un residente local grabó un video donde puede verse un nuevo sistema de radar instalado en el aeropuerto.
La oficina del gobernador de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Albert Bryan Jr., dijo a través de un comunicado que si bien existe cierto nivel de coordinación respecto al despliegue de tropas en el territorio de las islas, su oficina no tiene acceso a los detalles operaciones ni a la planificación futura de las mismas.
“El gobernador considera que la presencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en la región refuerza la seguridad y disuade el tráfico de drogas y armas a través del territorio”, señaló la oficina del gobernador en su comunicado.
Hernández-Roy dice que el objetivo de las renovaciones puede ser dar respaldo a la gran cantidad de aeronaves militares norteamericanas que están llegando a la región. Y si los narcotraficantes optan por utilizar aeronaves en vez de barcos, las mejoras también podrían ayudar a compensar las falencias en las capacidades de vigilancia por radar.
“El único punto ciego sin cobertura de radar que representa un problema constante para interceptar vuelos del narcotráfico está precisamente sobre Haití, y es como un gran agujero negro”, agrega Hernández-Roy.
Según el Departamento de Estado norteamericano, Haití es utilizado como lugar de tránsito de la cocaína y marihuana que llega de Sudamérica a Estados Unidos.
Envío de buques de guerra
Según informes de Reuters y comentarios de funcionarios norteamericanos, desde agosto el gobierno de Trump ha desplegado en el Caribe al menos 13 buques de guerra, cinco buques de apoyo y un submarino nuclear, procedentes de diversas bases navales y despliegues globales, incluyendo el portaaviones Gerald Ford, el buque más grande de su clase.
En este momento, en la región hay ocho buques de guerra, además de barcos de apoyo.
Traducción de Jaime Arrambide
Fuente LA NACION

