La deuda que se profundiza: al menos seis de cada diez jóvenes trabajan en la informalidad en la Argentina

La deuda que se profundiza: al menos seis de cada diez jóvenes trabajan en la informalidad en la Argentina

Entre las causas que sostienen este fenómeno destacan la desconexión entre la educación y las necesidades del mercado laboral, la falta de experiencia, la alta rotación en los primeros años de empleo y la permanencia más corta en trabajos registrados.

La situación de los jóvenes en el mercado laboral argentino es cada vez más alarmante. Según el último Boletín de Coyuntura Laboral de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la tasa de informalidad, entre los menores de 30 años, se agravó en 2024: el 68% de los varones y más del 70% de las mujeres trabajan sin estar registrados.

“En términos de calidad del empleo se registraron mejoras leves, con una mayor tracción de las inserciones formales. No obstante, esto no revirtió el cuadro de altos niveles de informalidad y precariedad que caracterizan el mercado laboral del país”, afirma el informe conjunto de OIT y CEPAL.

En el segundo cuatrimestre del 2023 el empleo informal fue de 41,4% mientras que en el mismo período del 2024 fue de 42%.

Esta situación no es nueva, pero se profundizó tras la pandemia. En los sectores que lideraron la recuperación —comercio, industria y servicios sociales—, la mayoría de los puestos generados fueron empleos no registrados o de trabajadores independientes sin acceso a derechos básicos. De acuerdo con el informe, “la mayoría de esos puestos de trabajo creados son asalariados no registrados o incluso, no asalariados”.

Uno de los datos más alarmantes es que solo el 34% del total del los jóvenes relevados accede a un empleo con derechos laborales plenos, según el mismo boletín. Esto implica que al menos seis de cada diez jóvenes carecen de cobertura de salud, aguinaldo, vacaciones pagas y licencias por enfermedad.

La situación es aún más crítica para las mujeres jóvenes: apenas el 31% accede a trabajos con derechos plenos.​

“Las personas jóvenes enfrentan serias dificultades para conseguir y sostener un trabajo decente. Existen barreras para que estos grupos accedan a una trayectoria de empleo virtuosa”, advirtió Bárbara Perrot, especialista en empleo y desarrollo productivo de la OIT en Argentina.​

Los factores estructurales detrás de la informalidad juvenil

Consultada por TN, la experta detalló las múltiples causas que sostienen la persistente informalidad laboral entre los jóvenes en Argentina: la desconexión entre la educación y las necesidades del mercado laboral, la falta de experiencia, la alta rotación en los primeros años de empleo y la permanencia más corta en trabajos registrados.

“La informalidad juvenil en Argentina es un problema estructural que, según los últimos datos oficiales del INDEC, alcanza a 6 de cada 10 jóvenes. Esto responde a múltiples factores, entre ellos la falta de acceso a un primer empleo formal, la deserción escolar, inserciones laborales precarias, inestabilidad y la sobrecarga de tareas de cuidado”, señaló Perrot.

La situación se torna aún más preocupante en un contexto de estancamiento económico. Aunque la informalidad bajó en el primer trimestre de 2024, los analistas advierten que esto podría deberse más a la destrucción de puestos informales en un escenario de caída de la actividad, que a una verdadera mejora del empleo formal.

“Esta caída en la informalidad en jóvenes puede deberse a que son los puestos informales los que se pierden primero en contextos de caída de la actividad”, indica el documento.

Además, los sectores donde los jóvenes están más representados siguen siendo actividades de alta informalidad: el comercio (para ambos géneros), la construcción (principalmente varones) y los servicios de enseñanza, salud y trabajo doméstico (principalmente mujeres). “Esta es una tendencia persistente en el tiempo, agravada por la falta de crecimiento sostenido del empleo formal”, sumó Perrot.

Una doble desigualdad: juventud y género

“Trabajo haciendo limpieza por hora en varias casas de zona oeste. Las familias me dan la plata en mano. No tengo obra social ni vacaciones pagas, y si falto porque uno de mis hijos se enferma, no me pagan. Soy madre sola, así que cualquier día sin trabajo me complica muchísimo. A veces me siento culpable, porque cuido casas ajenas pero no tengo seguridad ni para cuidar a mis propios hijos”, contó Nancy a TN.