El plan de Kicillof para sumar dirigentes radicales a su lista que reaviva la tensión con Cristina Kirchner

El plan de Kicillof para sumar dirigentes radicales a su lista que reaviva la tensión con Cristina Kirchner

La decisión del gobernador de desdoblar la elección bonaerense habilitó nuevos escenarios de acuerdos y, como nunca antes, los intendentes tienen el poder. Mientras tanto, Milei se prepara para respaldar a Adorni en CABA, que en las encuestas marcha detrás del candidato del PJ: Leandro Santoro.

No hay definición bonaerense sin resultado en Capital. Y la premisa vale para todos. Mientras el presidente Javier Milei prepara para el miércoles la inauguración de un local libertario en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires junto a su candidato Manuel Adorni, el gobernador Axel Kicillof envía señales al radicalismo y fantasea con una remake de la concertación de Néstor Kirchner, pero en PBA. Todo esto, mientras el dólar rebota en la franja de los $1100, las empresas de consumo masivo se hamacan para mantener precios y la inflación vuelve al centro de la conversación.

Cuando Milei, Adorni y la comitiva presidencial vuelvan de Roma, encararán la etapa final de la campaña porteña. El martes, a las 20, el vocero presidencial se medirá en el debate con otros 16 rivales y el miércoles ensayará, junto al Presidente, una actividad de la política clásica en un barrio arisco al PRO. Los porteños votan el 18 de mayo y, hasta ahora, el candidato del PJ, Leandro Santoro, sigue estando en el tope de las encuestas. Cerquita, pero detrás, vienen Adorni y Silvia Lospennato, del PRO.

El resultado de la elección en la Ciudad es la llave que puede abrir o cerrar la puerta a una alianza entre el PRO y la Libertad Avanza en la provincia. De ese resultado dependerá cómo la centroderecha define su estrategia electoral en tierra bonaerense. Pero ojo, porque una cosa es la elección nacional del 26 de octubre, donde un único candidato define la campaña y tracciona los votos, y otra es la provincial, del 7 de septiembre.

Javier Milei y Manuel Adorni en el funeral del papa Francisco. (Foto: Reuters)
Javier Milei y Manuel Adorni en el funeral del papa Francisco. (Foto: Reuters)

La decisión de Kicillof de desdoblar la elección habilita nuevos escenarios de acuerdos. ¿Por qué? Porque ya no se trata de un candidato que centraliza la campaña, sino de ocho, uno por cada sección electoral. Esta vez, la estrategia se piensa desde el territorio, de abajo hacia arriba. Dicho de otro modo: como nunca, el poder está en los intendentes. El peronismo gobierna 70 municipios, el radicalismo 27 (la mayoría en el interior de la provincia), el PRO 14 y LLA, ninguno.

“¿Sigue pensando que puede haber radicales que acompañen el MDF?”, le preguntaron esta semana a Carlos Bianco, jefe de Gabinete de Kicillof, en la revista La Tecla. Bianco respondió: “¿Y por qué no? Por mi función, habló con muchos intendentes radicales que en general están muy a favor del tono de las políticas que lleva adelante el gobernador. Pueden tener después críticas, matices, etcétera, pero no veo una gran diferencia de contenido, de base, en el pensamiento del radicalismo del campo popular que en el peronismo”.

El mensaje fue leído rápido por el radicalismo bonaerense que, como a nivel nacional, no es uno solo. Está el sector liderado por el senador Maximiliano Abad, más cercano al PRO, y el guiado por el diputado Facundo Manes, más afín a las ideas peronistas. Como fuere, ninguno de los dos está pensando hoy en rearmar una concertación plural como la que orquestó Néstor Kirchner en 2007 y que llevó a Julio Cobos a la vicepresidencia de la Nación. Pero no descartan ningún escenario.

Entre los peronistas que no responden a Kicillof la idea es tomada más como una fantasía que como un escenario posible. Señalan que ya en 2023 el sector que rodea al gobernador buscó armar una alianza con el radicalismo proponiendo como compañero de fórmula a Miguel Fernández, ex intendente de Trenque Lauquen y hoy presidente de la UCR bonaerense. La idea, se sabe, no prosperó.

“Los intendentes radicales son intendentes de pueblos chicos y conservadores del interior de la provincia, lugares que antes que radicales son básicamente antiperonistas”, analizaba un dirigente massista, que no rechaza la estrategia sino que la ve poco probable. “Ojalá me equivoque y podamos ampliar la base de sustentación del espacio, pero dar el paso de hacer algo por afuera es costoso en esos lugares. No lo veo”, concluyó.

En el kirchnerismo tampoco descartan la idea de plano, pero advierten que “no cualquiera suma sin restar” y que deberían pensarse los acuerdos distrito por distrito según las necesidades y características de cada uno.

Así, mientras el PRO y LLA miden fuerzas y pelean por el liderazgo, los radicales buscan posicionarse como el espacio que puede inclinar la balanza. Y tienen varias opciones:

  1. Pueden sumarse a un eventual frente con el PRO y LLA, lo que implicaría que la oposición va unida en la provincia y se complican al extremo las cuentas del peronismo.
  2. Pueden ir solos en alianzas más pequeñas con espacios locales, arruinando las chances del PRO y LLA al ubicarse como una segunda opción no peronista.
  3. Pueden intentar acuerdos distritales de bajo perfil con sectores peronistas para conseguir más bancas en los concejos deliberante y más bancas en una legislatura que, luego, vote el regreso de la reelección indefinida de jefes comunales.
Mauricio Macri. (Foto: Instagram / @mauriciomacri)
Mauricio Macri. (Foto: Instagram / @mauriciomacri)

El presidente del PRO, Mauricio Macri, es uno de los que advierte la característica singular de esta elección bonaerense. Quizá por eso, esta semana en Mar del Plata buscó enviar una señal de amor a la UCR: “La lógica es que acordemos el PRO, La Libertad Avanza y un sector del radicalismo”, afirmó. Y luego explicó: “Se ha empoderado al presidente del PRO en PBA para tratar de concluir alguna negociación, que no solo incluya un acuerdo institucional (con LLA), sino también con algunos de los intendentes radicales que adhieren a estas ideas de progreso”.

“La alianza es a nivel distrital, seccional; entonces, no hay costo político de unirse a Kicillof. En una elección desdoblada las coaliciones son provinciales. Después, en la nacional es otra historia”, arriesgaba un dirigente radical de buen diálogo con el gobierno provincial y se preguntaba: “¿Qué pasa si LLA pierde la ciudad y la provincia? Lo primero que se va a complicar es la economía y ahí el Gobierno deja de tener lo único que tiene a su favor: la opinión pública. En política no jugás solo”.

Es cierto, la performance que tenga la LLA en la elección provincial, casi un mes antes de la elección nacional, podría incidir no solo en el humor social sino también en el bolsillo.

El ancla electoral del Gobierno es haber combatido la inflación, pero también es cierto que el índice abandonó la curva descendente. (Foto: REUTERS/Agustin Marcarian)
El ancla electoral del Gobierno es haber combatido la inflación, pero también es cierto que el índice abandonó la curva descendente. (Foto: REUTERS/Agustin Marcarian)

Algunos analistas políticos y asesores en comunicación advierten que un triunfo muy marcado del peronismo en la provincia, más aún si Cristina Fernández aparece encabezando la lista de la tercera sección, podría tener impacto en la economía. Los mercados, entienden algunos, leerían que el kirchnerismo tiene chances para 2027 y supondría, entonces, que se daría un cambio en el rumbo de la economía trazado por Milei.

Esa turbulencia del mercado, continúan, se traduciría rápidamente en el presente con problemas con el dólar y la economía real, es decir, el supermercado. En la Rosada, por acuerdo o conveniencia, no desacreditan estas lecturas. Se sabe, el ancla electoral del Gobierno es haber combatido la inflación. Es cierto, también, que desde comienzo de año el índice abandonó la curva descendente.

La inflación de enero fue 2,2%, la de febrero, 2,4%, y la de marzo, 3,7%. En unos días se conocerá el índice de precios de abril y en el Gobierno confían en que el comportamiento del dólar tras la salida del cepo incide positivamente en el precio de los alimentos. Jugaron fuerte para eso; basta con preguntarle a Molinos. Sin embargo, muchas empresas de consumo masivo advierten que el dólar no es el único factor que define precios y descartan que los ajustes acompañarán la inercia que marque el INDEC.

Fuente TN