Victoria Villarruel perdió el último contacto con la Casa Rosada tras la renuncia de Francos, aunque ahora observa a Santilli

Victoria Villarruel perdió el último contacto con la Casa Rosada tras la renuncia de Francos, aunque ahora observa a Santilli

El exjefe de gabinete era el único funcionario de alto nivel con el que la vicepresidenta mantenía una relación política; la senadora electa a la que temen más que a Patricia Bullrich en la mesa chica de la Cámara alta

Expulsada del Gobierno por una supuesta traición a los hermanos Javier y Karina Milei que no se cansa de desmentir, Victoria Villarruel se encuentra cada vez más aislada. Como en las historias de caballeros medievales, la presidencia del Senado es hoy una suerte de torre almenada de un castillo donde la vicepresidenta pasa sus días como una prisionera política del gobierno que ella ayudo a construir.

El aislamiento se profundizó en los últimos días con la renuncia de Guillermo Francos. En el entorno más íntimo de Villarruel reconocen que con la sorpresiva salida del ahora exjefe de Gabinete, la vicepresidenta perdió al último interlocutor que tenía en el Poder Ejecutivo.

Pero todavía una luz titila en medio de la noche más oscura y la asunción de Diego Santilli como nuevo ministro del Interior abre una ventana de esperanza. “Con Diego hay buena relación, se conocen de la época en que ambos eran diputados nacionales”, le dice a LA NACION una persona de ingreso permanente al despacho de la vicepresidenta, en el primer piso del palacio legislativo.

Diego Santilli fue diputado hasta la semana pasada y se apresta para asumir como ministro del Interior
Diego Santilli fue diputado hasta la semana pasada y se apresta para asumir como ministro del InteriorSoledad Aznarez

Es verdad que ambos dirigentes compartieron la Cámara baja durante dos años, hasta que Villarruel se convirtió en vicepresidenta de Milei el 10 de diciembre de 2023. Eran las épocas en que se sentaban juntos en bancas ubicadas sobre en el fondo del recinto y eran dos voces marginales y hasta ridiculizadas por las fuerzas mayoritarias.

Más aún, el primer equipo de colaboradores que acompañó a Villarruel en su desembarco en el Senado estuvo plagado de dirigentes y funcionarios tildados de “santillistas” por sus rivales internos y, también, desde la Casa Rosada en los albores del Gobierno, cuando pertenecer a Pro era mala palabra y sinónimo de la “maldita casta” política.

De hecho, la por entonces mano derecha de la vicepresidenta era el actual diputado nacional Guillermo Montenegro, quien ingresó a Pro de la mano de Federico Pinedo, pero que se sumó al espacio liderado por Santilli a mediados de la década pasada. Poco después, en 2022, el abogado que hoy integra la bancada libertaria de la Cámara baja terminaría por recalar en el Partido Demócrata de la provincia de Buenos Aires como secretario general, cuando Villarruel era su presidenta.

Montenegro cayó en desgracia por cuestiones que nunca quedaron muy claras a poco de andar la gestión y fue eyectado del círculo íntimo de la presidenta del Senado, aunque no ocupaba ningún cargo en concreto, en los albores de 2024. A partir de entonces, uno a uno fueron cayendo los funcionarios que habían llegado de la mano de Montenegro y que eran “acusados” de ser “santillistas” o de pertenecer a Pro.

143 Apertura Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, el 1 de marzo de 2025, en Buenos Aires;
Javier Milei y Victoria Villarruel
143 Apertura Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, el 1 de marzo de 2025, en Buenos Aires; Javier Milei y Victoria VillarruelSENADO ARGENTINA – Charly Diaz Azcue

En este proceso fue que David Cohen debió dejar la Dirección de Relaciones Institucionales. El mismo camino siguió Diego El Haj, que ocupaba la Dirección de Publicaciones cuando la vicepresidenta decidió renovar a su equipo y aplicó una feroz, aunque silenciosa, purga que tuvo como principales víctimas a los denominados “Villarruelines”, un grupo de incondicionales liderado por Juan Martín Donato, director de Atención Ciudadana.

Salvo Cohen, que es considerado hombre de confianza y tiene relación estrecha con Santilli, el resto de los despedidos no parecieran haber tenido ni tener vínculo directo con el todavía diputado nacional, por lo que no queda claro cómo podrían afectar aquellos despidos la relación de la vicepresidenta con el futuro ministro del Interior.

Futuras amenazas

A priori, Santilli no aparece como un enemigo a temer para Villarruel a pesar de que una de las misiones centrales de la cartera política que tendrá a su cargo el “Colorado” será coordinar acciones y negociar respaldos en ambas cámaras del Congreso. Se trata de una tarea que la Casa Rosada se encargó hace rato de quitarle a la vicepresidenta.

Más peligroso se anticipa para el equipo de la vicepresidenta la presencia de Nadia Márquez, senadora electa por Neuquén que asumirá su banca el próximo 10 de diciembre y, lo más importante, de relación directa con Karina Milei y los primos Menem (Martín y Eduardo), enemigos de Villarruel.

La relación de Villarruel con Milei parece irrecuperable
La relación de Villarruel con Milei parece irrecuperableTwitter

En la mesa de arena del primer piso de la Cámara alta ven en Márquez a un rival a tener más en cuenta que Patricia Bullrich, a pesar de que la ministra ya se calzó el traje de futura jefa de bloque oficialista en la Cámara alta y desde casi la misma noche del 26 de octubre comenzó a trajinar teléfonos de legisladores con la intención de ampliar la bancada libertaria y cerrar acuerdos con radicales y provinciales para tratar de alcanzar una mayoría de, al menos, 37 votos que le garantice la sanción de leyes al Gobierno.

Desde el entorno de Márquez niegan -aunque no lo descartan del todo-, que la actual diputada aspire a ocupar la presidencia provisional, como circuló en varios medios y aseguran que ese sitial podría ser ocupado por Agustín Coto, senador electo por Tierra del Fuego.

Quienes conocen a Coto lo califican como una persona muy capaz, pero también bastante impredecible. Como sea, este historiador, jefe de la bancada de legisladores provinciales y que encabezó la lista de senadores en la provincias más austral es un fanático de Milei, al que llama “comandante en jefe”, y de la “motosierra” amenaza con querer disputarle a Villarruel el manejo administrativo del Senado.

Por Gustavo Ybarra

Fuente Lanacion