- Tras el apoyo que le dieron a Cristina por su detención, los mandatarios se abroquelan contra Máximo Kirchner.
- El curioso reconocimiento de la ex presidenta al apoyo de Kicillof y Quintela
Luego del apoyo que le dieron a Cristina Kirchner tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia que ratificó la condena a 6 años de prisión, los gobernadores comenzaron a operar y buscan desplazar del armado de las listas en sus provincias a la conducción de La Cámpora, que bajo el manto de la ex presidenta dará pelea dentro de la estructura del PJ.
«Cristina sigue teniendo una centralidad importante a diferencia del resto. El problema es que La Cámpora buscará usufructuar eso y llegar a octubre con ese relato, no tienen muchas opciones», confió a Clarín un importante dirigente del peronismo más ortodoxo. Por eso, los gobernadores y jefes territoriales preparan lanzas para no caer en esa trampa de la agrupación que lidera Máximo Kirchner.
Los gobernadores exigieron al consejo partidario «más realismo en las estrategias nacionales del Partido Justicialista». Lo que piden es que se respete la situación de quienes deben administrar una provincia y tienen otro rol a la hora de definir la estrategia opositora en el Congreso como en la negociación con el Gobierno.
En la reunión que se hizo el martes pasado en la histórica sede de Matheu 130, los caciques provinciales fueron claros al dar su apoyo a Cristina «en las actuales circunstancias», al exigir que el peronismo construya «una propuesta programática» y que obviamente los incluya.
Además, los gobernadores pidieron que se respete su rol protagónico por ser quienes tienen la legitimidad en sus territorios y reclamaron que «no se siga expulsando dirigentes solo porque piensan diferente» a la conducción. El iceberg de este punto es el fin de las intervenciones partidarias que impulsó Cristina cuando presidía el PJ antes de quedar presa.
Este escenario hace prever tensiones a la hora del armado de las listas de candidatos para las elecciones de octubre y el principal escollo sigue siendo La Cámpora, al menos así lo interpreta un sector importante del peronismo.
La pelea con La Cámpora
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el de Mendoza, donde la agrupación es liderada por la senadora Anabel Fernández Sagasti, pero su rol quedó agotado por la seguidilla de fracasos del PJ, que en las generales de 2023 obtuvo apenas el 14,73% de los votos.
Frente a esa situación, la conducción del partido fue asumida por los intendentes, con Emir Félix a la cabeza. Mientras definen detalles internos, los jefes comunales ya advirtieron que no habrá lugares para el sector alineado con Máximo Kirchner, que aspira a meterse en la pelea con la denominación de Unidad Popular.
Pero en el peronismo no pueden ocultar la bronca con La Cámpora porque entienden que en las provincias del interior carece de un poder de imposición y sólo consiguió ocupar lugares de poder a través de una intervención o por el manejo de la lapicera como se dio en los casos de Chubut, Jujuy y Corrientes.
En tanto, la pelea por la provincia de Buenos Aires será un capítulo aparte para el peronismo aunque está claro que las listas serán armadas con la aprobación de Cristina. «Cada intendente tendrá que ir al departamento de la ex presidenta para someterse a su voluntad, ceder y quedarse con la gobernabilidad local priorizando concejales», anticiparon.
Axel Kicillof apuesta a defender su legitimidad de gestión y, por eso, apura un armado de listas locales fuertes para impulsar las nóminas provinciales, con un alto protagonismo de los intendentes, incluso siendo candidatos testimoniales.En la Provincia no lo quieren a Máximo Kirchner como candidato. Foto: Emmanuel Fernández.
El Movimiento Derecho al Futuro, que responde al gobernador, rechaza la posibilidad de que Máximo Kirchner sea el candidato que reemplace a Cristina en la tercera sección y a cambio estarían dispuestos a hacer alguna concesión en el armado de la lista nacional.
Obviamente que la tercera pata en la discusión la representa Sergio Massa que quiere quedarse con un tercio de los lugares si hay acuerdo de unidad, con el objetivo de colocar diputados y senadores provinciales.
Lo cierto es que la decisión de Kicillof de diseñar una estrategia local se replica en el resto de las provincias controladas por el peronismo, donde los gobernadores quieren ganar o estar muy cerca para después de octubre ya comenzar a diseñar el armado para 2027. «Si los gobernadores esperan que Cristina marque el camino estamos en un problema grave, eso solo le queda bien y cómodo a La Cámpora», advirtió un legislador.
Sin embargo, los gobernadores no están dispuestos a ceder a las presiones de los K porque una mala elección en el territorio complica la proyección nacional y será una traba para el armado del PJ con todos adentro.
Más allá de la pulseada por las listas, las tensiones dentro del peronismo se mantienen aunque los distintos sectores admiten que por ahora nadie tiene espíritu de romper porque nadie quiere sacar los pies del plato, por lo que se descartan fugas en los bloques en Diputados como en el Senado, al menos antes de las elecciones de octubre.
Cristina y el reconocimiento al apoyo de Kicillof y Quintela
Tras la marcha multitudinaria a Plaza de Mayo, el peronismo en sus diferentes versiones tuvo su foto de unidad, con la ex presidenta hablando desde su departamento donde cumple prisión domiciliaria, Axel Kicillof y Ricardo Quintela -sus adversarios dentro de la interna- entre la multitud, y la militancia ordenada en la calle.
Quienes tuvieron contacto con Cristina en los últimos días coincidieron en que el principal cambio es que ahora la jefa del PJ escucha a quienes la van a visitar en su nuevo búnker de 200 metros cuadrados del barrio de Constitución.
En las reuniones que tuvo en los últimos días, un legislador cercano a su entorno le había reprochado que estaba peleando «con los más leales». La escena se registró el martes pasado, previo a que se conociera el fallo de la Corte, y un rato antes de que ingresaba al semipiso de la calle San José 1111 el riojano Ricardo Quintela, con quien compitió en la interna partidaria pero nunca llamó una vez que asumió la presidencia del PJ.Ricardo Quintela en la marcha de apoyo a Cristina Kirchner. Foto: Marcelo Carroll.
También fueron comentadas las presiones que sufrió Axel Kicillof en las recientes visitas a la histórica sede de Matheu 130, donde los dirigentes que responden a Máximo Kirchner repitieron que el gobernador bonaerense desconocía la magnitud del momento que atraviesa Cristina por la presión judicial.
«Las peleas de Cristina son con Formosa, con La Pampa, con Tierra del Fuego o con Santiago del Estero, que ella lo definió como su gran aliado», reflexionó, con tono interrogativo, un legislador para remarcar que en la plaza del miércoles estuvieron Quintela y Kicillof marchando en apoyo a la líder del peronismo y no Gildo Insfrán, Sergio Ziliotto, Gustavo Melella, ni Gerardo Zamora.
Pero una importante fuente del Senado advirtió que el apoyo de los dirigentes del peronismo a Cristina «no elimina los problemas internos». Y en todo caso, la resolución de la Justicia fue tan grave para todos que provocó la reacción de los distintos sectores, más allá de las consecuencias indescifrables en el corto y mediano plazo tendrá hacia el interior del PJ.
Para completar este informe, en el peronismo saben que la CGT va a seguir con su apoyo simbólico, pese a la baja en las fuentes de trabajo y con sectores fuertemente golpeados. La misión es proteger las obras sociales que quedaron en crisis por el ajuste.
Fuente: Clarín