El Congreso le marcó el pulso al Gobierno: el rechazo a los vetos del Garrahan y las universidades desnudó la soledad de Milei en Diputados. El PRO dividido, la UCR en rebeldía y gobernadores enojados dejaron al oficialismo en una crisis política en expansión.
La crisis que atraviesa el Gobierno nacional en el Congreso sigue profundizándose y pareciera no tener límite. En primer lugar, hubo dos nuevas derrotas directas de Javier Milei, cuando la oposición le rechazó sus vetos a las leyes de Financiamiento Universitario y Emergencia en Pediatría (Hospital Garrahan). Para hacerlo, lograron juntar más de dos tercios de los diputados presentes. Es decir, no fue obra de los opositores de siempre, donde se destacan Unión por la Patria, o los radicales díscolos de Democracia para Siempre, o el bloque de Pichetto (Encuentro Federal), la Coalición Cívica y el Frente de Izquierda. Esta vez hubo (¿ex?) aliados del PRO y gobernadores que le mandaron un claro mensaje al Ejecutivo: algo se rompió.
El momento más claro que graficó la desesperación del oficialismo libertario fue cuando, antes de iniciar el tratamiento de los temas en la Cámara Baja, el jefe del bloque, Gabriel Bornoroni, propuso que si bien el Presupuesto 2026 se empezaría a debatir la próxima semana, podrían ser adelantadas para este año las partidas presupuestarias, específicamente para los meses de octubre, noviembre y diciembre. “Que las actualizaciones se hagan ahora, en el plano de la educación universitaria”, sintetizó el cordobés.
Le contestó la diputada de Democracia para Siempre Danya Tavela, quien aclaró que “la discusión de hoy va mucho más allá de la discusión que empieza la semana que viene. No hay discusión retroactiva para el Presupuesto. Venimos reclamando actualizaciones presupuestarias desde 2024, que el Gobierno se olvidó de hacer”.
«Estuvimos hasta ayer esperando novedades y no mandaban nada. Tarde. Además el proyecto del Garrahan ni siquiera les afecta el presupuesto, es inentendible«, manifestó a PERFIL un diputado aliado a LLA que en este caso no aportó su voto para el Gobierno, harto de los errores políticos.
Otro de los momentos en donde el Gobierno tuvo que maniobrar con sus aliados fue cuando, al inicio de la sesión, el diputado Miguel Ángel Pichetto pidió una moción para votar sin debate, al ver que el oficialismo intentaba torcer voluntades a último momento y si votaban rápido tenían asegurado el rechazo de ambos vetos. Martín Menem se llevó una sorpresa con la propuesta y pidió un cuarto intermedio para que lo debatan los jefes de bloques. Llamativamente, el Gobierno encontró un aliado en esa discusión, y no precisamente del PRO: Rodrigo De Loredo.

«Hasta el PRO estaba dispuesto a acordar. Creemos que esto le da tiempo al Gobierno de salir de compras», argumentaba un diputado opositor a este medio. Por su parte, el cordobés jefe del bloque de la UCR fundamentó a PERFIL su postura: «Siempre estamos en desacuerdo con esas locuras de todo o nada. Entre los K, los libertarios, los opositores. Se impuso un criterio razonable, hemos acortado muchísimo los debates. Y particularmente nuestro bloque siempre tiene matices para decir, porque no está de acuerdo ni de un lado ni del otro».
«Particularmente tiene una situación muy compleja el radicalismo, porque nosotros somos autores, por ejemplo, de la ley de Financiamiento Universitario, hemos rechazado el veto, ahora vamos a volver a rechazarlo y por el juego de la polarización argentina siempre se confunde nuestra postura, porque hemos tenido vicisitudes, porque hubo unos radicales que se hicieron peluca, entonces ese contexto siempre difícil para nosotros nos exige tener un espacio de argumentación corto y sensato”, completó De Loredo.
La mitad del PRO y los gobernadores le soltaron la mano al Gobierno
Lo cierto es que a pesar de estas maniobras, la bronca de los que supieron acompañar al Gobierno y lo complejo que es para los legisladores votar en contra de los fondos para el Garrahan y las universidades públicas hicieron un combo que mostró quiénes son esos 70 diputados que mantienen lealtad pura (hasta ahora) con el Ejecutivo.
La gran sorpresa la dio el PRO, cuando nueve de sus diputados votaron a favor de la Emergencia del Garrahan, 21 votaron en contra, una se abstuvo y cuatro se ausentaron. La gran sorpresa la dio María Eugenia Vidal, que había votado en contra de tratar los expedientes del Garrahan y Universidades, pero luego votó a favor de la Emergencia Pediátrica y se ausentó en el otro.
El otro momento que causó ruido interno en el PRO fue cuando Silvia Lospennato dijo en pleno recinto «no voy a elegir entre lo malo y lo peor». Sin nombrarla, Alejandro Finocchiaro le recriminó indirectamente que se pasara de bando. «No me voy a cruzar», le contestó la diputada, y Ritondo la reprendió. Terminó votando a favor de ambos proyectos.
Según pudo saber este medio, la interna en el partido de Mauricio Macri excede a los sectores que ya estaban en crisis con el Gobierno. Hay diputados que responden a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Milei, que están enojados por las decisiones políticas del Eduardo «Lule» Menem y Karina Milei en el armado de sus provincias.

Los otros aliados que el Gobierno esperaba en esta jornada eran los diputados de Misiones y de Salta. A pesar de recibir esta semana fondos de ATN, los misioneros que responden a Carlos Rovira votaron contra el Gobierno. Los salteños, también de Innovación Federal, hicieron lo mismo por orden del gobernador Gustavo Sáenz.
Terminaron de dar el golpe con el que se llegó a dos tercios algunos exaliados que cada tanto le dan un gesto al gobierno: Oscar Zago y Eduardo Falcone, del MID, votaron en rechazo a los vetos, así como los cuatro exlibertarios de Coherencia (el bloque de Lourdes Arrieta, Marcela Pagano, Gerardo González y Marcelo D’Alessandro). También hizo lo propio Ricardo López Murphy con la ley del Garrahan, quien a pesar de sostener ideas liberales, inició una interna con Milei cuestionando a su entorno. Hasta Paula Omodeo, la tucumana que forma parte del interbloque libertario, votó a favor de la Emergencia Pediátrica.
Por último, la UCR dejó todo un mensaje al Gobierno. 11 de sus legisladores votaron a favor del Garrahan y 13 de las universidades. Hasta los mendocinos que responden al gobernador Alfredo Cornejo, quien tiene un acuerdo con LLA en su provincia, se ausentaron de votar o directamente votaron contra el Gobierno.
Ahora ambos vetos irán al Senado, donde hay bastante más hostilidad para el Gobierno incluso: casi la mitad de los miembros de la Cámara Alta son del peronismo, y con un radicalismo y gobernadores así, será una fácil tarea juntar dos tercios para terminar de sostener las leyes. Semanas atrás y después de 22 años, la oposición en el Congreso había logrado rechazar un veto presidencial. Todo indica que ahora será una tendencia.
Otro dolor de cabeza para Milei: los DNU
La Cámara de Diputados aprobó este miércoles, a mano alzada, el emplazamiento a comisiones para tratar la reforma a la ley de DNU. Se trata de un nuevo revés para el oficialismo, que no pudo frenar la avanzada opositora sobre una de las herramientas más utilizadas por Javier Milei desde el inicio de su gestión.
El proyecto, que ya cuenta con media sanción del Senado, será debatido el martes 23 en un plenario de Asuntos Constitucionales y de Peticiones, Poderes y Reglamento, y el 30 deberá tener dictamen. La iniciativa busca limitar el uso de los decretos presidenciales, obligando a que traten una única materia y exigiendo la aprobación expresa de ambas Cámaras en un plazo de 90 días.
La propuesta fue impulsada por Diego Giuliano (Unión por la Patria), quien cuestionó que el mecanismo de control “ha colapsado durante este mandato”, en referencia al DNU 70/23 que derogó más de 80 leyes y modificó otras 150. “La Justicia está llegando incluso antes que el Congreso, ya ha declarado inconstitucional muchos de los DNU”, remarcó.
De avanzar en Diputados, la reforma cambiará de raíz el régimen de validación de decretos: dejará sin efecto los “mega” DNU, habilitará al Congreso a tratarlos incluso en receso y fijará que si una sola Cámara los rechaza, quedarán automáticamente derogados. Una modificación que, de aprobarse, significaría un fuerte límite institucional para Milei.
Fuente Perfil