Ni ebrio ni dormido

Expresión que se habría originado en un episodio vivido por el General Manuel Belgrano. 

Cuando realizaba una recorrida, encontró a un centinela que se había quedado dormido luego de una borrachera. 
Desde entonces, Belgrano habría dictado una norma por la que se establecía que «ningún vigía podía estar ni ebrio no dormido en su puesto». En caso de que ocurriera, se le impondría una penalización.
Posteriormente, esta frase pasó a ser sinónimo de terminante negativa ante cualquier hecho.
Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/n.php