La Floralis Genérica vuelve a estar completa, tras la restitución del segundo pétalo restaurado en un taller Baradero; sucumbieron a la tormenta de diciembre de 2023
Después de dos años, la Floralis Genérica volvió a estar completa. Esta mañana se restituyó el segundo pétalo que la flor metálica habia perdido en el temporal de diciembre de 2023. El gobierno de la ciudad concretó el gran operativo que implicó el proceso integral de restauración para trasladar e instalar las piezas en la icónica escultura porteña, ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas del barrio de Recoleta.
La pieza de tres toneladas y media de acero y aluminio fue instalada en el tallo de la Floralis esta mañana. El primero de los pétalos restaurados ya había sido trasladado y montado en octubre pasado. Cada traslado combinó transporte fluvial y terrestre desde un taller ubicado en la ciudad de Baradero, en un operativo que incluyó el embarque de cada pétalo para navegar más de 150 kilómetros a bordo de una barcaza, a través del río Paraná y del Río de la Plata.
Se trabajó con técnicas y materiales propios de la industria aeronáutica y aeroespacial, para devolverle su forma original. El costo total del arreglo de la Floralis fue de $1.432.491.613, según informaron fuentes de la Ciudad.
Para celebrar la restauración de esta instalación, el próximo sábado, desde el mediodía y a lo largo de toda la jornada, en la Plaza de las Naciones Unidas habrá ferias gastronómicas y shows musicales.

“Fue bien difícil, uno de los trabajos de preservación patrimonial más importantes de los últimos años porque cada uno de los seis pétalos es distinto”, dijo el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que estuvo unos minutos en la Plaza de las Naciones Unidas para observar el trabajo terminado.
Adelantó, además, que pretenden continuar con un plan integral para poner en valor todos los monumentos de la ciudad. “Primero vamos a tener que arreglar todas las consecuencias que tuvo meter esta grúa acá [en la plaza]: arreglo de caminos, parque. Pero más allá de eso, estamos con una política de reiluminar no solo los parques, sino muchos de los monumentos y obras de arte que tenemos, porque a veces pasamos al lado de algunas que en otro lugar serían el monumento de esa plaza, y acá tenemos tantos que los perdemos de vista. Vamos a repensar la forma de iluminar la Floralis como tantos otros edificios, por ejemplo la Facultad de Derecho”, dijo a LA NACION.

Contestó, también, que no está en los planes actualmente que la estructura metálica que se inauguró en 2002 vuelva a estar en movimiento como cuando se abría y cerraba según el momento del día.
“Nadie te da garantía de que vaya a funcionar bien o en el tiempo. Es un mecanismo que hace años, creo que más de 10, no funciona a pleno. Hemos hecho cotizar, lo hemos evaluado para ver si lo podíamos combinar con este arreglo, pero nadie da esa garantía. Vamos a seguir viendo si encontramos la manera de poder arreglarlo, pero es difícil y si invertimos plata en eso tenemos que estar seguros de que vaya a funcionar siempre”, sostuvo.

Creada y donada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, la Floralis Genérica fue inaugurada en 2002 y es reconocida por sus seis pétalos de acero inoxidable y aluminio. Pesa en total 18 toneladas y alcanza más de 20 metros de altura.
El 17 de diciembre de 2023 un fuerte temporal provocó el colapso de dos de sus pétalos. En un primer momento, para su resguardo, fueron trasladados al predio de Infractores de Tránsito, detrás de la aledaña Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En octubre de 2024, luego de un análisis estructural, se abrió una licitación para realizar los trabajos de restauración. En enero pasado, los pétalos dañados fueron cargados con el apoyo de una grúa pluma de gran porte sobre camiones y trasladados hasta la planta industrial de la ciudad de Baradero donde se realizó la reparación. Aunque el trayecto de ida fue posible por tierra, ahora la dimensión de los pétalos enteros ya recuperados imposibilitaba su retorno a la ciudad por esa vía, según se explicó. Por eso, se decidió el traslado a bordo de una gran barcaza.

En el predio de Baradero, los pétalos se montaron sobre cunas de hierro. Se desmontaron los paneles de recubrimiento de aluminio y se retiraron largueros y costillas de acero dañadas. Como parte del proceso de restauración también se realizó una limpieza y arenado para eliminar óxido, corrosión y otras impurezas de la superficie metálica.
Completadas estas primeras tareas, se realizaron los llamados “ensayos de materiales no destructivos”, un conjunto de técnicas utilizadas en las industrias aeroespacial y automotriz que permiten evaluar el estado de las piezas sin dañarlas. Se realizó una inspección asistida con equipos ópticos para detectar defectos superficiales. Además, se aplicó el método de corrientes parásitas, que a través de la inducción de fuerzas eléctricas en el material permite detectar posibles defectos o variaciones en sus propiedades. También se usó la técnica de líquidos penetrantes en las superficies para observarlas con mayor detalle.

Con los resultados de estas evaluaciones se avanzó en los ensayos de cálculo, verificaciones a vientos y el modelado de piezas en 3D para proyectar el comportamiento estructural de la intervención.
Una vez fabricadas las piezas nuevas y verificados los componentes originales, se inició el rearmado de los pétalos con sus largueros, costillas y refuerzos. Las piezas se unieron entre sí mediante bulones especiales, utilizados en aeronaves y componentes aeroespaciales por su alta resistencia a la tracción y la fatiga, y por ofrecer un ensamblaje preciso que minimiza el riesgo de aflojamiento por vibraciones.

Después comenzó el reemplazo de chapas de recubrimiento, fijadas con remaches de acero inoxidable, y se realizó la evaluación de las articulaciones que vinculan los pétalos con la raíz de la Floralis
Concluida la restauración, empezó la vuelta a la ciudad.
Con el traslado del primer pétalo informaron que si las condiciones climáticas lo permitía, el segundo sería transportado en la primera quincena de noviembre. Finalmente la instalación se concretó hoy desde las 7.

Las pieza fue izada con grúas de gran porte y cargada sobre un camión diseñado para soportar su peso y dimensiones para trasladarla desde la planta industrial hasta el puerto de Baradero, donde se montó sobre una barcaza para navegar más de 150 kilómetros por el río Paraná y el Río de la Plata, hasta el Puerto de Buenos Aires. Allí, nuevamente con la asistencia de una grúa, fue descargada y colocada sobre un nuevo camión preparado para cubrir el tramo final del recorrido por tierra.
Cada operativo demandó más de tres días de trabajo contínuo. “Por la magnitud del trabajo de restauración, no se parece a ninguna otra intervención que hayamos realizado antes sobre esculturas en el espacio público. Asumimos el compromiso y la responsabilidad de su preservación arquitectónica”, sostuvo el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi, quien también estuvo esta mañana en la plaza junto con el subsecretario de Paisaje Urbano, Juan Vacas.

Fuente LA NACION

