Para subir o reasignar cuotas, el Ejecutivo norteamericano necesita la aprobación del Congreso, con el que está enfrentado y lleva 40 días de “cierre del gobierno”. El caso de Inglaterra que sirve como antecedente
Por Sergio Serrichio
Aunque la cuadruplicación de 20.000 a 80.000 toneladas del cupo que puede ingresar pagando el arancel mínimo del 10% fue dada por cierta por el presidente argentino, Javier Milei, que agradeció el aumento de la cuota al presidente de EEUU, Donald Trump, no hubo aún anuncio formal al respecto y hay desafíos no sencillos de superar
En el America Business Forum, en Miami, Milei dijo textualmente: “Argentina explotará recursos y hará crecer industrias hoy subdesarrolladas. Por poner algunos ejemplos: tenemos prácticamente la misma cantidad de cabezas de ganado que hace 30 años, una locura para un país famoso por la calidad de su carne. En línea con esto, quisiera agradecer al presidente Donald Trump y a toda su administración por haber alcanzado un acuerdo por la cuota de carne argentina, cuatro veces superior al anterior”.
Según el portal Valor Carne, las de Milei fueron las primeras palabras oficiales sobre el nuevo volumen de exportaciones de carne argentina, pero aún no se sabe cuándo entraría a regir, ni sus condiciones ni plazo de vigencia. El medio especializado indicó que, de concretarse, las 80.000 toneladas anuales serían una cifra significativa y que la potencial ampliación tiene a exportadores y ganaderos atentos al impacto que tendría en las economías regionales.
Actualmente Argentina cuenta con una cuota de ingreso de carne e EEUU de 20.000 toneladas con un arancel (desde abril pasado, antes era cero) del 10%; lo que supera ese volumen paga un arancel del 36,4 por ciento.
Expectativas y antecedentes
Sin embargo, cuando circularon las primeras versiones de aumento de cuota, Valor carne advirtió: “Aunque el anuncio sigue generando expectativas, el incremento enfrenta un obstáculo central: el Ejecutivo carece de atribuciones para implementarlo sin aval del Congreso”.
Con un clima político adverso, la concreción podría demorarse. Al respecto, el medio especializado citó la dilación de un acuerdo entre Washington y Londres, alcanzado en abril, para crear una nueva cuota de 13.000 toneladas de carne británica, a extraer de una cuota de 65.000 toneladas reservada a terceros países, de la que participan Brasil y Paraguay.
El «cierre del gobierno» por desacuerdos entre Trump y el Congreso, por caso, llevó la suspensión de más de 3.500 vuelos aéreos y muchas otras actividades afectadas por servicios oficiales (Associated Press/Olga Fedorova)
Según el medio, el acuerdo aún no se pudo implementar por restricciones legales, las mismas que enfrentaría el aumento del cupo a favor de Argentina. El Ejecutivo de EEUU solo puede modificar estas cuotas por ley, proceso que requiere aprobación legislativa, algo nada sencillo teniendo en cuenta que por desacuerdos entre la Casa Blanca y el Congreso EEUU se acerca a 40 días de un “cierre del gobierno” (government shutdown), que afecta la vida diaria de millones de norteamericanos. Además, el aumento de la cuota argentina también es resistida por los ganaderos norteamericanos.
Investigación criminal a frigoríficos
Otro aspecto del debate es la preocupación por el precio de la carne en EEUU, tema que escaló en la agenda pública, al punto de que el viernes Trump ordenó a la titular del Departamento de Justicia, Pam Bondi, iniciar una investigación criminal por posible colusión y manipulación de precios a cuatro compañías (JBS, Cargill, Tyson Foods y National Beef) que dominan el 85% del procesamiento de carne bovina en EEUU.
“He pedido una inmediata investigación sobre las empresas empaquetadoras de carne que están encareciendo el precio de la carne vacuna a través de colusión ilícita, fijación de precios y manipulación”, publicó Trump en Truth Social, su propia red social.Trump y Pam Bondi, a cargo de investigar por manipulación de precios a los 4 principales frigoríficos de EEUU REUTERS/Jonathan Ernst
De hecho, la primera vez que mencionó el posible aumento de la cuota de carne argentina, Trump dijo que permitiría abaratar el precio que pagan los consumidores norteamericanos, aunque el aumento de 60.000 toneladas (de 20.000 a 80.000) del cupo con arancel mínimo no tendría tanta incidencia: equivale al 0,5% del consumo total de carne vacuna de EEUU (unos doce millones de toneladas anuales) y a 3% de las dos millones de toneladas que importa, principalmente de Australia, Canadá, Brasil y México.
Algunos especialistas señalan la posibilidad de que el aumento de la cuota a la Argentina no pase por el Congreso de EEUU si Trump invoca una normativa que da al Ejecutivo el poder de abrir o aumentar cuotas ante disrupciones de mercado que impidan satisfacer la demanda interna “a precios razonables”. Pero en ese caso el aumento debe abrirse a varios países, no a uno en particular, y debe ser temporario, no permanente.
Según el último informe del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), los embarques de carne enfriada y congelada a EEUU fueron de 3.900 toneladas en septiembre, lo que hizo que EEUU fuera ese mes el cuarto destino más relevante de la carne argentina. ABC informó aumentos del 44% para los productos enfriados —a más de USD 13.000 por tonelada— y 37% para los congelados, con precios cercanos a USD 7100 la tonelada. Valores muy superiores a los que pagan los importadores chinos, hoy por hoy principal destino de las exportaciones de carne argentina.
Las hamburguesas son la principal forma de ingesta de carne vacuna en EEUU
Como recientemente reportó Infobae, el beneficio inmediato del aumento de la cuota de carne sería para los exportadores argentinos ahorrarse unos USD 120 millones en aranceles y, para los consumidores norteamericanos, comer hamburguesas de mejor calidad y menor tenor graso. Como explicó el analista ganadero Víctor Tonelli, actualmente las ventas de carne argentina a EEUU son en un 75% “carne manufactura”, que en EEUU llaman ground beef y usan para elaborar hamburguesas. Por eso, evaluó el experto, buena parte del aumento inicial de las ventas sería desviar “carne manufactura” que hoy se envía a China, hacia EEUU, que paga mejor. Eso además permitiría mejorar la calidad de las hamburguesas norteamericanas debido al menor tenor graso de la carne argentina respecto de la de EEUU.
“No es solo que la carne argentina tenga menor tenor graso, que lo tiene, sino que además los frigoríficos le sacan grasa porque tienen que llegar a un máximo de 10% de tenor graso medido a laboratorio. Ellos (por EEUU) tienen hasta 30 por ciento. Importan la carne nuestra, la mezclan con la de ellos y así consiguen un menor tenor graso, en torno del 25%”, explicó Tonelli.
Fuente Infobae

