¿Para qué fui a ver a Harry Potter?

Estimado Dr.Amor:

Tengo 25 años y soy un productor televisivo, desarrollando una actividad vertiginosa y por suerte con mucho trabajo. Por mi profesión, logré que me regalaran dos entradas para ver el estreno mundial de la película Harry Potter. A pesar de que el tema de la película no me entusiasma mucho, me pareció interesante ver como estaba hecha y que ocurría con la gente en el cine al verla.

No tenía a nadie con quién ir, así que me fui “solito” hacia la sala de espectáculos. Al llegar, me encontré con una muchedumbre que pujaba por conseguir entradas. Lógicamente, no existían, y los que las teníamos pertenecíamos a una elite muy particular. Me fui abriendo paso entre la gente, mostrando las entradas, cuando desde atrás me agarran del brazo, me dan vuelta y me comen la boca de un beso espectacular. Cuando reacciono, una rubia despampanante, -la que me había besado- me dice por lo bajo: “Dejame entrar con vos, que te lo voy a agradecer…” ¿Qué podía hacer?. No había que otra cosa que tomarla de la mano, y como un gallo de riña, entré sacando pecho y luciendo semejante compañía. Es más, hasta me sacaron alguna foto, no por mí, sino por la rubia hermosa que me acompañaba. Nos ubicamos –tercera fila al medio- y comenzó la función. Todo iba bien, hasta que en la mitad, empezó a agarrarme la mano. Como si tuviera miedo. Después me apretó el brazo, casi tirándose arriba mío. La tensión de la película –una de las más obscuras de la zaga- hacía que todo el cine estuviera pendiente y tensionado con las imágenes y la historia de la película. De repente, me susurra al oído: “Voy a buscar la varita mágica de Harry Potter…” Para mí, pensé: “Esta mina es una loca del personaje, saldrá a comprar un souvenir…”. Pero con sorpresa siento que con su mano derecha me baja la bragueta y busca mi miembro. ¡No podía creer lo que me estaba pasando!. Con rapidez, lo encontró y comenzó a acariciarlo con cierta fuerza, que más que excitarme, me llegaba a lastimar. Y meta franela, y meta apretujarlo, y meta darle fuerte, y meta acogotarlo. De golpe, me dice, también susurrando: “Tu varita es más parecida a la del hijo de Fu-Manchú, que a la de Harry Potter”. Y siguió, “Me parece que esta no tiene magia”. Desde ese día no la volví a ver. No se su nombre, ni donde vive, ni porque al terminar la película, se levantó y se fue con un morocho que medía dos metros de alto y “dos” metros de ancho.¿Lo conocería de antes?
Doctor, necesito un comentario y que debo hacer.

Leopoldo M, de Chacarita. Ciudad de Buenos Aires


Respuesta del DR AMOR:

Estimado Leopoldo:
Que sutileza el barrio donde vivís….. Querido Leopoldo, primero tenemos que decirte que lo que te ocurrió, es bastante común. No todos los miembros masculinos son como los de las películas pornos. Además, compararlo con una varita mágica, ¡qué imaginación la de esta chica!. Considerá que es injusto que te compararen con los atributos de los magos, que habitualmente con su magia, hacen cosas que parecen increíbles. Las cosas chicas las hacen parecer grandes, las hacen desaparecer, las esconden en lugares increíbles, etc. Sino, preguntale al “Mago Richard” que está en esta página…..je.
Ahora, bien, nos carcome una incógnita….¡para que carajo fuiste a ver esa película! Si esto te pasó con Harry Potter, te aconsejamos no ir a ver. “Pollitos en fuga”, “El pájaro canta hasta morir”, “Una chica al rojo vivo”, “La zaga de Pistola desnuda”, etc. ¿Te imaginas, si todas tus acompañantes buscan algo en relación a los títulos?.
Leo querido, no os preocupéis, la próxima vez, lleva un tubo de desodorante y ponélo ahí, al menos parecerá que hay “otra cosa” y si mira, una buena lupa, en muchos casos sirve.

Doctor Amor

PD: Uno de los profesionales de nuestro consultorio (que es pelirrojo) quiere conocer a la señorita en cuestión, ya que se está por reestrenar en Argentina la película titulada: “EL GRAN CAÑON DEL COLORADO»