En los primeros seis meses de esta año se concretaron más de 3800 procedimientos antidrogas
Aumentaron los procedimientos antidrogas en los asentamientos situados en la ciudad de Buenos Aires. En los primeros seis meses de 2025 se concretaron 3815 operativos a cargo de la Policía de la Ciudad, cifra que representa crecimiento con relación a los 2690 operaciones registradas entre enero y junio del año pasado. También creció la cantidad de detenidos en esos barrios carenciados y se duplicó el número de búnkeres detectados y clausurados en la comparación semestral, según los datos oficiales.
Este año fueron cerradas 13 viviendas en las que se acopiaban y vendían drogas en las villas porteñas. Esas casas servían a modo de los llamados búnkeres de droga, puestos de venta de estupefacientes que reciben ese nombre por las particularidades de sus construcciones, en las que el vendedor minorista no entra en contacto con el consumidor, realizándose la compra-venta a través de ranuras en paredes o en ventanas metálicas.
En los operativos realizados en los asentamientos por la Policía de la Ciudad fueron detenidos 3950 sospechosos durante el primer semestre de este año y se secuestraron algo más de 26 kilos de cocaína.
Ese dato de decomiso de drogas no es menor. Puede pensarse en los cargamentos interceptados en la frontera norte, donde entre 100 y 200 kilos de cocaína son decomisados en un procedimiento de mediano porte o en los 400 kilos que son incautados cada vez que una avioneta narco pierde el rumbo, pero no son esos operativos el espejo para visualizar la importancia de los decomisos en las villas porteñas. Es que en esos asentamientos la clave es el narcomenudeo, que mueve la droga en dosis de apenas unos gramos. La violencia narco siempre gira alrededor del búnker minorista de drogas.
En Rosario entendieron a fuerza de balas y sangre que la pelea se planteaba frente al puesto de venta de drogas. Durante años se ignoró allí esa premisa. La violencia se revirtió solo cuando se atacaron de frente a los búnkeres.
Y en eso mucho tiene que ver la ley 26.052, que desfederalizó algunos de los delitos previstos en la ley 23.737, la norma antidrogas más importante en la Argentina. La Policía de la Ciudad puede actuar contra la estructura narco de venta de drogas a partir de la adhesión a la ley 26.052. Frenar el narcomenudeo queda así como misión de la fuerza de seguridad local, dejándose a las fuerzas federales la tarea de investigación sobre organizaciones complejas de narcotráfico.
Esa ley 26.052 fue aprobada en el Congreso en 2005 a pedido de la provincia de Buenos Aires, que meter a la policía bonaerense en la lucha contra el microtráfico. Extrañamente, hace un tiempo que las autoridades provinciales hablan de retirar la adhesión a esa norma, que, se recuerda, fue promulgada solamente a solicitud de Buenos Aires. Es más, pasó una década hasta que otra provincia sumó a su policía contra el narcomenudeo. Y ni siquiera la mitad de los distritos hizo propia esa ley, ya que luego de 20 años de vigencia solo se aplica en la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Airs, Córdoba, Salta, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Santiago del Estero y Santa Fe.
Las autoridades santafesinas recién aprobaron el ingreso provincial a la propuesta de combatir el narcomenudeo en 2023, casi una década después de que se iniciase allí una guerra de baja intensidad entre clanes narco. A partir de esa decisión y con el posterior apoyo nacional, Rosario revirtió las estadísticas de homicidios.
La idea de que el búnker de narcomenudeo es un difusor de violencia es compartida por las autoridades porteñas. Por eso se puso el foco en golpear ese microtráfico que cuando crece deriva en múltiples delitos. Y para trabajar directamente en los asentamientos, la Policía de la Ciudad tiene a 1500 efectivos que caminan -siempre en grupos de tres- los pasillos de las villas porteñas.
Ese grupo está bajo dirección de la Superintendencia Pacificación de Barrios y es conocida con un nombre más simple: Policía Barrial.
“La Superintendencia Pacificación de Barrios está conformada por personal especialmente capacitado para afrontar la problemática que se presentan en los asentamientos, organizándose en grupos de patrullaje que no solo atienden emergencias vinculadas a delitos, sino que también coordinan la respuesta frente a situaciones de urgencia, como la asistencia y evacuación de personas que requieren asistencia médica inmediata o casos de violencia de género”, explicaron fuentes porteñas.
Ese grupo de Policía Barrial está activo en los asentamientos más grandes de la ciudad, incluyéndose desde esta año la villa 1-11-14.
Fuente: LA NACION