Cada 28 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Sangre, una jornada que busca visibilizar a un grupo de enfermedades que, aunque no siempre presentan señales evidentes al comienzo, avanzan de manera progresiva y comprometen funciones vitales. En Argentina, especialistas estiman aproximadamente 12.300 nuevos diagnósticos anuales: 3 mil casos de leucemias, 8 mil de linfomas y 1.300 mieloma múltiple, lo que representa más de 30 casos por día.
Detrás de estas cifras, divulgadas por distintas organizaciones, radica una misma preocupación: los tiempos prolongados hasta llegar al diagnóstico y las dificultades para acceder a tratamientos. La Asociación Leucemia Mieloide Argentina (ALMA), la Fundación Argentina de Mieloma (FAM) y la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA) conforman la Alianza Cáncer de Sangre Argentina (ACSA), desde donde se busca alertar sobre esta situación y promover un abordaje más eficaz.
No se trata de un cáncer visible. A diferencia de otros tipos, las enfermedades oncohematológicas no generan tumores sólidos. Afectan la médula ósea, el sistema linfático y las células sanguíneas, lo que suele dificultar su detección en etapas tempranas.
El mieloma múltiple suele manifestarse con dolores óseos lesiones sin traumatismo o fracturas espontáneas según la Fundación Argentina de Mieloma que destaca la importancia de evaluar estos signos en las consultas clínicas habituales
Los síntomas, a menudo, pasan desapercibidos. Fatiga persistente, infecciones frecuentes, pérdida de peso sin causa aparente, sudoración nocturna, dolores óseos, hematomas espontáneos y fiebre prolongada aparecen entre las señales que podrían justificar una consulta médica. Sin embargo, el margen entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico efectivo continúa siendo amplio.
Sobre la leucemia, uno de los más diagnosticados, los expertos de MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, han divulgado que comienza “en los tejidos que forman la sangre, como la médula ósea. Su médula ósea produce células que se convertirán en glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas”.
“En el caso del mieloma múltiple, muchos pacientes llegan a la consulta por fracturas espontáneas o dolores óseos reiterados. Es clave pensar en mieloma cuando hay lesiones sin traumatismo o anemia sin causa aparente”, afirmó Mariana Auad, vicepresidenta y coordinadora general de FAM.
Algo similar ocurre con los linfomas, que afectan al sistema linfático. “Existen dos grandes grupos: linfoma de Hodgkin y linfomas no Hodgkin, siendo estos últimos los más comunes. Entre las señales de alerta más frecuentes se encuentra el aumento indoloro de ganglios linfáticos, fiebre persistente, picazón en la piel, sudoración nocturna y pérdida de peso”, explicó Haydeé González, fundadora y presidenta de ACLA.
Los expertos de Mayo Clinic han postulado que el linfoma “es un cáncer del sistema linfático. El sistema linfático forma parte del sistema inmunitario del cuerpo que combate los gérmenes y las enfermedades. El linfoma comienza cuando las células sanas del sistema linfático cambian y se reproducen sin control”.En varias provincias del país las demoras en el diagnóstico se agravan por la escasez de hematólogos la falta de recursos técnicos y la baja disponibilidad de laboratorios capaces de realizar estudios moleculares de precisión Freepik
Las leucemias, por su parte, impactan sobre la producción normal de glóbulos blancos en la médula ósea. “Hay signos que no deben minimizarse, como la fiebre persistente, infecciones que no responden a antibióticos comunes, hematomas sin golpes o sudoración nocturna. El diagnóstico oportuno puede salvar vidas”, señaló Fernando Piotrowski, paciente con leucemia y director ejecutivo de ALMA.
Claro que los síntomas no son el único escollo. Las organizaciones nucleadas en ACSA advierten que persisten profundas inequidades en el acceso al sistema de salud, tanto en lo que refiere al diagnóstico como a la continuidad de los tratamientos.El cáncer de sangre puede afectar a personas de todas las edades por eso las campañas de concientización apuntan a identificar síntomas persistentes en etapas tempranas y mejorar los tiempos de respuesta del sistema de salud (Imagen Ilustrativa Infobae)
Desde ACSA, resaltan la necesidad de fortalecer los circuitos de derivación médica, garantizar el acceso a estudios de diagnóstico molecular y agilizar los procesos de aprobación terapéutica, tanto en el sistema público como en el privado. “Los pacientes no pueden esperar. Las demoras en el acceso son tan graves como las enfermedades de base”, repasaron. Para eso, es fundamental un acceso integral y temprano a diagnósticos y tratamientos.
Fuente: infobae.com